El teatro de la Comedia, en la calle del Príncipe, ultima su larga
reforma que podrán fin a 13 años de cierre y el resultado ya se puede
ver en la fachada de la que se ha retirado la placa conmemorativa del acto de constitución de Falange que José Antonio Primo de Rivera protagonizó el 29 de octubre de 1933.
Esta placa, criticada por muchos madrileños extrañados de que no estuviera afectada por la Ley de Memoria Histórica, presidía la fachada desde 1971, año en el que el Ayuntamiento de Madrid procedió a su colocación a la altura de la primera planta. Esta colocación estuvo precedida, año tras año, por los actos conmemorativos de aquella constitución que, desde el final de la guerra civil, se celebraban en dicho teatro cada 29 de octubre.
En la placa, de mármol, de casi 200 kilos de peso, se recoge en letras de bronce que en ese teatro, Primo de Rivera "convocó a la juventud española para una ilusionada empresa de entrega, de pasión y de sacrificio por una Patria mejor". El texto iba acompañado del escudo del Ayuntamiento, arriba, y del de Falange, abajo.
Fuentes del Instituto Nacional de Artes Escénicas y de la Música, organismo del que depende el teatro, han informado que la placa se encuentra en depósito en la Compañía Nacional de Teatro Clásico y que se está a la espera de la toma de una decisión sobre su futuro, si bien está descartada su vuelta a la fachada.
El teatro de la Comedia fue construido en 1874 con planos de Agustín Ortiz de Villajos, autor de los teatros de la Princesa (hoy María Guerrero) y del desaparecido Teatro Circo Price y fue inaugurado el 18 de septiembre de 1875, con la presencia del rey Alfonso XII. En la noche del 17 al 18 de abril de 1915, un incendio destruyó su interior y causó el desplome del techo sobre el patio de butacas. La sala fue reconstruida bajo la dirección del arquitecto Luis Bellido que utilizó hormigón armado, siendo uno de los primeros edificios en utilizar este material.
El teatro, que era de propiedad privada, fue arrendado en 1986 al Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM) como sede de la recién creada Compañía Nacional de Teatro Clásico. En 1998 fue vendido al Estado, pero cuatro años después, hubo que proceder a su cierre debido a su mal estado, lo que obligó a la compañía a trasladarse al teatro Pavón. Ahora, tras una inversión de 14 millones en la consolidación de las estructuras y la recuperación de espacios, se trabaja en la instalación del equipamiento con la mirada puesta en el próximo mes de septiembre para abrir de nuevo sus puertas como sede de la Compañía Nacional de Teatro Clásico.