Con el pulso entre el 15-M y la Delegación del Gobierno, los comerciantes de la zona se cuestionan si el blindaje les está beneficiando. Apreca, la asociación que representa a los propietarios de locales de las calles del Carmel, del Arenal y Preciados, culpa a los indignados de la situación. Según su presidente, Ignacio Lario, si no se empeñasen en entrar en Sol, la Policía no tendría que proteger la zona. Sin embargo, algunos comerciantes ya no tienen tan claro de quién es la culpa ni cuál es la solución.

En la calle de Montera tampoco están satisfechos, porque, aseguran, "vamos a peor". El perímetro policial se ha adelantado a la altura de la comisaría de Policía Municipal, por lo que alrededor de catorce comercios han quedado dentro y no han podido trabajar con normalidad. En un establecimiento de alimentación, donde trabajan trece personas, aseguraban haber estado "sin hacer nada todo el día". "Esto no puede seguir así". Empleados de la farmacia cercana indicaron a este digital que, si normalmente tienen 300 clientes, este jueves solo han tenido diez visitas, que además tuvieron que demostrar a los policías de la zona que iban a adquirir un medicamento. "No vamos a ningún sitio. Que la Policía haga esto no nos ayuda en nada. Cuando estaban acampados, perdíamos dinero, pero al menos venía más gente. Ahora ni si quiera pueden entrar aunque quisieran", se quejaron.

La situación se repite en las tiendas de ropa, zapatos y souvenirs de la propia plaza. "Si no dejan pasar a nadie, no hay ventas", resumieron. Mientras tanto, el helicóptero que no ha dejado de vigilar el centro de Madrid, sigue sobrevolando día y noche la Puerta del Sol, para exasperación de los residentes.