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Concha Martínez Torres (tiple, 1867-1909)
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(Foto: Antonio Castro)

Concha Martínez Torres (tiple, 1867-1909)

lunes 09 de noviembre de 2020, 17:29h

En el patio de la Concepción del cementerio sacramental de Santa María encontramos una hermosa tumba que muestra una de las máscaras del teatro. Es el único signo que nos puede indicar que allí está enterrado un profesional de la escena. No aparece el nombre completo, aunque sí el de Concha en la lápida. En los archivos del cementerio averiguamos el dato completo: Concepción Martínez Torres. La fecha de defunción nos pone en la pista: fue una conocida tiple de zarzuela del final del siglo XIX. Hoy su nombre no nos dice nada. Por eso rescatamos su memoria con una breve historia.

El sepulcro consiste en un túmulo compuesto por cuatro grandes piedras graníticas, rematado por una cruz del mismo material. La máscara se apoya en una esquina de la base. En el tercer bloque figura esta inscripción:

¡Pobre Concha! Qué desgracia. Tu esposo, hijos y nietecitas. + a los 42 años. 22 de noviembre de 1909.

Concha es posible que se retirara del teatro al contraer matrimonio bastante joven. Si, según la inscripción, cuando murió tenía cuarenta y dos años y ya, no es descabellado suponer que se había casado y tenido los hijos muy joven.

Concha Martínez fue una tiple que alcanzó popularidad interpretando zarzuelas como Los carboneros, El gorro frigio, Chateau Margaux, ¡Agua, azucarillos y aguardiente!, o El santo de la Isidra.

En los años finales del siglo XIX fue de las pioneras en llevar la zarzuela y el Género Chico a Hispanoamérica. Actuó en Cuba, México, Venezuela, Puerto Rico y Estados Unidos.

Al fallecer el 22 de diciembre de 1909 debía estar retirada de la escena porque en las escasísimas reseñas de su fallecimiento se leía que “hace años fue muy aplaudida, por sus condiciones artísticas, su gracia y su belleza”. También El Imparcial (23-11-1909) le dedicó una breve necrológica:

Fue Concha Martínez una de las más brillantes estrellas del género chico. Por sus no comunes facultades de cantante, la flexibilidad de sus condiciones, de actriz, su gracia sugestiva y su belleza, pocas la igualaron y ninguna la superó.

En las reseñas sobre su desaparición nos enteramos de que con apenas cuarenta años comenzó a tener problemas cardíacos, que acabarían por llevarla a la tumba. Una tumba cuya magnificencia pudo deberse más al amor familiar que a la importancia artística, ya que esta solo se sugiere por la máscara.

Concha Martínez Torres

Cementerio sacramental de Santa María

Patio de la Concepción

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