Apenas 24 horas después de que Julia Martinez, hija de una de las ancianas internas en la residencia Francisco de Vitoria de Alcalá de Henares, hiciese pública la intención de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, de revocar el contrato de alimentación con el centro, ha sido la propia regidora quien se ha encargado de negar la mayor y desmentir la información. “Por ahora, nadie ha hablado de rescindir nada”, ha aseverado en la rueda de prensa posterior a la celebración de un Consejo de Gobierno que, en esta ocasión, se ha trasladado al municipio de Griñón, en la mancomunidad del suroeste.
A pesar de que la Fiscalía de Alcalá de Henares ha admitido a trámite la apertura de diligencias sobre la cuestión, Ayuso ha puesto de manifiesto que, tras la renovación del contrato, la situación “ha mejorado”, algo con lo que residentes, familiares y trabajadores se muestran en absoluto desacuerdo: “No soy ninguna loca. Mi madre ha perdido ya cerca de 20 kilos desde que ingresó. Si le ponen comida podrida a los ancianitos, ¿qué le echarán en el puré a mi mamá?”, explicaba Martínez a Madridiario este mismo martes.
Aunque, por el momento, la rescisión del contrato no es una posibilidad que se baraje en el seno del Ejecutivo regional, la presidenta sí ha reconocido que, cuando tenga oportunidad, visitará la residencia y valorará la situación en la que se encuentran los internos. “Me gusta visitar estos lugares para comprobar de primera mano cómo prestamos los servicios”, así que “visitaré esta y otras muchas residencias de la región”, ha recalcado justo antes de añadir que atenderá a los informes derivados de la inspección y que solamente después “veremos que decisión podemos tomar”.
Investigación en curso
Este miércoles se ha dado a conocer que la Fiscalía del Área de Alcalá de Henares ha requerido documentación a diferentes organismos para investigar la denuncia de Podemos en relación a las condiciones en las que se encuentran los internos y los trabajadores de la residencia Francisco de Vitoria.
En concreto, la denuncia interpuesta por la formación morada hace referencia a que los menús no cumplen con los mínimos estándares de calidad, incluyen, en ocasiones, “comida podrida” y son, además, escasos. El documento también recoge que la baja calidad del agua que consumen los internos podría suponer un importante riesgo de contraer la infección respiratoria conocida como legionelosis, muy similar a la neumonía.
Finalmente, la falta de trabajadores a la hora de atender a los residentes en su día a día es otra de las cuestiones que preocupa a Podemos.