Este miércoles comienza a funcionar la primera línea de la EMT que conectará El Cañaveral con Alsacia. Hasta ahora, los vecinos tan solo contaban con una línea de interurbanos que les obligaba a ir a Coslada para viajar a Madrid. En este sentido, esperan que esta victoria vecinal sea el primero de los pasos que quieren dar para dejar de ser un barrio fantasma. Entre sus siguientes objetivos, la construcción de un colegio o de un centro médico.
Madrid no deja de crecer y ese eterno desarrollo hacia el norte y el sur provoca, en ocasiones, barrios llenos de gente que están vacíos de servicios públicos, como es el caso de El Cañaveral. Las primeras promociones de viviendas de este barrio perteneciente al distrito de Vicálvaro se entregaron hace un par de años, cuando se produjo la primera gran migración.
Desde entonces, su población no ha parado de crecer. Y no va a dejar de hacerlo. En noviembre de 2017 eran casi 400 vecinos y ahora, allí viven más de 800 personas, según el cálculo de varios vecinos pertenecientes a asociaciones. Además, se espera que se entregue otra gran promoción de viviendas en los próximos meses, por lo que ese número se multiplicará.
El problema reside en que el barrio, tal y como informó Madridiario en diciembre del año pasado, no crece conforme a su número de habitantes, lo que dificulta la vida de las personas que viven allí, que cuentan con un perfil socioeconómico medio y joven.
Esto ha provocado que allí haya nacido un fuerte movimiento vecinal que, este miércoles, celebra su primera gran victoria: una línea de la Empresa Municipal de Transportes que les conecta con Madrid. Hasta ahora, la única forma de llegar a la capital era coger un autobús interurbano que les llevaba a Coslada para, de ahí, moverse por otros distritos. Tras inaugurarse en un acto este martes, la línea Alsacia - El Cañaveral tendrá el primer servicio entre las cinco y media y las seis de la mañana y el último, entre las once y las once y media de la noche.
“Conseguir la línea era fundamental y básico”, explica José Luis. Vecino de El Cañaveral desde el mes de marzo de 2016, incide en que la población ha crecido de forma exponencial a espaldas de las instituciones.
De esta forma, enmarca la línea de autobús como una primera victoria en su batalla para ser “un barrio normal”: “Este es el primer paso”. Ahora, dice, toca “seguir peleando” para que las administraciones construyan allí inmuebles tan básicos como un centro de salud, un colegio o una comisaría.
En la misma línea se muestra también Marcial, otro vecino. En una conversación con Madridiario, rememora la lucha que ha tenido que hacer el barrio para tener más de una línea interurbana que, por otra parte, espera que no quiten pese a su cambio de nombre. Además, remarca que lo único que pretenden es “crecer acorde a sus necesidades” para lo que seguirán peleando. “Somos un barrio muy guerrero”, explica.
Eso sí, parece que tendrán al Ayuntamiento al lado. El concejal de Vicálvaro, Carlos Sánchez Mato, ha explicado a este digital que la línea, “muy peleada en el Consorcio”, era “imprescindible”. Sobre las dotaciones, ha asegurado que el Consistorio “seguirá trabajando” para “resolver desarrollos urbanísticos que están en marcha antes de anunciar otros nuevos”. Además, ha adelantado que el distrito está explorando la opción de que la Junta de Compensación asuma financieramente la construcción de una escuela infantil y otros equipamientos.
Por su parte, la consejera de Transportes, Infraestructuras y Viviendas, Rosalía Gonzalo, ha recordado la necesidad de que las administraciones trabajen de forma conjunta para lograr hitos como esta línea.