La Sanjurjada, el primer golpe de Estado contra la República

Antes del golpe de Estado del 18 de julio de 1936, la República sufrió otro fallido varios años antes, el 10 de agosto de 1932. Da la casualidad de que uno de los cabecillas participó en ambos.

Fue el general José Sanjurjo, que antes de unirse al general Mola para un acto que cambió la historia de España, lo intentó por su cuenta en Sevilla. El plan era sencillo: se sublevarían varias ciudades como Pamplona, Granada o Cádiz mientras en Madrid se producirían varios atentados para confundir a la policía.

Eso sí, el plan se truncó puesto que, antes de producirse, un chivatazo hizo que el presidente de la República Manuel Azaña ya lo supiera.

Así las cosas, ese miércoles estival, el general Sanjurjo logró alzarse y que su golpe triunfase momentáneamente, pero solo en Sevilla. En Madrid, Azaña desactivó cualquier intentona y, además, mandó varias tropas a la capital andaluza, lo que provocó que los militares del bando sublevado abandonaran el barco.

Al verse solo, el general golpista se dispuso a viajar a Portugal pero fue detenido en Huelva. En el juicio fue condenado a muerte, pero Azaña decidió conmutarle la pena por cadena perpetua. Más tarde, logró exiliarse a la localidad portuguesa de Estoril para, años más tarde, participar en el golpe del 36 como mano derecha del general Mola.