Alfonso XII, apodado 'el Pacificador', fue rey de España entre 1874 y 1885. Hijo de la reina Isabel II y del rey Francisco de Asís de Borbón, el inicio de su reinado puso término a la Primera República y dio paso al período conocido como Restauración. La tuberculosis acabó con la vida del monarca que fue sucedido en el trono por su hijo póstumo, Alfonso XIII, cuya minoría de edad estuvo encabezada por la regencia de su madre, la reina viuda María Cristina. La noticia de su fallecimiento impactó tanto a la ciudadanía que las Cortes aprobaron por ley levantar una gran estatua ecuestre como homenaje a la memoria del rey. "Se convocó por concurso público. Solamente exigía que hubiese una estatua ecuestre del rey. Resultó ganador José Grases Riera, con el factor decisivo de la elección del lugar, a los pies del Lago de El Retiro para conseguir una imagen a través del reflejo en el agua", explica Mercedes Pérez Gallo, técnico del departamento de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de Madrid.

El conjunto arquitectónico se planteó como una plaza estancial, limitada por una doble columnata jónica en hemiciclo en cuyo friso aparecen esculpidos los escudos de las 49 provincias españolas: "Los escudos aparecen acompañados de relieves en homenaje a los oficios tradicionales como las hilanderas, los vendimiadores o pescadores". Un simbolismo que se percibe en cualquiera de los rincones que rodean la estatua a caballo de Alfonso XII, ubicada en el centro de la plaza. Una torre de 30 metros que culmina en esa escultura de Mariano Benlliure y a la que se accede por los 97 escalones de una escalera negra y metálica casi escavada entre las rocas calizas del monumento.
En la creación de los grupos escultóricos participaron destacados artistas como Mateo Inurria, Miguel Blay, Aniceto Marinas, Josep Clará, Venancio Vallmitjana Agustín Querol, Rafael Atché y Mariano Benlliure, autor este último de la estatua ecuestre que preside el conjunto.
Una vez arriba, justo debajo de la estatua escuestre, podemos observar el techo tallado por escultor, gran maestro del realismo decimonónico. Pero lo espectacular, tras subir el casi centenar de peldaños, son las espectaculares vistas que pueden contemplarse desde la sala acristalada. Una mirada al skyline de Madrid donde no pasan desapercibidos los edificios más embleméticos del centro de Madrid. El edificio de Telefónica o las Torres de Colón son algunas de las construcciones que se dejan ver en el horizonte. A los pies del monumento, el lago. Una visión sorprendente de este espacio acuático rodeado de la característica frondosa vegetación de este pulmón verde de la ciudad.
"Algunos elementos del conjunto se encontraban muy deteriorados"
Mercedes lleva más de 30 años en el área municipal y conoce bien la importancia y el trabajo de restauración al que ha sido sometido este conjunto arquitectónico. "La roca caliza de Colmenar con la que está construida el monumento no es muy adecuada por las condiciones climatológicas de este parque. Es fácil de tallar pero pero delicada", indica la técnico. Y es que la cercanía al lago y la humedad que existe en El Retiro junto con la presencia de los pájaros, que se posan en la estructura, provoca el deterioro de este tipo de piedra. "Por esta razón, el trabajo de restauración del conjunto arquitectónico ha sido intenso y se ha realizado en dos fases para sanear todos los elementos", cuenta la técnico. Una intervención que ha evitado que algunos de los elementos, que se encontraban muy erosionados, evitasen su desprendimiento, mejorándose también los sistemas de ventilación y la instalación eléctrica.

Y en esa intensa limpieza y analisis de la consolidación de la piedra, aparecieron, detalla Pérez Gallo, los "milagros, sorpresas y detalles" que a partir del 25 de abril podrán descubrir los visitantes que suban al mirador los sábados por la mañana y los miércoles por la tarde. Aunque aquellos que no hicieron la reserva hace unas semanas tendrán que esperar hasta octubre porque el cupo está completo para los cinco meses próximos. Fue tal el éxito del anuncio de su apertura que en tan solo una hora se agotaron las plazas. Pero en octubre, el Ayuntamiento incorporará dos horarios más visitas por lo que será más sencillo conseguir cerrar la reserva.
Las visitas son reducidas: 10 personas en cada grupo acompañadas de un guía especializado que explicará con detalle la historia y restauración de una torre mirador que reabre tras más de 30 años cerrada.
Visitamos la torre mirador con la cámara: