Su corazón de torero valiente, que fue la línea en que llegó a figura, se cansó de latir y después de dos operaciones muy complicadas en los tres últimos días dejó de latir este lunes: ha fallecido Sebastián Palomo Linares. Tenía 69 años y estaba ingresado en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid. Tras una jornada de informaciones confusas sobre el estado de salud del diestro, finalmente se ha confirmado su muerte.
Palomo Linares había sufrido complicaciones tras una grave operación a corazón abierto a la que fue sometido el viernes. A ella se le sumó el sábado otra de máxima urgencia médica. La operación del sábado consistió en ponerle un doble bypass aortocoronario y ya desde la tarde del domingo se temía por su vida y hubo comentarios al respecto en los tendidos de las plazas de Las Ventas y de la Maestranza de Sevilla, en las que hizo muchos paseíllos, algunos de ellos triunfales.
Palomo Linares, desde su retirada, también ofició de pintor con multitud de exposiciones y de comentarista taurino en la televisión de Castilla-La Mancha, y ya había sufrido un infarto hace un lustro.
A punto de cumplir los 70 años, pues nació el 27 de abril de 1947, Sebastián Palomo Rodríguez -que es su nombre auténtico- debutó con picadores el 3 de enero de 1965 en Ondara (Alicante) para doctorarse como matador de toros el 19 de mayo de 1966 en Valladolid, con Jaime Ostos como padrino y toros de la divisa de Salustiano Galache, cortando dos orejas y saliendo a hombros.
El polémico rabo de Las Ventas
Tardó cuatro años en confirmar la alternativa porque su forma de lidiar, de mucha entrega pero escasa ortodoxia -muy similar e influenciada por su amigo Manuel Benítez 'El Cordobés', con el que formó la pareja de 'Los Guerrilleros'- no cuadraba con las exigencias de la plaza de Las Ventas, donde se presentó como matador el 19 de mayo de 1970, con Curro Romero de padrino y frente a un encierro de Antonio Pérez Angoso. En este caso no hubo triunfo.
Pero sí lo hubo al año siguiente cuando, el 22 de mayo, cortó el último rabo que se ha concedido en la Monumental madrileña -el anterior fue en 1935-, organizándose un gran escándalo, ya que muchos aficionados pensaron que la faena a 'Cigarrón', de Atanasio Fernández, no reunía tantos méritos. La polémica fue tan fuerte y llegó tan arriba que desde el Ministerio de la Gobernación se destituyó al día siguiente al comisario Panguas, que había presidido el festejo y otorgado el rabo.