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Veterinarios realizando una operación a un perro
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Veterinarios realizando una operación a un perro (Foto: Kike Rincón)

Los veterinarios salen a la calle ante los desplantes a su profesión: “Somos el escudo de la humanidad”

‘¿Qué pasaría si los veterinarios parásemos?’

Por Alba Cabañero Aina
lunes 11 de abril de 2022, 07:45h

El pasado domingo, 3 de abril, los veterinarios volvieron a tomar las calles, al igual que hicieron el 17 de noviembre 2019, para reclamar numerosos cambios en la Sanidad, concretamente que se les considere como profesión sanitaria y la reducción del IVA de los servicios veterinarios, un “tipo impositivo de lujo” que en la actualidad se encuentra en el 21%.

Según los organizadores, cerca de 3.000 personas –más de 1.000, según la Policía Nacional– llegadas de diferentes puntos de España marcharon desde la sede del Ministerio de Hacienda, en la Puerta del Sol, hasta el Ministerio de Sanidad con pancartas en las que podía leerse mensajes como: ‘¿Qué pasaría si los veterinarios parásemos?’, ‘Veterinaria ignorada, zoonosis garantizada’, ‘Esta pastilla no nos la tragamos’, ‘La Veterinaria no es un lujo’ o ‘Sin inspección, no hay chuletón’.

Al término de la concentración se leyó un manifiesto, así como intervinieron varios portavoces para denunciar la situación del sector veterinario. Uno de ellos fue el rector de la Universidad Complutense de Madrid y también veterinario, Joaquín Goyache.

“No queremos regalos, no queremos lisonjas, queremos que se reconozca lo que somos, profesionales sanitarios, hombres y mujeres que trabajamos por la sanidad global. Lo que ahora se llama ‘Una salud’ (One Health), es lo que llevamos haciendo nosotros tanto tiempo. Que nos dejen trabajar, que nos reconozcan lo que hacemos, que lo hacemos muy bien. Hoy, de verdad, estoy orgullosísimo de ser veterinario y de veros a todos y todas aquí. No podemos esperar un año más. Hay que seguir, mañana, pasado y al otro, que nos den lo que merecemos: reconocimiento real de nuestra profesión”, concluyó Goyache.

El término One Health hace referencia a la necesidad de organizar y adaptar los sistemas sanitarios existentes para hacer frente de forma efectiva a los problemas económicos, sanitarios y sociales, tratándolos de forma coordinada e interdisciplinar.

“Si la salud animal se ve comprometida, también se verá afectada la salud de toda la sociedad”, señala el manifiesto que se leyó en la concentración.

La zoonosis es aquella “enfermedad o infección que se transmite de forma natural de los animales vertebrados a los humanos”, según la OMS. La prevención y control de enfermedades transmisibles de carácter infeccioso desde animales a hombres de forma directa o indirectamente, plantea una amenaza global de salud pública.

Una investigación en la UAX estudia el efecto del SARS-CoV-2 en perros (Foto: UAX)

Los veterinarios somos la primera barrera que previene enfermedades de transmisión a las personas, como la rabia, la leptospirosis o las enfermedades parasitarias para la salud humana. Somos investigadores, que estudiamos y controlamos las enfermedades actuales y emergentes que puedan afectar a nuestra fauna doméstica y silvestre y también a nosotros, los humanos. Debemos ser incluidos en la elaboración y desarrollo del Real Decreto de Vigilancia de Salud Pública, así́ como en toda medida legislativa que afecte a la salud pública y la sanidad animal”, añade el manifiesto.

Un papel valioso en la sociedad

Diego Villalaín, veterinario, defiende punto por punto este manifiesto y lo reafirma en su conversación con Madridiario.

Es una obviedad que el 70% de las enfermedades tienen un origen animal y ahí el veterinario es el único profesional que puede abordar dichas enfermedades desde un ámbito global”, apunta. Para él, que los veterinarios sean apartados de la toma de decisiones que implican a la sanidad es una cuestión de “desconocimiento o ignorancia” de las labores que desempeñan estos profesionales.

“En cualquier país europeo, esta figura está presente en todos los comités científicos y en decisiones referentes a la salud pública. No hay ninguna justificación lógica o ningún argumento más que el desconocimiento”, repite.

Desde las diversas instituciones veterinarias y organizaciones se han enviado alegaciones al anteproyecto de la Ley del Bienestar Animal, ya que creen que es necesario contar con este colectivo para abordar numerosas cuestiones de esta ley, pero no han recibido apoyo.

“Es claramente intencionado no hacernos caso, porque se les ha comunicado desde varias organizaciones y han ignorado sistemáticamente todas las alegaciones. Las cuestiones técnicas deben dejarse a los técnicos. Para elaborar estas leyes tenéis que tener en cuenta a los veterinarios”, destaca Villalaín.

“Pedimos cosas muy obvias que deben cumplirse. Somos el escudo de la humanidad. Somos una barrera protectora frente a un montón de enfermedades”, señala este veterinario, que pone como ejemplo la pandemia de la Covid-19.

“Se ha demostrado que en los lugares en los que no hubo, como en el Mercado de Wuhan, veterinarios controlando y garantizando la seguridad de esos alimentos, se desarrollan enfermedades que pueden derivar en lo que lamentablemente ha derivado”, indica.

“En la manifestación de 2019, en un texto que redacté, dije: “¿Se imaginan un mundo en el que todos los días los telediarios empiezan las noticias con pandemia?”, justo lo que ha pasado. Y no somos adivinos, esto lo estamos advirtiendo”, incide.

Debido a la situación, los veterinarios plantean llevar a cabo una huelga, a pesar de no querer llegar a ello: “No queremos dejar de atender pacientes que lo necesiten ni que la gente tenga que comer lechuga durante una semana. Obligarnos a parar va a suponer un golpe económico importante”. El paro de los veterinarios supondría retrasos en los controles de calidad de alimentos e inspecciones fronterizas, en la imposibilidad de transportar animales y el bloqueo de las consultas rutinarias de mascotas, entre otros problemas.

A día de hoy, entre otras cuestiones, no cuentan ni con reconocimiento de enfermedades laborales, a pesar de ser un trabajo de riesgo, ni con jubilación anticipada en una profesión que cuenta con mucho estrés y responsabilidades tanto administrativas como penales: “Si hacemos mal nuestro trabajo podemos ir a la cárcel”.

También, una cuestión que ha enfadado al colectivo es no haber recibido la Gran Cruz de la Orden Civil de Sanidad, otorgada por la ministra de Sanidad, Carolina Darias a los sanitarios –médicos, farmacéuticos y enfermeros– por su aportación durante la pandemia, dejando fuera a los veterinarios.

“Se está olvidando que los veterinarios, durante toda la pandemia, estuvieron en mataderos, en producción animal, en clínicas, y manteniendo el poder seguir teniendo alimentos. Cedimos mascarillas, guantes, gel hidroalcóholico, máquinas de anestesia y respiradores que salvaron vidas”, denuncia este veterinario.

IVA “de lujo”

Una de las reclamaciones históricas que realizan los veterinarios es que se les aplica el IVA del 21%. Tanto PSOE como Podemos, en su programa electoral, llevaban la rebaja del IVA Sanitario, algo que Diego Villalaín critica.

Lo estamos luchando por un tema de dignidad y por la sociedad en general, porque es una labor preventiva. Todavía les cuesta mucho a nuestros gobernantes entender que es muchísimo más económico e inteligente establecer medidas preventivas. Con la pandemia se ha demostrado que es eficaz y ahorra millones de euros una estrategia preventiva como es la vacunación”, explica.

Asegura que los veterinarios son un “colectivo transparente” para el Gobierno desde hace muchos años, pero celebra que la manifestación haya servido para que el Grupo Ciudadanos haya registrado una PNL para llevar este asunto al Congreso de los Diputados.

“No tiene ningún tipo de ideología política decir que la alimentación es necesaria como pilar fundamental de cualquier sociedad, que esa alimentación sea segura y que los garantes de esa seguridad somos los veterinarios”, afirma.

“Nosotros como veterinarios reclamamos por una cuestión de dignidad y equidad profesional. Es una flagrante falta de respeto y una flagrante falta de concienciación sobre la importancia de la salud. Cargando valores impositivos de lujo estás mandando la señal a la sociedad de que esos servicios no son un bien de primera necesidad”, lamenta.

La rabia, la desparasitación o el seguimiento de enfermedades como el echinococcus granulosus, la gripe aviar, tuberculosis o fiebre aftosa pueden evitarse con fármacos y vacunas que, actualmente, cuentan con este IVA del 21%.

El IVA de las floristerías es del 10% y el IVA de evitar que la rabia se extienda por toda España es del 21%. Aunque lo analicemos desde el punto de vista puro economista, proteger es más barato que pagar enfermedades. Esa función del Estado, que debería apoyar con cargas impositivas razonables, está corriendo a cargo de los cuidadores de animales de compañía. Están vacunando a sus animales para proteger a la sociedad”.

Y es que los veterinarios vienen avisando de un posible brote de rabia que podría llegar a España procedente de Ucrania, con todos los refugiados que traen consigo a sus perros: “Lo vamos a ver recientemente con la llegada de los perros de Ucrania, porque no es un país en el que la rabia esté controlada. Esperemos que podamos controlarlo, pero vamos a ver la importancia de la prevención y la vacunación. Usad esta manguera que tenéis para apagar el fuego”.

Refugiada ucraniana con su mascota. (Foto: CONSELL VALENCIÀ COL·LEGIS VETERINARIS)

“En Melilla, a pesar de los casos que han saltado de rabia, se están ignorando sistemáticamente todas las recomendaciones veterinarias. Tiene un 90% de mortalidad entre las personas y un periodo de incubación de nueve meses”, advierte Diego Villalaín.

Es por ello que desde este colectivo se incide en el concepto ya mencionado One Health, para “curar la salud como ente”, sin discriminar entre salud animal o salud humana.

“El IVA de las floristerías es del 10% y el IVA de evitar que la rabia se extienda por toda España es del 21%"

“En muchos países, hay veterinarios dentro de todos los grandes. En Alemania, el ‘(Fernando) Simón’ de allí era veterinario. Existe una ley que se cita literalmente: “Veterinaria es una profesión sanitaria”. A nivel legal estamos respaldados como sanitarios, pero a nivel práctico hay una desigualdad fiscal, administrativa y social”, agrega.

Cuestiones acerca de los medicamentos

Otra traba que encuentran los veterinarios a la hora de desempeñar su trabajo en igualdad de condiciones con otras disciplinas médicas radica en los propios medicamentos.

“Según la legislación actual, si existe un fármaco (específico para animales) en Grecia, por ejemplo un colirio para los ojos que necesitas para tu perro, tienes que pedir el fármaco griego antes que uno que exista en España para humanos. No es práctico que ese perro tenga que perder el ojo porque no va a llegar a tiempo el fármaco griego”, manifiesta Villalaín.

“Pedimos la libre venta y dispensación para tratar a nuestros animales cuando lo necesitan”, añade, destacando que, otro problema que existe es que los farmacéuticos no cuentan con formación especializada en animales, por lo que sería importante la presencia de veterinarios en las farmacias o que los medicamentos específicos se puedan dispensar y vender en las veterinarias.

Intrusismo

Por último, otro de los grandes problemas de los que se quejan los veterinarios es del intrusismo en su profesión.

Villalaín menciona dos tipos: el intrusismo que ejercen los fisioterapeutas y el que ejercen los llamados ‘etólogos’.

En el primer caso, existe la Asociación Española de Fisioterapia aplicada en animales, que, según este veterinario, “textualmente están cometiendo un delito”.

“El propio nombre de su asociación ya insta a intrusismo. Los únicos profesionales que pueden tratar animales en cualquiera de los ámbitos son los veterinarios. Los fisioterapeutas, en sus competencias, estudian humanos; solo pueden tratar humanos indiferentemente de si hacen posgrados, al igual que si un veterinario hace formación posterior en fisioterapia humana no se va a poner a tratar humanos por su competencia”, juzga.

Esto es intrusismo profesional, es ilegal y lo hacen. Nos quejamos de que quede tan impune esta actividad y porque no les quede claro que no lo pueden hacer. No es cuestión de debatir o compartir conocimientos, no se puede hacer. Yo soy especialista en cirugía y a mí no se me ocurre decirle a mis compañeros del hospital hacer un equipo multidisciplinar y operar un tumor en una persona”, amplía.

Y es que este tipo de prácticas podría traer consigo un peligro para la salud pública, y Villalaín pone de ejemplo la leishmanía: “La leishmania es una enfermedad que afecta a personas y animales. Una de las múltiples presentaciones clínicas que tiene son problemas articulares y cojeras. Si un perro con esta enfermedad acude a un fisio de humana, lo va a tratar como una cojera y esto va a suponer un riesgo de salud pública porque no tienen conocimiento ninguno sobre esta enfermedad en los animales. Si lo viese cualquier veterinario de primeras, haría las pruebas que tuviese que hacer a nivel médicas para descartar una serie de procesos patológicos”.

"Si quieres tratar animales, hazte veterinario"

Es por ello que insta al Consejo de Veterinarios a que tome cartas en el asunto: “Tienen que perseguirlo y, a nivel institucional, tiene que quedar clarísimo que los fisioterapeutas no pueden ejercer sobre animales”.

Con la Etología –parte de la biología que estudia el comportamiento de los animales, según la RAE– ocurre algo similar: “Hemos tenido que afinar el nombre y llamarlo ‘Medicina del comportamiento’ para diferenciar lo que es adiestrar a un animal de problemas psicológicos o psiquiátricos”.

Villalaín defiende que, al igual que un test psicotécnico debe realizarse por un médico, el estudio del comportamiento de los animales, al igual que la categorización de PPP –Perros Potencialmente Peligrosos–, ha de hacerse por un veterinario especialista en Medicina del comportamiento.

La raza Rottweiler es una de las consideradas PPP

“Puede que haya gente que esté habilitando perros como ‘no potencialmente peligrosos’ que luego ocasiones problemas. Cuando alguien se vende como etólogo, las personas igual se piensan que es veterinario y puede que alguien esté yendo a un etólogo y esa persona se ha hecho un curso de formación no reglada institucionalizada –en la Universidad Autónoma de Barcelona cualquiera puede apuntarse al Máster en Etología de Animales de Compañía–. Todo lo que entrañe estar relacionado con los animales lo tienen que hacer gente capacitada para ello. Si quieres tratar animales, hazte veterinario”, sentencia.

Somos sanitarios, pero queremos que se aplique en consecuencia. Todas las cosas que se piden tienen un argumentario sólido y justificado”, destaca Villalaín, haciendo hincapié en que los veterinarios llevan 75 años intentando hacerse el hueco que les corresponde en la Sanidad Pública y pelearán lo necesario para que se haga efectivo.

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