El Partido Animalista Pacma ha dado a conocer la denuncia de varios vecinos de Valdetorres de Jarama, que lamentan la pérdida de 221 hectáreas de biodiversidad en su municipio debido a la construcción de una plantación de pistachos.
La empresa privada Sancorganic SLU ha sido autorizada para crear esta plantación y parte de las hectáreas adquiridas ya se han modificado para convertir plantaciones de cereales, principalmente trigo, en pistachos. Para ello, ha vallado casi dos kilómetros de terreno en el que se han quedado animales atrapados, entre ellos corzos.
“Poco a poco fuimos viendo cómo iban transformando el terreno con maquinaria pesada y de repente empezaron a vallar toda la zona con valla cinegética dejando atrapadas a muchas especies: no solo corzos, suponemos que también jabalíes, zorros, conejos... Son animales a los que solíamos ver con frecuencia cuando paseábamos por la zona”, explica a Madridiario uno de los implicados.
“Los animales se golpean constantemente intentando pasar de un lado a otro. Lo peor se lo llevan los que se han quedado en el interior, privados de acceso al agua del río Jarama o las crías separadas de sus madres. Los vecinos aseguran que ya han tenido que rescatar corzos deshidratados”, agregan desde Pacma.
Una sucesión de irregularidades
Añaden que la empresa no ha respetado los 100 metros de distancia que deben respetarse por la Delimitación del Dominio Público Hidráulico, que comienza en la línea del cauce del río y forma parte de la Red Natura 2000. “Toda la plantación es un área calificada como ‘de importancia para las aves y la biodiversidad (IBA)’”, indican.
Según la Comunidad de Madrid, “los espacios protegidos Red Natura 2000 forman parte de una red ecológica europea cuya protección y gestión tiene por objeto el mantenimiento o restablecimiento de la diversidad biológica, mediante la protección de los tipos de hábitats naturales y de las especies de flora y fauna silvestres de interés comunitario”. Concretamente, este área es una zona LIC (Lugar de Importancia Comunitaria) / y ZEC (Zona Especial de Conservación).
“Aparte de aves –águilas, milanos, halcones y otras aves de paso como pueden ser avutardas, aunque estas tienen una zona protegida al otro lado de Valdetorres–, en toda esa zona había muchas plantaciones de cereales; una zona que en primavera, a la izquierda, tiene humedales –por permeabilidad del río– y hay muchas otras aves como patos”, lamenta este vecino de la zona que, a pesar de no vivir en Valdetorres, pasea a caballo asiduamente por el lugar.
Además, por este área vallada trascurren dos caminos de uso tradicional oficialmente reconocidos en el catastro –unen el Descansadero de la Quebrada y la Colada de Talamanca a Madrid con la ribera del río– que han sido cerrados al paso.
“Por esa zona del río Jarama paseamos muchas personas, no solo vecinos sino también personas de otras localidades cercanas y de Madrid porque está muy cerca y es un paraíso lo que hay ahí –o había hasta ahora–. Unas personas van en bici, otras llevan a pasear sus perros, otras van corriendo, otras a caballo porque hay mucha afición hípica en toda esa zona…”, indica el impulsor de la petición de change.org con la que buscan frenar esta actividad.
Desde la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid han comentado a Pacma que “no consta aportación de ningún informe de impacto ambiental preceptivo para el desarrollo de las obras” –obligatorio en estos casos– y han animado a los vecinos a poner en conocimiento del Área de Disciplina Ambiental estos hechos.
“Se han arrancado árboles, arbustos como retamas y otra vegetación tanto en la zona de servidumbre como zona de policía del río Jarama, en la zona A de Conservación Prioritaria del mencionado LIC. También se ha utilizado vallado cinegético y una excavadora para modificar el terreno de la ZEC del cauce del río; se ha modificado el terreno de la Vía Pecuaria de Cañada de Maroto en el tramo que discurre junto a la Yeguada Anantara; se han fijado algunos mojones con cemento/hormigón junto al vallado y, otros, se encuentran tumbados”, señala.
“Bastantes miles de hectáreas de bosque se están quemando para que encima, por un interés especulativo de una empresa que podía haber puesto la plantación en cualquier terreno llano en otro lugar, venga a destruir esa vegetación, arrancar árboles...”, añade.
“Nos hemos quejado a los agentes forestales muchas veces, quiénes nos han dicho que han abierto varios expedientes. También hemos llamado al Seprona y lo hemos comunicado a la Confederación Hidrográfica del Tajo porque han hecho tres pozos para extraer agua. Han cerrado algunos caminos públicos que así están reconocidos en el catastro. Y otros que no eran públicos pero que eran utilizados por vecinos y otras personas durante décadas”, manifiesta este vecino de Valdetorres.
A pesar de agruparse los afectados, enviar solicitudes y escritos a diferentes Administraciones y de hacer ruido, los vecinos no han recibido respuesta alguna a sus inquietudes.
“A base de quejarnos hemos conseguido que los de la plantación abran alguna puerta, pero los animales no son capaces de encontrarla y al ser una valla cinegética no pueden salir. En el caso de esa corza, unos jinetes que pasaban por allí se encontraron con un amigo y dos pudieron pasar dentro, coger a la corza, pasarla por encima de la valla y la llevaron hasta el río para dejarla a la sombra y esperar que se recuperase”, cuenta.
El Ayuntamiento defiende la plantación
Ante esta problemática, el Ayuntamiento de Valdetorres de Jarama emitió un comunicado “con el ánimo de aportar luz ante la información errónea que se está vertiendo por algunos sectores”, indicando que la empresa cuenta con las autorizaciones de la Confederación Hidrográfica del Tajo para realizar el vallado y con las de Vías Pecuarias.
“Dentro de la finca no existen caminos públicos. Las superficies de la finca no se encuentran protegidas ni bajo ningún régimen medioambiental especial. Todos los propietarios tienen derecho a vallar sus fincas, con las autorizaciones pertinentes. El vallado realizado es un vallado cinegético, que permite la entrada y salida de especies, que no requiere calificación urbanística, y que está permitido en zona de policía (100 metros). La entrada y salida de corzos se produce por la altura de la valla, que permite que estos puedan entrar y salir”, defienden desde el Consistorio.
Pacma afirma que los vecinos han tenido que llamar varias veces a la Guardia Civil para que abriese los accesos de la finca y los animales pudiesen pasar al ser el vallado demasiado alto y las aperturas “insuficientes”.
“La Zona de Servidumbre de cinco metros paralela a la ribera del río Jarama debe estar abierta y ser transitable para el adecuado mantenimiento de la zona y el acceso de vehículos de emergencias (bomberos, ambulancias, etc.). En dicha zona ha existido durante décadas una casa que albergaba las bombas de extracción de agua del río, para lo cual hay concesión administrativa de Confederación Hidrográfica del Tajo. Los pozos perforados cuentan con las autorizaciones pertinentes”, resuelve el Consistorio en esta nota.
“Hay muchas contradicciones. Primero, porque una valla cinegética es precisamente para evitar que los animales salgan de un recinto como son los cotos de caza, y luego, porque no es la Confederación Hidrográfica del Tajo sino la Consejería de Medio Ambiente quién tiene que autorizar todo ese desastre en una zona especialmente protegida”, subraya el afectado.
“Tanto Pacma como la asociación de vecinos seguirán insistiendo para obtener respuesta del Ayuntamiento de Valdetorres de Jarama que, por su parte, se ha negado a continuar con los diálogos tras ser preguntado en reiteradas ocasiones por la legalidad de la situación”, sentencian desde el partido con miedo a la pérdida de "un ecosistema completo" si la empresa destruye todo el terreno para ubicar la plantación tal y como está previsto. “No se comprende cómo alguna persona o personas hayan podido autorizar eso”, apunta el afectado.