El Ayuntamiento de Getafe ha paralizado la remodelación de la plaza Tirso de Molina, proyectada por el anterior Gobierno municipal del PP, tras las movilizaciones de vecinos del barrio de La Alhóndiga que solicitaban que no se llevaran a cabo las obras.
Al respecto, la alcaldesa de Getafe, Sara Hernández, ha manifestado a través de las redes sociales que han ordenado paralizar "la remodelación no consensuada del PP en Tirso de Molina".
Los vecinos comenzaron las protestas a principios del pasado mes de mayo al considerar que el proyecto pretende convertir la plaza "en un espacio cerrado, poco accesible, y que no permite su utilización para la vida cotidiana del vecindario, rompiendo por completo la identidad cultural que caracteriza al barrio".
"El diseño no va a proporcionar una mayor seguridad a los vecinos como indica el proyecto", apostillaron, al tiempo que presentaron un plan de remodelación alternativo.
La empresa municipal Getafe Iniciativas (GISA) adjudicó a principios de este mes de junio las obras de remodelación a la empresa Constructora de Servicios Públicos por unos 400.000 euros y un plazo de ejecución de dos meses y medio, dentro del denominado Plan Urban de regeneración del barrio de La Alhóndiga cofinanciado por la Unión Europea.
A pesar de las protestas vecinales, el anterior Gobierno municipal continuó adelante con el proceso de adjudicación tras de las elecciones municipales, después de que el exalcalde Juan Soler envió una carta explicando que en la remodelación de la plaza "no sólo no se van a quitar árboles, sino que se van a plantar 61 árboles más y con una reforma muy bonita, hecha por dos arquitectas progresistas y modernas".
Además de la plaza, también se quería acondicionar un aparcamiento subterráneo de dos plantas, que tiene dos rampas de acceso rodado y dos casetas de acceso peatonal, así como pequeñas edificaciones y rejillas de ventilación.
Según constaba en el proyecto, "dada la importancia de este espacio urbano, como espacio de uso lúdico de los ciudadanos del barrio de La Alhóndiga, se considera conveniente proceder a la remodelación de esta plaza".
Asimismo, se señalaba que diversas deficiencias en el aparcamiento subterráneo, producidas por causas que se encuentran en la superficie de la plaza, "también hacen que esta remodelación sea conveniente".
En este sentido, según el proyecto, la prioridad era facilitar el tránsito y la estancia peatonal en el ámbito de la plaza, creando barreras frente al tráfico rodado circundante, suavizando las líneas del trazado y adaptándolas a una escala de movimiento humano.
También restaurando los elementos y espacios degradados por el paso del tiempo, implementando la vegetación para conseguir un entorno verde y mejorando la sensación de seguridad al circular por la plaza creando una gran superficie de coexistencia de uso peatonal.
"Esta decisión se toma ante el fracaso evidente de la plaza actual como espacio representativo, además de como espacio verde", añadía el informe.
Entre otras actuaciones, se buscaba acondicionar el lindero norte de la plaza, dado que produce una sensación de desprotección y de excesiva apertura y permeabilidad visual, con la construcción de un muro quebrado, buscando crear un "telón de fondo" para este espacio urbano.