Las anteriores intervenciones, la lluvia, el sol, el viento, la contaminación ligada al tráfico e incluso la cercanía al Retiro han provocado afecciones en la Puerta de Alcalá en sus 250 años erguida. La que fuera una de las cinco entradas históricas a la Villa de Madrid necesita "mimos", en palabras de la delegada de Cultura, Andrea Levy, tras detectarse un deterioro "mayor del previsto" en sus muros de granito, en los grupos escultóricos de piedra caliza y en su cubierta de plomo.
Los expertos que han realizado estudios "concienzudos" y hasta 90 ensayos sobre el monumento recomiendan "una actuación inmediata", aunque lanzan un mensaje tranquilizador sobre la salud de la estructura: "Es estable". El Gobierno municipal autorizará este jueves un gasto de 2,6 millones para la restauración del bien, que se iniciará "en un mes" y se prolongará durante 12 meses si no surgen contratiempos. "Se tardará lo que sea preciso para dejarla bien", ha subrayado el director general de Patrimonio Cultural del Consistorio madrileño, Luis Lafuente.
El diagnóstico llega tras meses de análisis sobre terreno, en laboratorio y documental. Un trabajo que han realizado de manera conjunta la Dirección General de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Madrid y el Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE), dependiente del Ministerio de Cultura y Deporte, junto a varias empresas. Las conclusiones que arrojan son claras: "Vemos pérdidas volumétricas en las esculturas, ennegrecimiento relacionado con la contaminación, fracturas vinculadas a los anclajes metálicos, costra biológica, morteros que han perdido su función y grapas que se han oxidado", expone Elsa Soria, conservadora de Titanio Estudio.
La cubierta no presenta fisuras graves, pero sí deficiencias que deben subsanarse. Tras revisarla, se ha comprobado que "siempre ha sido de plomo, pero no es la original". Tal como ha explicado Blanca Mora, arquitecta y Jefa de Servicio de Restauración y Patrimonio de la Dirección General de Patrimonio Cultural, "debajo de ella lleva mucho tiempo acumulándose agua y en el monumento hay zonas con manchas por evacuación inadecuada". A fin de resolver este problema, la cubierta se sustituirá "optando por una solución que permita la ventilación y evite la humedad".
Una actuación inminente, pero "mínima"
Entre julio y noviembre, las instituciones involucradas en la conservación de la Puerta de Alcalá han desarrollado un pormenorizado estudio sobre las patologías que afectan al bien, han revisado los elementos de riesgo y realizado pruebas de limpieza. El monumento, construido entre 1769 y 1778, fue sobrevolado con drones que permitieron generar imágenes tridimensionales del bien. Después se tomaron muestras para obtener información sobre el efecto de los agentes ambientales en cada material y se realizaron termografías para determinar el grado de humedad y resistencia de cada pieza con el objetivo de decidir a posteriori qué tratamiento aplicar sobre la piedra. Se estudiaron las grietas y el potencial peligro de desprendimiento.
Tras este proceso, se corroboró que los dos tipos de piedra que conforman el monumento presentan deterioro. El granito de la fachada y la cornisa se encuentra arenizado y la caliza de Colmenar de Oreja de las esculturas y algunos relieves tiene debilidad mecánica. Los refuerzos metálicos instalados en las diferentes restauraciones se han corroído, derivando en fisuras y fracturas de los angelotes. ¿Las causas? Múltiples. Influyen su ubicación en un entorno urbano al aire libre, su exposición a climatología adversa, su proximidad al parque del Retiro con la consiguente acción sobre el bien de las aves y también daños que han producido intervenciones anteriores. La actuación requerida "es urgente", pero "será mínima, ajustada a las necesidades de conservación y con materiales compatibles que no generen daños en el futuro", apunta Ana Laborde, conservadora del IPCE responsable de la restauración del Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela.
El Ayuntamiento de Madrid ya trabaja en la adecuación del andamiaje para poder acometer la rehabilitación. Luis Lafuente avanza que en apenas un mes estarán en disposición de iniciar los trabajos, que incluyen el engasado de las partes con riesgo de derrumbe, la retirada de la cubierta y su reconstrucción con nuevas pendientes,la limpieza y aplicación de hidrofugante en las fechadas o la retirada de los morteros en mal estado. Asimismo, se asegurará la sujeción de las esculturas que, en caso de que se necesite, podrán desmontarse para una mejor restauración. La reparación no implicará, en ningún caso, borrar el impacto de las balas de cañón y proyectiles que recibió durante distintos conflictos bélicos. "Forman parte de su historia y de los valores inmateriales que encierra", ha subrayado Ana Laborde.
Reducción del tráfico
En paralelo, Cibeles baraja vaciar de tráfico el entorno de la Plaza de la Independencia para restar su incidencia nociva sobre el bien. En el análisis de la piedra, de hecho, se han identificado "altos valores de dióxido de nitrógeno y de azufre", han reconocido los especialistas. Combinado con la luvia torna en una lluvia ácida que acelera la disolución de los materiales. "No es una decisión fácil, tenemos que hacer estudios urbanísticos, pero estamos en esa tesitura de reducir el tráfico", ha indicado el máximo responsable de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento.
Limitar la circulación de vehículos y sus humos en este enclave redundaría en una menor afección para la Puerta de Alcalá. Sin embargo, los expertos coinciden en que "no evitará que se siga deteriorando", avisa la conservadora del Instituto del Patrimonio Cultural de España. "No es una solución definitiva", concluye. Tanto Elsa Soria, conservadora de Titanio Estudio, como la arquitecta Blanca Mora aseguran que otros agentes como "los depósitos orgánicos que vienen del Retiro o la palomina son también muy agresivos" y "no por ello vamos a mover la Puerta".
Diez intervenciones sobre la obra de Sabatini
La restauración se iniciará 12 meses después del cierre del 'Año Sabatini' con el que el Consistorio celebró el legado del arquitecto italiano Francisco Sabatini en el tercer centenario de su nacimiento. No solo diseñó la Puerta de Alcalá, sino que destacó como figura fundamental para la configuración de Madrid como capital de la Ilustración española. El de Palermo venció a otro ilustre, Ventura Rodríguez, en el concurso orquestado por la corte del rey Carlos III para proyectar la puerta de acceso a la Villa por el camino real de Aragón y Cataluña.
Se levantó en estilo barroco clasicista entre 1769 y 1778 y en sus casi 250 años de vida ha sido testigo de cinco contiendas bélicas y un atentado -contra Eduardo Dato- que han dejado una huella visible en fachada y esculturas. Si en un principio cumplía una función práctica, con el derribo de la cerca en 1869 para crear la Plaza de la Independencia se convirtió en un monumento y emblema de la ciudad. De esa fechan datan los primeros daños sobre el bien, pues uno de los angelotes perdió un brazo y la cabeza, que serían repuestos más adelante. La siguiente actuación se remonta al año 1872 y en los siglos XX y XXI se han sucedido otras ocho intervenciones entre 1904 y 2014. No obstante, la última de calado fue la de 1992. Por tanto, no se ha sometido a una rehabilitación y limpieza profunda desde hace 30 años. "Necesita mimos", ha concluido la delegada de Cultura, Andrea Levy.