El proyecto de Madrid Río soterró la M-30 en su tramo suroeste y en paralelo reconvirtió los márgenes del Manzanares en un gran parque lineal entre el Puente de los Franceses y el Nudo Sur. Aquella obra faraónica que inició el exalcalde Alberto Ruiz Gallardón en 2005 se completará el próximo otoño con el ajardinamiento del espacio que liberó el estadio Vicente Calderón, derribado en el año 2020. El cubrimiento de los últimos 600 metros de la vía de circunvalación que quedaban por enterrar a su paso por el antiguo feudo del Atlético de Madrid terminó a finales de 2022 y ahora arranca la fase final de renaturalización en altura de la estructura que envuelve la carretera y sus alrededores. En una superficie de 67.000 metros cuadrados, divididos en tres alturas, se plantarán más de 1.200 árboles, 4.500 metros cuadrados de césped y 9.000 arbustos.
El alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, ha fechado la inauguración de esta nueva zona verde para el próximo otoño. "Madrid Río fue la gran obra de transformación urbana de la historia reciente de Madrid y la operación Mahou-Calderón es la oportunidad de culminarlo donde todavía había una brecha", ha manifestado este miércoles desde ese terreno. La intervención permitirá dar continuidad al itinerario que bordea el Manzanares, construyendo un paseo de unos 620 metros que se conectará con los tramos ya consolidados del parque al norte y al sur.
El suelo desocupado tras el desmantelamiento del campo colchonero presenta diferencias altimétricas, con una parte a nivel de calle y otra elevada por la nueva cubierta que encapsula la M-30. Estas diferentes alturas se unirán a través de grandes taludes vegetales que ayudarán a suavizar los desniveles y que quedarán delimitados por bancos de granito con una doble función: la obvia de asiento y una técnica de contención. Más adelante, y enmarcado en una actuación independiente a este ajardinamiento que ejecuta la Junta de Compensación Ribera del Manzanares, el Ayuntamiento construirá una pasarela peatonal que conectará los distritos de Carabanchel y Arganzuela en un punto que aún no pueden concretar.
Un parque en tres alturas
En la zona que discurre a la orilla del río, pero que se corresponde con la plataforma que cubre el anillo de circulación de unos siete metros de altura, se ha proyectado un camino ciclable que conectará los tramos norte y sur de Madrid Río a través de un bosque de pinos. El pavimento será de arena fina y adoquín de granito en algunos puntos y posibilitará el acceso al parque por el puente de San Isidro.
En la cota inferior se completará la peatonalización del último trecho del paseo de la Virgen del Puerto a fin de poder eliminar el fondo de saco próximo a la rotonda de la calle del Duque de Tovar. Junto a esa vía se instalarán una escalera y una rampa accesibles que ejercerán de enlace entre esta zona y la cubierta superior que cubre la M-30. Los taludes se forrarán con vegetación trepadora que minimicen el impacto de los muros del túnel.
La tercera y última parte, en el espacio central sobre el que se erigía el estadio, se concibe como una amplia pradera con remates circulares que simularán la forma de un circo romano. A su alrededor se plantarán tres hileras de árboles frondosos.
En torno a esta nueva zona verde se ha construido en los últimos dos años un nuevo desarrollo residencial que consta de 1.300 viviendas, reservándose el 40 por ciento de ellas para el régimen de alquiler, tal como ha puntualizado esta mañana el regidor madrileño. El presidente de la Junta de Compensación Ribera del Calderón ha destacado que han sido "capaces de ofrecer soluciones de vivienda en un entorno responsable con el medio ambiente" al tiempo que ha puesto en valor que el 80 por ciento de los pisos han sido adquiridos por "gente del barrio de Arganzuela". La preventa de estas nuevas casas alcanza ya el 90 por ciento de las edificadas.