No es "economía colaborativa", sino una "relación laboral" plena. Eso es lo que denuncia el sindicato Comisiones Obreras, que este miércoles ha lanzado una campaña de apoyo a los riders que trabajan para las plataformas digitales de reparto a domicilio.
Así, CCOO de Madrid ofrece asesoramiento sindical, laboral y jurídico a todo aquel trabajador que les haga llegar sus consultas a través de Whatsapp, Instagram, Facebook o formulario móvil. Este servicio es gratuito y anónimo y no se usarán los datos de los afectados salvo en los casos en que el propio usuario decida hacerlos públicos para la resolución de su caso.
Con ello, el sindicato pretende contribuir a la labor ya iniciada por la Inspección Laboral, que ha constatado el "fraude" que cometen algunas de estas empresas al no dar de alta a estos trabajadores en la Seguridad Social.

Una relación comercial, no voluntaria
Las excusas que ponen para no hacerlo son varias. Por un lado, se hacen pasar por "economía colaborativa". Esto es, un intercambio voluntario sin contraprestación económica de por medio. "Sin embargo, en el ámbito que nos ocupa existe un trabajo realizado o un servicio prestado, un producto recibido y un beneficio económico", constata el sindicato que concluye que "esta relación de tipo comercial no permite el uso de economía colaborativa".
Por otro lado, argumentan que no existe vínculo laboral entre los riders y sus plataformas tecnológicas. "Desde CCOO mantenemos que exite una relación laboral, como se va demostrando día a día con las diferentes sentencias y pronunciamientos desde ámbitos internacionales -la Organización Internacional del Trabajo (OIT) o la Unión Europea (UE)-", rebaten los representantes de los trabajadores. Y lo fundamentan basándose en la ajenidad y la dependencia que se da en estos casos, ambas, características esgrimidas por sentencias de distintos tribunales que las ponen como condición de la existencia de una relación laboral. Primero, porque "no existe relación del/la trabajador/a con el cliente, salvo a través de la empresa". Segundo, porque "el/la trabajador/a se somete a las condiciones de la empresa".
Tal y como señala Asunción Servant, secretaria de Acción Sindical de CCOO de Madrid, el de los riders "es un sector en el que se ha cuidado mucho la imagen pública por la parte empresarial y se nos ha querido vender una imagen de lo que es este trabajo, que a su vez no se corresponde en absoluto con lo que estamos comprobando".
Asimismo, desde CCOO señalan que otro de los argumentos por parte de estas plataformas de reparto es que se trata de "una situación inevitable", fruto del avance tecnológico y las características de estas plataformas. No obstante, según señala Servant, "no se trata de una consecuencia de las herramientas digitales, sino que hay una intencionalidad por parte de las empresas". En este sentido, añade que, aunque "hay una variación de algunos aspectos de la relación laboral, se está aprovechando la introducción de estas tecnologías para desregularizar y precarizar las condiciones de trabajo".

Ahorro de costes
Otro de los argumentos que usan estas compañías para desentenderse de los derechos de sus repartidores es el de que éstos trabajan "por un período de tiempo muy corto" o "por espacios de tiempo muy cortos". CCOO achaca esta situación a "la regulación laboral dejada en herencia por el PP", un marco legislativo con el que "las empresas pueden realizar contratos a tiempo parcial que desarrollan a su libre criterio".
"Los empresarios solo retribuyen el tiempo en que se realiza la microtarea, pero no aquel en que el repartidor está disponible"
De nuevo basándose en sentencias judiciales que hacen referencia a dicha reforma laboral conservadora, CCOO de Madrid describe la "contratación a demanda" llevada a cabo por estas plataformas y cómo "el tiempo que el trabajador quedaba a disposición del empresario [...] ahora se atomiza en microtareas sucesivas en función de la demanda". "Existe una relación contractual permanentemente hibernada que se actualiza con la asignación de cada microtarea concreta", continúa el sindicato, "un proceso que se repite tantas veces lo requiera el mercado que controla el empresario". Además, los dirigentes de estas compañías solo retribuyen de forma salarial "el tiempo en que se realiza la microtarea, pero no aquel en que el repartidor está en situación de disponibilidad", con el consiguiente "ahorro de costes para el empresario", denuncian.
Horarios, uniformes y despidos
Asimismo, CCOO esgrime que "la duración del período de relación no es eximente para dejar de considerarla relación laboral", sino que las obligaciones que los riders deben cumplir al inscribirse en la plataforma hacen de ello un contrato de trabajo.
Estas son: cumplir unos horarios concretos "donde saben que pueden tener mayor volumen de pedidos", llevar unas determinadas "prendas y materiales de reparto que identifican la marca", estar geolocalizados por la compañía a fin de que puedan ser penalizados si los tiempos de reparto son excesivos, o no rechazar pedidos, tardar mucho en repartirlos o recibir malas valoraciones de los clientes si no quieren ser desconectados de la plataforma, es decir, despedidos.
Y todo ello pese a que tanto el vehículo -la bicicleta, en la mayoría de los casos- como cualquier herramienta necesaria para el desarrollo de su trabajo ha de ponerlos el trabajador y no el empresario. Del mismo modo, en caso de accidente laboral, la plataforma se desentiende: la seguridad y la salud laboral corren a cuenta del rider, denuncia el sindicato.
En definitiva, este modelo, según CCOO es "insolidario socialmente" y está "produciendo una competencia desleal contra aquellos empresarios y empresas que sí cumplen con la normativa laboral y sí que respetan los derechos de los trabajadores". Además, añaden que se trata de "un modelo que individualiza las condiciones de trabajo hasta el punto de negar el vínculo laboral como tal".

Todos ellos son motivos suficientes, según CCOO, para que quede demostrada la relación laboral de los repartidores con las empresas de servicios a domicilio y así debe quedar regulado "como garantía de una relación entre pares". El objetivo es garantizar jurídicamente la relacion laboral, las coberturas sanitarias por enfermedad y accidente laboral o la de desempleo, así como la de establecer en un marco normativo los costes que debe asumir cada parte contractual o los horarios de disponibilidad de los riders, entre otras cuestiones.
Aunque admiten desde el sindicato que posiblemente se debería haber actuado antes, esta situación se presenta como "algo novedoso" de lo que están aprendiendo también. Según señalan, en este sentido "el modelo tradicional no sirve" y han tenido que llevar a cabo " un periodo de reflexión, de observación y de valoración sobre cómo se puede entrar en esa realidad" antes de realizar cualquier actuación.
Un perfil que ha ido variando con el tiempo
Una de las cuestiones a tener en cuenta en la situación de los riders es el tipo de perfil y las condiciones personales. Para ello, desde CCOO de Madrid relatan que salieron a la calle para hablar con estos trabajadores y conocer de primera mano los distintos factores de su actividad. En este sentido, señalan que una de las cosas que les sorprendió es que todos los repartidores provenían de países extranjeros.
Esto sucede porque, según detallan, se les promete desde su país que aquí podrán tener un trabajo y, aunque las condiciones no sean buenas, "están en ello porque no encuentran otra cosa y la situación es menos mala que la que pueden encontrar en sus países de origen".
A esta realidad se añade la variación del perfil de repartidor en los últimos años. Si bien en un comienzo se trataba de jóvenes estudiantes, "con el tiempo ha ido subiendo la edad de los repartidores y también se han incorporado mujeres". Desde CCOO destacan que ha aumentado la bolsa de trabajadores cuya edad se sitúa por encima de los 50 años. En cualquier caso, reconocen que, al tratarse de repartidores registrados como autónomos, no pueden encontrar unos datos totalmente específicos acerca del perfil y cantidad de trabajadores en este ámbito.
Con este proyecto, el sindicato pretende contribuir a la mejora de condiciones de los riders. La campaña se desarrollará a partir de este miércoles de forma simultánea con repartos de propaganda presenciales, publicidad segmentada en apps y redes sociales y en asambleas informativas en puntos de encuentro.
