Tal día como hoy hace un año, lo más comentado en las redes sociales era el incidente del paracaidista que portaba una bandera de España en el inicio del desfile del 12 de octubre y al aterrizar se quedó enganchado en una farola. Los abucheos y pitos que parte del público le dedicó al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su llegada al acto fue otro de los detalles que destacaron las crónicas del día, igual que la interpretación que hizo la soprano Ainhoa Arteta de 'La muerte no es el final'.
Miles de madrileños ocuparon con banderas los dos kilómetros de recorrido de la parada militar por el paseo de la Castellana en el que participaron unos 4.200 efectivos de los Ejércitos y la Armada, así como de la Guardia Civil, Policía Nacional, Protección Civil y Salvamento Marítimo, además de 76 aeronaves y más de 150 vehículos. La Patrulla Águila en el cielo y la Unidad Militar de Emergencias y la Legión avanzando a paso ligero con su cabra sobre el asfalto volvieron a ser de los más aplaudidos. Los Reyes Felipe VI y Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía, concentraron todas las miradas, mientras en la tribuna de autoridades, ubicada en la plaza de Lima, se dejaban ver los presidentes del Congreso y del Senado, el Gobierno al completo y casi todos los líderes de los principales partidos -Pablo Casado, Santiago Abascal y Albert Rivera, todavía liderando Ciudadanos-; faltó Pablo Iglesias, que aún no era vicepresidente del Ejecutivo y siempre declinaba la invitación al acto.

Por primera vez en décadas, hoy no asistiremos a nada parecido. Este Día de la Fiesta Nacional va a estar marcado de manera irremediable por la pandemia. Fue el pasado mes de julio cuando el Ministerio de Defensa anunció que, dadas las circunstancias, se suprimía el tradicional desfile del 12 de octubre y que en su lugar se estudiaba una alternativa más sencilla y menos multitudinaria. Por aquel entonces las medidas sanitarias impuestas para evitar la propagación de la Covid-19 y la incertidumbre ante nuevos rebrotes desaconsejaban celebrar el evento tal y como lo conocemos. Hoy la segunda ola del coronavirus es una realidad y casi nadie cuestiona la conveniencia de la anulación del desfile.
Solo Vox ha manifestado su disconformidad. Su portavoz en el Congreso de los Diputados, Iván Espinosa de los Monteros, cree que la cancelación responde a "motivos ideológicos" y no sanitarios porque "es un acto al aire libre y en el que la gente puede mantener la distancia", ha argumentado. El diputado ha mencionado la manifestación organizada por su partido el 23 de mayo en las calles de Madrid como ejemplo de que se pueden convocar eventos multitudinarios sin poner en riesgo la salud. Asegura que no hubo ningún contagiado, y lo ha comparado con el día a día de los madrileños "hacinados" en el transporte público o por la calle.
Un acto íntimo y austero
Gobierno y Casa Real han trabajado codo con codo durante estas semanas para organizar un acto militar, alternativo al desfile, que se va a celebrar a mediodía de este lunes en la plaza de la Armería del Palacio Real, donde ya se realizó el homenaje a las víctimas del coronavirus. Estará presidido por el Rey Felipe VI y contará con la presencia de no más de 70 autoridades del Estado de máximo nivel. La lista incluye a las presidentas de Congreso y Senado, el presidente del Tribunal Constitucional, el presidente del Consejo General del Poder Judicial, los miembros del Gobierno y los presidentes autonómicos.
El acto comenzará con el ceremonial militar de izado de la bandera, la imposición de condecoraciones de la Operación Balmis, el homenaje a los caídos, y un desfile reducido dentro del patio a cargo de una representación de unos 500 militares de diversas unidades y ejércitos de las Fuerzas Armadas. Este año, dado que la situación epidemiológica recomienda reducir los desplazamientos, se ha procurado que los participantes en la parada militar procedan de cuarteles de la región. La única excepción es la Legión, que este 2020 cumple su primer centenario y se ha decidido que tenga un lugar destacado.
En el cielo no faltará tampoco la Patrulla Águila, la unidad acrobática del Ejército del Aire, que dibujará los colores de la bandera en el cielo de Madrid. Sus pilotos han estado sobrevolando la capital desde el jueves ensayando de cara al 12-O y sorprendiendo a muchos con el estruendo de sus cazas.
También desaparece en esta edición la tradicional recepción posterior al desfile en el Palacio Real a la que suelen asistir los poderes del Estado, expresidentes del Gobierno y representantes del mundo económico, universitario y de la sociedad civil, una cita célebre por sus famosos corrillos.
Este descafeinado ceremonial de la Fiesta Nacional será el primero con el Gobierno de coalición en el Palacio de la Moncloa y con ministros de Podemos en el Ejecutivo. Si se confirma su presencia, podremos ver en esta celebración a Pablo Iglesias y Alberto Garzón, muy reacios a participar en ella cuando todavía no eran vicepresidente y ministro de Consumo, respectivamente. Lo que es una incógnita es si aceptarán la invitación los presidentes autonómicos de País Vasco y Cataluña, cuyas ausencias son ya un clásico.
Quienes no se espera que se ausenten, a pesar de la tensión de los días precedentes entre el Gobierno central y el madrileño, son la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, que ya se estrenó como anfitriona el año pasado, y el alcalde de la ciudad que acoge el evento, José Luis Martínez-Almeida. En todo caso, será inevitable que este año se analice con lupa cada gesto que intercambien ambos dirigentes con Pedro Sánchez cuando el protocolo del acto les obligue a interactuar. La evolución de la pandemia ha estado muy presente durante diseño de este acto y sus organizadores han estado atentos a los últimos acontecimientos, para adaptarse a cualquier nueva medida sanitaria o restricción que las autoridades establecieran para evitar la propagación de la Covid-19.
Caravana de protesta por el estado de alarma
Precisamente el estado de alarma decretado por el Gobierno ha llevado al líder de Vox, Santiago Abascal, a convocar a sus seguidores a salir a la calle el lunes. “Este gobierno nos está matando con su incompetencia frente al virus y nos está arruinando con sus medidas totalitarias y absurdas. El lunes obliguemos a los mafiosos a dimitir. En coche y con la bandera de la libertad, la de España”, ha publicado en su cuenta oficial de Twitter.
Cumplía así la advertencia que había hecho horas antes cuando se confirmó que el presidente del Gobierno había convocado un Consejo de Ministros extraordinario para el viernes en el que finalmente se aprobó decretar el estado de alarma en Madrid durante al menos 15 días. "Una nueva caravana por la libertad, contra la muerte y la ruina que trae Sánchez. Son una mafia y los españoles no van a dejarse encarcelar de nuevo", escribía el líder de Vox.
El portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Madrid, Javier Ortega Smith, ha calificado de "gesto de resistencia democrática" esta llamada a manifestarse en coche el 12 de octubre. "No vamos a claudicar ante este gobierno totalitario que sólo entiende de su hoja de ruta, que desprecia a los tribunales, a los médicos, y que luego se inventa comisiones de expertos que no existen", ha apuntado el pasado viernes durante su participación en acto institucional por el 12 de octubre organizado por el Ayuntamiento de Madrid.
Desde el Gobierno, el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, le ha reprochado a Vox que organice estas marchas y que pretendan patrimonializar símbolos como la bandera, el himno o la fiesta nacional, "pero hay 47 millones de españoles", ha recordado. En este contexto, ha indicado que aunque haya un estado de alarma, el derecho de reunión y manifestación "siguen vigentes", por lo que hay que comunicar a las delegaciones del Gobierno las convocatorias que podrán requerir la adopción de medidas para garantizar la salud "o incluso prohibirlas".
Municipios sin acto de homenaje a la Guardia Civil
Los municipios de la Comunidad de Madrid que cuentan con acuartelamientos de la Guardia Civil también han tenido que renunciar a las celebraciones que cada año organizaba la Benemérita coincidiendo con el día de su patrona, la Virgen del Pilar. La dirección general del instituto armado ha decidido no realizar actos públicos en esta ocasión, por primera vez desde 1844, debido a la situación epidemiológica actual, y ha dictado una instrucción para que las celebraciones tengan un carácter interno para ajustarlos a la normativa sanitaria.
Ante la ausencia en la agenda de esta tradicional cita anual, la Asociación Pro Guardia Civil (APROGC) ha propuesto sustituirla por un aplauso solidario colectivo a las 18:44 con el que los ciudadanos expresen su apoyo a la Guardia Civil en el día de su patrona. La elección de la hora no es un capricho, sino que representa al año de fundación de este Cuerpo.