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Navidades estilo Carmena

Por Ángel del Río
lunes 23 de noviembre de 2015, 09:15h

Para dar una salida digna a la programación municipal navideña, la alcaldesa, Manuela Carmena, ha hecho usted una faena de aliño; ha puesto una vela a las tradiciones y costumbres de los madrileños, y otra a sus socios de Podemos. Su laicismo militante lo ha enfrentado a la realidad de unas celebraciones históricas que van más allá del contexto religioso; ha querido dar respuesta a una demanda mayoritaria y a una postura minoritaria que es la del equipo de gobierno que encabeza. Habrá belén municipal dentro del Palacio de Cibeles, pero reducido, sensiblemente reducido, pues se pasa de los más de 50 metros de superficie que tenía el pasado año, a los 8 metros que tendrá este; de las más de 400 figuras, a las 40 de la nueva versión. No podemos decir que sea un belén de bolsillo, pero casi, comparado con el anterior. Ya sé que en esto, como en otras cosas, lo importante no es la cantidad, sino la calidad, y está garantizada por las figuras del escultor belenista Luis Mayo. No sé qué problemas había en instalar el gran belén de siempre en un lugar, como el Palacio de Cibeles, donde lo que sobra es sitio.

Lo que no habrá este año, por decisión de la alcaldesa, es el belén luminoso que se situaba debajo de la Puerta de Alcalá. Sinceramente no sé a quién podía molestar.

La señora Carmena no podía, ni tenía derecho, a dejar a Madrid sin una programación municipal navideña, y no lo ha hecho, aunque sus compañeros de gobierno le hayan dicho: “Por poder, sí podemos, pasar de estas fiestas”. Pero ella es alcaldesa de todos y veladora de las tradiciones por encima de las religiones; por eso ha bizcochado la programación típica con algunas modificaciones ajenas a la misma, basándose en una Navidad "para la diversidad, la participación y la integración", conceptos que ya van implícitos en el propio espíritu navideño. En el programa municipal ha metido un karaoke chino y danzas griegas, que son elementos muy típicos de la Navidad cristiana, claro. Así las cosas, y en pro de esa integración, supongo que en las fiestas del Año Nuevo chino, se cantarán villancicos; en el Ramadán, se pedirá el aguinaldo, y en la Pascua judía, además de la fiesta del cordero, habrá misa del gallo. Si no hay fusión, no hay celebración.

Muchos de sus allegados quieren ver en Manuela Carmena una reedición del viejo profesor, Tierno Galván. Él era un agnóstico confeso, que se negó a que retiraran de su despacho de alcalde el crucifijo que había estado allí toda la vida, porque entendía que la cruz era un símbolo de paz; mantuvo y participó de las tradiciones religiosas de los madrileños, de los ritos y costumbres, sin tener que edulcorarlo con karaokes chinos o danzas griegas. Tierno era un intelectual metido a alcalde. Huyo de las comparaciones, pero el viejo profesor sí fue un alcalde de todos, por encima muchas veces, de las exigencias de su propio partido.

Ángel del Río

Cronista Oficial de Madrid y Getafe

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