Ha visto y escuchado a miles de víctimas, ha condenado a miles de agresores. Jueza desde 1995, es una de las que primero se especializó en maltrato machista. Dice que antes no se veían en los tribunales tantos casos de violencia entre parejas jóvenes y achaca esta aumento a una nueva generación que ha crecido sin aprender a tolerar la frustración. María Gracia Parera de Cáceres (Lima, 1968) lleva ocho años al frente del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 3 de Madrid. Recibe a Madridiario en pleno repunte de crímenes contra las mujeres.
La semana pasada hubo una concentración en Sol contra el aumento de la violencia machista y los recortes en las políticas de igualdad. ¿En los juzgados de Violencia sobre la Mujer de Madrid disponen de los recursos suficientes?
En estos juzgados especializados sí, pero en los juzgados penales no se están sustituyendo los puestos hasta que no hay tres vacantes. Esto influye en que no se puede hacer el señalamiento de los juicios con la rapidez y celeridad que debería ser. Lo más grave es que, fuera de los juzgados, en las medidas de asistencia a la víctima sí se notan los recortes. Se ha suprimido un número importantísimo de puntos de encuentro familiar. Esto significa que hay una lista de espera de cuatro o cinco meses para familias que los necesitan. Hay parejas con una orden de alejamiento por la que el hombre no pueda acercarse a la mujer, pero eso no implica que no pueda ver a sus hijos en un punto de encuentro. Se trata de no romper el vínculo paternofilial, que a la larga es muy valioso para los niños.
¿Cuánto tiempo pasa desde que una mujer pone una denuncia hasta que hay juicio?
Hasta que se pone una orden de protección pasan, como máximo, 72 horas. Si es un proceso sencillo, se eleva y en 15 días está el juicio. Podemos hablar de un periodo total de 20 días si es juicio rápido. En Madrid hay once juzgados especializados. Se dice que son demasiados porque nuestro número de asuntos no es excesivo y se está hablando de transformar alguno en un juzgado penal. Eso empeoraría el tiempo de respuesta, que ahora mismo es excelente.
62 millones de mujeres en Europa reconocen haber sido maltratadas en algún momento de su vida. En España, una de cada cinco. En una década desde que se aprobara la ley de medidas de protección integral de violencia de género ha habido más de 650 muertas. Este año ya hay 17 asesinadas (tres de ellas, en Madrid) y varios casos más en investigación... las cifras son alarmantes, pero ha bajado el número de denuncias. ¿Por qué?
Es muy difícil saberlo, yo creo que tiene distintas causas. Primero, cuando se crearon los juzgados de violencia sobre la mujer hubo un efecto llamada. Se hizo mucha publicidad y salíamos en prensa, con lo que muchas mujeres que a lo mejor no habían denunciado antes se animaron a hacerlo. Ese efecto llamada ha ido disminuyendo aunque haya habido campañas de concienciación. El segundo motivo es que el número de población española ha disminuido. Hay dos millones de españoles que se han ido y una población inmigrante, que no se puede determinar porque era irregular, que se ha vuelto a sus países. Por tanto, ha disminuido el grupo de mujeres. En tercer lugar, la crisis económica ha influido muchísimo. Nosotros tenemos casos que los dos están en el paro o están cobrando un subsidio de 420 euros. Ante esta situación, y con hijos, dime tú quién se anima a denunciar. Te quedas muy desvalida. Ha habido una disminución de derechos sociales muy importante y la situación es muy grave. Ahora, por ejemplo, para obtener el subsidio por ser víctima de violencia de género los requisitos son más estrictos. Yo veo esas tres causas, aunque puede haber más.
Además, están aumentando los casos de violencia machista entre parejas jóvenes.
Sí,
ha habido un cambio muy importante desde hace unos seis años. Yo la
violencia de género la llevo conociendo no solo desde hace ocho años,
sino mucho antes, cuando ya existían las órdenes de protección y el
delito de maltrato. Antes no había denuncias de jóvenes porque creo que
no existía tanto maltrato juvenil. Estamos hablando de niñas de 15 o 16
años denunciando a chicos de 18 o 19 años. Niñas de instituto. Estamos
teniendo una problemática tremenda porque dictamos órdenes de protección
entre parejas que estudian juntas, lo que implica que el chico
tenga que cambiar de centro. Se observa una sorprendente de falta de
educación en igualdad. El nivel de agresividad en parejas de instituto es impresionante. Hasta que denuncian, las chicas permiten, cosa que no entiendo, tratos vejatorios de todo tipo o que les digan que no vayan con minifalda, con escote o con su
grupo social. Y los chicos envían amenazas espeluznantes por Whatsapp o por Tuenti.
¿Con qué lo relaciona?
Estamos cambiando a una generación
de niños y niñas con una falta de tolerancia a la frustración muy
importante. No es porque los padres trabajen o dejen de trabajar, a mí
eso me parece una tontería. Mis padres trabajaron y me educaron. Pero
creo que sí que es verdad que el hecho de premiar en exceso a los niños
es un error. Son chicos a los que nunca se les ha dicho que no y a lo
mejor la primera que se lo dice es su novia.
¿Hace falta más educación en materia de igualdad en los colegios?
Es
absolutamente esencial, como trabajar sobre el respeto y el control de
impulsos. Se quitó Educación para la Ciudadanía que era la única
asignatura que daba igualdad. En principio, la ley de
violencia de género prevé acciones educativas, pero ahora no hay nada. ¿Cómo
vamos a proteger a nuestros hijos de que no sean educados en machismo?
Se debe denunciar siempre que se sufre una situación de maltrato, pero de las 54 víctimas mortales del año pasado, once lo habían hecho. Eso quiere decir que denunciar tampoco es garantía.
Garantía para evitar una muerte solo existiría si se mete al acusado en prisión. No podemos encarcelar a todos los hombres que son denunciados porque sería desproporcionado. Nosotros no somos adivinos, no podemos saber si va a ocurrir un resultado fatal. Con esas once muertas puede que no hubiese pruebas y se archivasen los casos. Esto no es un derecho excepcional, la presunción de inocencia existe. A veces si archivamos un procedimiento no es porque digamos "esta señora ha mentido" sino porque no tenemos pruebas. Cuando dictamos una orden de protección hay muchísima vigilancia y estoy segura de que estas órdenes evitan maltratos y homicidios. Ahora, quien quiera matar, matará. Es así, hay que ser realistas.
La ley de violencia de género es de 2004. ¿Cree que debe ser revisada o está bien como está?
Está bien, pero tiene que ser ejecutada al cien por cien. En el ámbito penal y en los juzgados especializados podrían tocarse algunas cosas, como asumir la competencia de los quebrantamientos sin violencia o intimidación o los impagos de pensiones, pero el problema está en la efectividad de las medidas sociales de esa ley. Prevé acceso preferente a la vivienda protegida o en destino en lugares de trabajo, protocolos de actuación sanitaria... y hay muy poco.
La ley actual se centra exclusivamente en la violencia cuando es cometida por la pareja o la expareja. Pero hay otros casos en los que la agresiones del hombre sobre la mujer implican una situación de prepotencia evidente, como en el acoso jefe-empleada o en las relaciones cliente-prostituta. ¿Cree que una reforma debería contemplar estos casos como violencia de género?
Sería cuestión de estudiarlo. Podríamos asumir más competencias, sí.
¿Qué hace la justicia cuando una mujer retira la denuncia pero hay indicios?
Cuando se ven indicios seguimos adelante. Lo hacemos habitualmente. Tenemos casos en los que a lo mejor su pareja les ha dado un puñetazo en la calle, lo ha visto un testigo hay parte médico... y la mujer retira la denuncia. Pero nosotros seguimos el procedimiento, enjuiciamos y condenamos a ese señor. La mujer no es dueña del procedimiento. Si hay indicios de un delito de maltrato, es un delito público y se persigue de oficio. Cuando no tenemos pruebas y solo el testimonio de la mujer se archiva.
¿Es frecuente que los agresores amenacen con suicidarse?
Sí, bastante frecuente. Y ese es un indicio de riesgo extremo. Por ejemplo, cuando la mujer lleva mucho sin trabajar y encuentra un trabajo. El hombre no quiere. Le dice que no, que no sabe qué va a hacer sin ella, que se va a suicidar si ella no está... ese es un indicio claro de riesgo extremo.
En toda su carrera ha visto miles de casos. ¿Se ha encontrado con alguna denuncia falsa?
Muy pocas. Estamos en derecho penal y la prueba es esencial: para afirmar que una denuncia es falsa necesito pruebas de que la denuncia es falsa. Siempre se habla de eso y no entiendo el interés. Comprendo que dado que son una pareja puede haber intereses ajenos, pero puede haber denuncias falsas en todo tipo de delitos y y solo se habla de las denuncias falsas en violencia de género.
Porque España es un país machista, ¿quizá?
No sé por qué, pero tampoco nos vamos a rasgar las vestiduras porque haya una denuncia falsa, igual que las habrá en todos los ámbitos del derecho penal.
Reportaje: Machistas de 15 años
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