Durante los meses de más calor, diez estaciones de medición de la contaminación superaron el umbral de protección a la salud por ozono troposférico, que se forma cuando hay altas temperaturas. Son más que otros años. En cambio, ha habido menos avisos a la población.
Según Ecologistas en Acción, que utiliza los datos oficiales, es la primera vez que se rebasa el umbral de protección a la salud en diez de las 23 estaciones que hay repartidas por la Comunidad. La asociación conservacionista critica que "ni la reducción de la actividad económica y de la movilidad debido a la actual crisis han logrado que los niveles de contaminación por ozono se vieran reducidos, más bien al contrario".
El ozono troposférico o 'malo' se forma por la combinación de contaminantes primarios -en su mayor parte procedentes del tráfico- con la insolación y las altas temperaturas. Este proceso requiere unas condiciones muy específicas que hacen que se manifieste en zonas alejadas de las concentraciones de intenso tráfico o actividad industrial. Por esta razón la gran ciudad de Madrid apenas se ve afectada por este contaminante,
"exportándolo" a zonas de la periferia e incluso a otras provincias limítrofes, según los vientos dominantes.
Las diez estaciones que han rebasado el umbral de protección a la salud fijado por la legislación europea vigente son Alcalá de Henares, Alcobendas, Torrejón, Majadahonda, Arganda, San Martín de Valdeiglesias, Guadalix de la Sierra, Algete, El Atazar y Orusco de Tajuña, en la llamada temporada del ozono, que va desde abril hasta septiembre de cada año.
La OMS, más exigente
La Directiva europea establece unos límites de contaminación más laxos que los recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Así, 20 de las 23 estaciones de la red de la Comunidad de Madrid han superado el valor límite para el ozono recomendado por la OMS, más acorde con una adecuada protección de la salud humana que el valor límite fijado por la legislación europea.
Ante esta situación, Ecologistas en Acción considera que la Comunidad no puede seguir eludiendo el problema que supone la contaminación por ozono troposférico, un contaminante de fuerte acción oxidante, que afecta de forma seria a la salud de las personas, a la vegetación y a los cultivos de la región, así como de las provincias colindantes con Madrid. La Consejería de Medio Ambiente mantiene año tras año que la calidad del aire es buena en la región la mayor parte del tiempo.