martes 10 de enero de 2012, 00:00h
El azul es mi color favorito, ahora y siempre; pero hoy lo he cambiado en mi ordenador por el amarillo, que es algo mas neutral y como venganza silenciosa al color de la siglas del partido del gobierno.
Estoy irritada por la sorpresa que me ha producido la medida, del recién estrenado ejecutivo, de subir nuestros impuestos como primera acción, sin previo aviso ni mediar disimulos de recientes promesas electorales, hoy en entredicho. Y es que, señor Rajoy, para ese viaje no hacia falta ser muy listo ni demasiado experto en economía. “¿Me falta liquidez?, se lo quito del sueldo a estos!”. ¡Justo eso es lo fácil y lo sabemos hacer todos!.
España entera sabía que sería necesario apretarse el cinturón, pero no que el cinturón al que iban, de entrada, a estrujar más, seria al de los ciudadanos. Se olvidan siempre los políticos de movilizar la economía a base de incentivar, rebajando impuestos, que es lo que da alegría y movimiento al consumo. Esta simple acción, contraria a la aplicada por el gobierno, liberaría del miedo contributivo a la sociedad, que ahora les impide arriesgarse y crear nuevos puestos de trabajo.
Un poquito de consideración en contrapartida es lo que ha mostrado la Comunidad al plantearse la posibilidad de rebajar el tramo del impuesto del IRPF, desvinculando Madrid de la subida general del gobierno nacional. Ahora toca esperar que pueda firmarse tal medida, que tendría una enorme repercusión en la economía de nuestra región; afectaría a la creación positiva de empresas y la a dinamización del dinero en la calle…Esta noticia, la alegría del día, me plantea si no estaremos viviendo en una isla política, la de nuestra región que da muestras constantes de raciocinio; el lugar donde habita el sentido común que falta en otros lares…
Antes de aumentarnos el IRPF a los contribuyentes, opino que Rajoy debería haber cogido la tijera de los recortes sustanciales y definitivos, para meterla a fondo en la Administración General del Estado; en los presupuestos ruinosos de las CCAA; reforma de la administración local e ingresos extra derivados de las privatizaciones y venta de empresas y activos estatales; y todo ello siempre antes que meter la mano al bolsillo de los españoles.
No hay secretos en las cuentas cuando se trata de sanear. Ya lo escribió el historiador Fernandez de Navarrete allá por 1619: "La moderación en los gastos es el mejor medio para engrandecer el Reino"