Procede de Oriente Medio. Su historia está rodeada de leyendas. Una de las primeras asegura que la imagen fue trasladada desde Jerusalén por el Apóstol Santiago y uno de sus discípulos, Calocero. En su creación habían participado otros dos santos, Nicodemus (como maestro tallador) y Lucas (pintor). A ella se unen otras tantas fábulas. Pero lo que sí es un hecho es que, en 1908, un decreto del papa Pío X nombró patrona de Madrid a Santa María de la Almudena y fijó el 9 de noviembre como el día de su celebración. Más de un siglo después y como cada año, hoy Madrid rinde homenaje a su patrona y lo hace con un amplio programa cultural y religioso.
Desde el nacimiento de la villa a comienzos de la Edad Media, los madrileños han estado acompañados por la Virgen de la Almudena. Según cuenta la historia, entre el año 711 y 714, el temor a que se destruyera la imagen tras la conquista de Mayrit (Magerit) por los musulmanes, llevó al pueblo a esconder la figura en una de las paredes de la muralla.
De hecho, se trata de un título de origen árabe. Así lo demuestra el nombre de esta advocación mariana de la Virgen María: procede de la palabra al-mudayna, término usado para denominar al antiguo recinto militar amurallado que se extendía por la zona que hoy ocupa el Palacio Real y la catedral, así como la cuesta de la Vega, con los jardines del Emir Mohammed I.
Fue el 9 de noviembre de 1085, durante la conquista de la ciudad por Alfonso VI, cuando se encontró la imagen de la Almudena en uno de los cubos adosados a la muralla árabe que, en ese momento, protegía a sus habitantes. El monarca se había comprometido a buscarla si lograba conquistar Toledo. Y así fue. Tras ello, organizó una solemne procesión alrededor de la muralla madrileña.
De ahí que haya tres reproducciones escultóricas de la virgen en ese entorno; una en el exterior de la cripta, bajando hacia la cuesta de la Vega, justo donde se halló; otra en uno de los altares en el interior del templo; y una tercera en el Museo de la Catedral.
Otras fábulas convierten su hallazgo en un milagro
Son muchas las historias que se han contado sobre la patrona. Una de las más famosas es que, un 9 de noviembre, cuando una procesión pasaba por la muralla, se desprendieron unas piedras que dejaron a la vista la imagen de una mujer acompañada de un niño. Su hallazgo se consideró un milagro debido a su buen estado de conservación, y a que las dos velas con las que fue tapiada estaban aún encendidas, pese a llevar 300 años oculta. De hecho, se dice que su color oscuro se debe al humo de esas velas.
Otra de las leyendas está protagonizada por uno de los héroes medievales, Rodrigo Díaz de Vivar. La Virgen se le apareció en un sueño y le pidió que liberase Magerit para salvarla de los musulmanes que estaban en la villa. Cuando se acercaba a ella con sus caballeros, el desprendimiento de un fragmento del muro les permitió entrar y tomar la ciudad.
Sin embargo, las investigaciones posteriores apuntan a que, antes de la conquista musulmana, no había población en lo que es hoy el centro de Madrid, ni muralla en la que esconder la imagen, puesto que la primera que hubo en la capital fue levantada por los musulmanes en el siglo IX. Por ello, es posible que la imagen fuese tallada en la Baja Edad Media, durante la repoblación cristiana de la ciudad, para ser colocada en el altar de la antigua iglesia de Santa María de la Almudena, ahora reconvertida en iglesia mayor de la ciudad.
La imagen no siempre ha estado en la Catedral

Es en el interior de la Catedral donde se custodia la escultura de Santa María la Real de la Almudena, que sostiene al niño Jesús en brazos y se alza sobre un trono de plata que fue regalado por la villa de Madrid en el 1640, en el reinado de Felipe IV. La imagen está ejecutada en madera de pino dorada y policromada y se estima que fue realizada entre finales del siglo XV o inicios del XVI por el círculo de Diego Copín de Toledo.
Pero el templo no ha sido siempre su sede. Tras ser descubierta, la imagen de la Almudena fue llevada a la Iglesia de Santa María en la calle Mayor, donde permaneció hasta el 25 de octubre de 1865, fecha en la que el Ayuntamiento ordenó demoler la iglesia para ensanchar esa vía. Es por ello por lo que se trasladó a la Iglesia del Santísimo Sacramento de las Madres Bernardas, sede de la actual Catedral Castrense. Allí estuvo hasta el 29 de mayo de 1911, cuando fue trasladada a la cripta de la Catedral. En este lugar, la figura de la Virgen de la Almudena sobrevivió incluso a la Guerra Civil, pese a los fuertes enfrentamientos que se produjeron en la capital.
Entre 1954 y 1993, se mantuvo en la Real Colegiata de San Isidro con motivo del Año Mariano, hasta que regresó a su “hogar” y emplazamiento actual: la Catedral de la Almudena, donde es admirada por feligreses y turistas.
La ciudad rinde homenaje a la Almudena
En 1646, con el cese de las inundaciones que sufría la ciudad, el Concejo de Madrid hizo una rogativa: un voto de confianza y agradecimiento a la Virgen de la Almudena. Desde entonces, el Ayuntamiento asiste cada año a su fiesta, y el alcalde renueva el Voto de la Villa.
Como es habitual, la Archidiócesis, en colaboración con el Consistorio de la capital, ha organizado diversos actos religiosos que se están llevando a cabo desde el pasado sábado 5 de noviembre en la catedral de la Almudena.
El templo madrileño acogerá hoy cuatro eucaristías a las 17:00, 18:00, 19:00 y 20:00 horas. A ellas se unen seis misas que tendrán lugar en la cripta de la Almudena (calle Mayor, 90) a las 10:30, 11:30, 12:30, 13:30, 18:30 y 19:30 horas.
Tal y como se hizo el pasado año, está previsto que a las 11:00 horas se realice una misa mayor en la plaza de la Almudena, entre la catedral y el Palacio Real. Una vez finalizada, dará comienzo la procesión de la Virgen de la Almudena por las calles Mayor, Milaneses, Santiago y la plaza de Ramales hacia la plaza de Oriente, pasando por una alfombra de flores —elaborada por la Asociación de Alfombristas Do Corpus Christi de Ponteareas— junto al Palacio Real, para volver por la calle Bailén a la catedral.
Además, de 9:00 a 20:00 horas, se hará una ofrenda floral solidaria y se recogerán alimentos no perecederos en la plaza de la Almudena.

Pero esto no es todo. Quienes prefieran planes alternativos a los religiosos podrán disfrutar de distintos eventos en el centro de la ciudad. En la Plaza Mayor, frente a la Casa de la Panadería, se distribuirán de manera gratuita unas 1.500 porciones de una gran Corona de la Almudena, dulce popular, de 17 metros de diámetro. Y, siguiendo la tradición, las pastelerías madrileñas venden estos días este roscón a base de mantequilla y azahar.
Entre las 10:00 y las 15:00 horas, también se entregarán de forma gratuita petunias y otras flores de temporada como pensamientos y prímulas a quienes se llamen ‘Almudena’ y se acerquen hasta la Plaza de la Villa.