www.madridiario.es
Los alumnos de la Escuela de Pastores participan en la formación práctica.
Ampliar
Los alumnos de la Escuela de Pastores participan en la formación práctica. (Foto: Campo Adentro)

Convertirse en pastor: la profesión que no se paraliza a pesar de la pandemia

sábado 20 de junio de 2020, 09:08h

Al pie de la Sierra de Guadarrama, en El Boalo, Cerceda y Mataelpino han comenzado las prácticas un numeroso grupo de futuros pastores. En un entorno privilegiado, rodeado de vegetación y respirando un aire más puro que el de las ciudades, el oficio de pastor no ha dejado de respirar ni un solo segundo desde que se decretase el estado de alarma en nuestro país. Cada día, con los primeros rayos de sol y contra viento y marea, los pastores y cabreros salen al campo ataviados como en épocas pasadas y acompañados de sus fieles perros con un único fin: que sus rebaños recorran las extensas praderas para ofrecer el mejor producto y cuidar del entorno de la manera más sostenible. Ni el confinamiento que ha afectado a la población mundial les ha dejado quietos, deben sobrevivir en un mundo en el que el pastoreo sufre una lenta agonía con graves consecuencias económicas, sociales y medioambientales.

La ganadería extensiva y la trashumancia son señas de identidad de una actividad que ni la pandemia ha podido parar. Aunque se trata de un eslabón poco visible, esta profesión, olvidada en muchas ocasiones, alimenta a la población. A pesar de todo, surgen iniciativas que luchan por mantener la actividad de cara al futuro. Uno de esos proyectos es la escuela de pastores que el colectivo Campo Adentro puso en marcha hace unos meses. Más de 100 personas se presentaron a esta edición y la mitad de ellas -de diferentes provincias y países- completaron el Módulo Teórico. Desde hace unos días, 16 alumnos han comenzado la formación práctica que se prolongará cuatro meses, tomando el rebaño municipal de Cabra Guadarrameña (una raza local en vías de extinción) y sus instalaciones como centro de operaciones.

La ganadería extensiva supone un relevo generacional y un medio rural vivo

Las prácticas se llevan a cabo también en explotaciones de la Sierra de Madrid tales como las ubicadas en San Mames o Bustarviejo. Un periodo de inmersión para aprender de mano de profesionales del sector, manejo con perro pastor, producción de corderos o cabritos, transformación láctea, esquileo o desbroce con rebaño de fajas cortafuegos, o calles de tendidos, una nueva asignatura en colaboración con Red Eléctrica de España. "Hay que pensar en el enorme potencial del mundo rural. Existe un paro creciente entre los jóvenes y más con esta pandemia. La gente quiere estar en el campo y garantizar la seguridad alimentaria de los productos de los que se abastece", explica Fernando García, de la asociación Campo Adentro.

Con este tipo de iniciativas se multiplican las posibilidades de ingresos para asegurar la continuidad de este modo de vida en el s. XXI, algo fundamental para frenar la despoblación del medio rural, y dar opciones de empleo sostenible en este contexto de crisis. La alianza entre una entidad sin ánimo de lucro y la administración municipal como el Ayuntamiento de El Boalo, Cerceda y Mataelpino, se convierte en un modelo de gran interés para el relevo generacional y un medio rural vivo: "Un futuro más sostenible y con equilibrio territorial que ayuda incluso a prevenir incendios en los montes de manera natural". La ganadería extensiva siempre se ha considerado como la mejor limpiadora de caminos y terrenos, imprescindible para evitar los incendios.

Los alumnos han tomado el mando del rebaño municipal de cabras guadarrameñas de estos municipios del norte de Madrid. Unas 180 cabras forman parte de este grupo que trashuma con los estudiantes de la Escuela de Pastores y que se creó en 2016 para que el oficio no se extinguiera: "Se recuperó la raza y se implicó al municipio para convertirse en gestor de un rebaño con colaboraciones de entidades que ofrecen salidas profesionales", relata Mª Isabel Giménez, concejala de Agroecología del Consistorio que engloba a las tres localidades. Una cooperación que se completa con actuaciones educativas en colegios: "Debemos concienciar de la importancia del pastoreo y empaparnos de esta cultura".

"Una apuesta por las economías locales y el ecosistema natural"

Una manera de adaptarse a los nuevos tiempos para preservar el patrimonio de un oficio que se enfrenta a múltiples desprotecciones. Los alumnos de esta escuela de pastoreo, con edades entre los 25 y 40 años, desean reinventarse. "Me interesa la escuela para poner en marcha en Asturias un proyecto que englobe la ganadería extensiva de la cabra y la transformación de la leche en queso", cuenta Alexa, una de las alumnas que no se lo pensó cuando conoció la existencia de esta formación. Guillermo lleva algo más de un año por aquí. Procedente de El Salvador siempre se ha interesado por la España despoblada y en la oportunidad que ofrece el pastoreo para cambiar el enfoque de vida: "Vengo de un país donde el trato con los animales no es el mejor. He abierto la mente". Otros estudiantes del oficio reconocen la necesidad de "escapar" de la ciudad, como Javier. Este joven, que se dedicaba a la terapia ocupacional, prefiere apostar por economías más locales que ayuden al mantenimiento de los ecosistemas: "En el campo mantienes contacto con personas mayores y te das cuenta de que el medio rural se está perdiendo. Hay que apostar por ello".

En un país donde cada vez quedan menos pastores, los jóvenes llegan arrasando fuerte. Pero para cuidar de un rebaño es necesario entender lo que significa el oficio. En esta escuela hacen frente a los problemas para la supervivencia de un trabajo que puede convertirse en una oportunidad viable de vida. Una apuesta por el relevo generacional que garantice un futuro más sostenible.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (0)    No(0)

+
0 comentarios