"Vestirnos como si fuésemos a salir. Levantarnos a la hora que lo hacemos habitualmente. Mantener un buen aspecto físico y una buena higiene". Estos son algunos de los consejos que nos ofrece el doctor en Psicología y Ciencias de la Salud, Javier Urra, para sobrellevar la cuarentena.
Si, además, somos de los que teletrabajamos durante el confinamiento, con mayor motivo deberíamos cuidar esos detalles. No solo porque los expertos recomienden mantener las rutinas diarias igual que cuando íbamos a la oficina y evitar la tentación de trabajar en pijama. Sino también porque el nuevo modelo de trabajo a distancia obliga a mantener el contacto con compañeros, jefes, clientes e incluso audiencia, a través de videoconferencias, llamadas por Skype o conexiones en directo para televisión, lo que a muchos les obliga a seguir ocupándose de su apariencia.
No son los únicos. Durante esta primera semana de confinamiento, han surgido numerosas iniciativas visuales. Quien más y quien menos se ha lanzado a hacer directos por Instagram o a dar clases por streaming. Por no mencionar el aumento de las videollamadas para comprobar si la familia y los amigos están bien y salvar un poco más la distancia que los separa.
Es decir, a pesar de que estamos recluidos en nuestros hogares, muchos ciudadanos siguen mostrando públicamente su imagen y quieren cuidarla. No es, por tanto, una frivolidad pensar en esa parte de la población confinada y preocupada porque resulta ya evidente que su cabello necesita unas mechas con cierta urgencia o sus uñas una manicura.
Desde Rojano Peluqueros, su responsable, Mónica Rojano, nos recuerda que en principio el decreto del Gobierno permite a los profesionales de este sector atender a domicilio. De hecho, extremando las medidas de protección, ella continúa prestando servicio a algunas clientas. “Gente que sigue trabajando presencialmente y tiene que ir peinada, pero también personas mayores que no pueden lavarse ni arreglarse solas”.
Para aquellas que no están en ninguno de esos casos, y no fueron tan previsoras como para pasar por la peluquería antes del aislamiento forzoso, Mónica les recuerda que “para disimular las raíces, no queda más remedio que recurrir al tinte de supermercado, que nos permite temporalmente cubrir canas o matizar el color”. Para los que no estén habituados a hacerlo en casa, el consejo es que se limiten a tapar la raíz, por si el resultado no es el deseado.
Si lo que requiere el cabello es un corte, igualar con la tijera un flequillo o las puntas de una melena es relativamente fácil. Más complicado lo tienen quienes lucen cortes cortos si no tienen un porfesional a mano, pero todo se puede solucionar temporalmente con cualquier accesorio.
Ahora que disponemos de más tiempo libre, puede ser un buen momento para mimarnos con tratamientos de belleza que hemos ido posponiendo, y no por falta de ganas. Podemos encontrar infinidad de productos también en Internet, un canal de compra que ha experimentado un notable incremento en su uso desde el anuncio de las medidas restrictivas, según el informe de Havas Media Group sobre el impacto del coronavirus en hábitos y medios.
Aunque tampoco es necesario recurrir a una tienda online. También existen algunos trucos caseros de belleza que podemos poner en práctica con productos que suele haber en todos los hogares y que no son muy caros. “Está todo inventado”, dice Mónica Rojano. “Por ejemplo, azúcar y crema para un peeling facial o sal y vaselina pura para exfoliar los pies”.
Las manos, las mayores damnificadas
Muchos estamos tomando al pie de la letra la recomendación de que extrememos la higiene de manos y la piel lo empieza a notar. Lavarnos con frecuencia con agua y jabón o usar geles desinfectantes, si previamente no hemos hidratado bien la zona, al final pasa factura.
Entre las iniciativas solidarias que han surgido al abrigo de esta crisis sanitaria destaca la de un grupo de dermatólogos que han aprovechado las redes sociales para resolver las dudas que les plantean los ciudadanos.
Teledermasolidaria es el nombre de esta plataforma en Twitter, donde se dan cita especialistas como la doctora Rosa Taberner, que da consejos para aquellos que sufren rojeces, grietas o escozor después de lavarse las manos tan a menudo.
“Probablemente en toda la historia de este país nunca habíamos extremado tanto las normas de higiene (y aún así, muchas veces no es suficiente) y el delicado equilibrio entre el manto ácido de la piel, que nos protege de las agresiones externas y la lucha contra el virus, hace que estos días la perdedora sea nuestra piel”, señala la especialista que recomienda “para intentar volver a la situación de normalidad, un corticoide tópico de potencia media o alta puede ayudar durante unos días (debería ser con prescripción, pero casi todo el mundo tiene alguna crema de cortisona en casa), para luego ser mucho más escrupuloso en la hidratación entre lavado de manos y lavado de manos”.
Otros especialistas sugieren que este puede ser un buen momento para darle un respiro a las uñas y dejarlas al aire sin pintar. El problema es cuando el aislamiento te pilla con unas uñas de gel o un esmalte permanente que ya va dejando de serlo.
“Hay que pulir con una lima el brillo del esmalte, impregnar algodón con acetona pura, ponerlo encima de la uña, envolver con papel de plata y esperar un rato. Luego con un retirador se va arrastrando el esmalte. Otra opción es buscar el tono de color parecido y pintar encima”, una recomedación de Mónica Rojano que coincide básicamente con los consejos que comparten estos días por WhatsApp y redes sociales las adictas a la manicura.
Aunque durante esta cuarentena, muchas estén aprovechando para darse un respiro también con el maquillaje, algunas influencers se han sumado al movimiento #YoMeQuedoEnCasa y han animado a sus seguidores a que les imiten. A cambio comparten con ellos algunas rutinas de belleza que pueden resultar muy útiles. Una de ellas es la sevillana Rocío Osorno.
Otra celebrity que ha querido aportar su granito de arena es la televisiva Carmen Lomana, que ha decidido mostrar en su cuenta de Instagram cómo se maquilla, una opción que quizá ustedes no contemplen para este periodo de cuarentena, pero puede que sea lo que les pida el cuerpo cuando llegue el final del encierro.