José Luis Martínez-Almeida ha procesionado este Lunes de Pascua por el distrito de Carabanchel. Quienes aguardaban al autobús 17 en la marquesina de la avenida Nuestra Señora de Fátima ignoraban que el aspirante a la reelección arrancaba a pocos metros de allí a las siete de la tarde la precampaña oficial. "Que lo haga lo mejor posible quien salga y que recuerden que la limpieza es lo más importante", apuntaba una señora residente en esta calle desde hace 54 años. Otros le pondrían deberes más concretos en los 650 metros que ha recorrido el alcalde hasta encontrarse con militantes y vecinos en el bar El Greco. Un ir y venir de selfies, concejales reconvertidos en fotógrafos, asaltos espontáneos -y otros no tanto- en el primer 'tardeo' del candidato del Partido Popular a la Alcaldía.
Uniformado con una camisa azul, que parecía reglamentaria a juzgar por el atuendo de los cuatro dirigentes 'populares' que han participado en el acto, apareció el regidor en la esquina con la calle Fontiveros. La primera parada, una lencería. "Que sigas bien y a por ellos", le voceaba un hombre mientras Almeida saludaba a la propietaria. De la farmacia contigua salía el titular, que hizo tirar de libreta mental a la comitiva. "La gente se estampa en ese banco cuando vienen a tirar la basura", advertía el farmacéutico. "Pedimos que lo quiten mañana mismo", respondían casi al unísono el propio alcalde y el concejal del distrito, Álvaro González. El concejal de Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, echaba una foto para iniciar las gestiones. Quedan 48 días para las elecciones. Se atienden todos los reclamos.
Unos pasos más adelante comenzaba el 'pluriempleo' de los acompañantes del alcalde. Además de atender a los curiosos vecinos, el consejero de Administración Local y Digitalización, Carlos Izquierdo, y los concejales Carabante y González ejercían de fotógrafos improvisados. Fotos del alcalde con unas mujeres que lo invitaban a visitar su tierra, Sanabria. Fotos con aficionados del Atlético de Madrid. Fotos con familias y, sobre todo, con mayores que seguirían el periplo hasta el bar El Greco.
"Alcalde, solo está limpio General Ricardos. Las demás calles... Si es que le pagáis por adelantado (a las empresas)". Empezaban las críticas, que también las hubo. "Esto en Navidad no tiene luces y no se acuerda del pequeño comercio", le espetaba otro, que tenía cuerda. "Nos come la mierda y por la noche en inverno da miedo", seguía. Se excusaba el concejal-presidente del distrito señalando que había duplicado el alumbrado. Cuando el cortejo del candidato 'popular' avanzaba una mujer felicitaba al hombre por su tirón de orejas el primer edil: "Lo has hecho muy bien. Has estado muy educado y te has controlado".
Aún quedaba tiempo para detenerse en una tienda de quesos y embutidos con el escudo rojiblanco en la entrada y para que algún vecino cruzara de calle o se asomara a la ventana ante el despliegue de cámaras que alborotó Carabanchel durante media hora. En la terraza de El Greco lo esperaba medio centenar de vecinos y militantes, ante los que el mandatario enumeró las inversiones realizadas en el distrito: mejoras en la plaza de la Emperatriz, en el polígono del Aguacate, en el polideportivo La Mina o en el parque Manolito Gafotas.
"Queremos deciros lo que hemos hecho y escucharos, porque estoy seguro que nos faltan muchas cosas por hacer. Vengo a ponerme a vuestra disposición", manifestaba antes de iniciar una ronda de preguntas en las que se trataron temas variopintos. Las multas de Plaza Elíptica, la falta de espacio de entrenamiento para clubes deportivos, el mal estado de las aceras en la Colonia de la Prensa, los árboles sin podar desde hace 50 años en la calle Redentor. "Tomamos nota", respondían a todos. Salió con aplausos el alcalde de Carabanchel, pero no con menos deberes.
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