Las cuatro reuniones que tuvo ayer la presidenta de la Comunidad de Madrid con los grupos de la oposición no se han traducido en ningún acuerdo formal. Vox, Más Madrid, PSOE y Unidas Podemos solo han conseguido promesas de “estudio” de algunas medidas por parte de Isabel Díaz Ayuso. Fuentes del Gobierno regional aseguran que se han escuchado las propuestas, que se ha tomado nota de alguna pero que no hay ninguna decisión sobre ellas. Con estos mimbres, todo apunta a que las relaciones políticas de este curso que comienza van a ser iguales a las del pasado con la diferencia de que todos los partidos conocen la fecha de las siguientes elecciones regionales. La carrera hasta mayo de 2023 ya ha comenzado y en ella la oposición lo tiene todo por ganar y Díaz Ayuso todo por defender.
La estrategia política del Gobierno de la Comunidad de Madrid durante los ocho meses que quedan hasta los comicios será continuista. La labor legislativa será voluminosa en el periodo de sesiones que comenzará en septiembre y los 65 diputados del PP necesitan el apoyo de, al menos, otros cuatro. Entre las tareas pendientes, se encuentran los Presupuestos para 2023, unas cuentas que tienen que ser aprobadas antes del 31 de diciembre y que tendrán especial relevancia ante los estragos de la crisis energética.
"Lo lógico es buscar a tus socios"
“Lo lógico y razonable es que si tú tienes grupos parlamentarios que han apoyado tu investidura y tu programa de Gobierno, sean los primeros con los que te sientes a analizar posibles acuerdos”, apuntan fuentes cercanas a la Puerta del Sol, que insisten en que van a actuar “como todos los años” buscando el “apoyo” de sus “socios”. Para estas voces, esta predisposición hacia Vox no es en ningún caso contradictoria con afirmar que la voluntad del Gobierno regional es dialogar y pactar con algún grupo de la izquierda, siempre que haya sintonía en las medidas.
Otro elemento que seguirá formando parte del carácter del Ejecutivo regional es el enfrentamiento a las decisiones que tome y pueda tomar el Gobierno central, con Pedro Sánchez a la cabeza. “No es cuestión de confrontar por confrontar. Si el Gobierno toma medidas que consideramos que van en línea contraria a los madrileños, se va a disentir”, explican fuentes cercanas. Como ejemplo, señalan al decreto de ahorro energético, una norma que consideran perjudicial para la economía madrileña y que ha sido aprobada mediante un real decreto, “sin posibilidad a debate parlamentario en el Congreso”. De esta forma, el cariz combativo de la presidenta Isabel Díaz Ayuso seguirá siendo un elemento primordial de su actividad política.

Habrá negociación de Presupuestos con Vox
Un elemento que se ha convertido en un hábito por parte del Grupo Parlamentario Popular, con el recientemente nombrado portavoz Pedro Muñoz Abrines a la cabeza, es la exposición del número de veces que la presidenta ha comparecido en la Asamblea de Madrid. Según sus palabras, esto es prueba de su compromiso con el cargo institucional y con la democracia. “Nosotros valoramos que la presidenta en lo que lleva de legislatura haya firmado 23 convenios con otras comunidades autónomas de todo signo político”, asegura Muñoz Abrines, como otra evidencia de la voluntad de diálogo y de acuerdo del Gobierno regional.
Sin embargo, esta voluntad de la que habla el portavoz popular solo se ve reflejada en la relación del Gobierno con Vox, su socio de investidura. A excepción de alguna enmienda aceptada a la izquierda en alguna proposición de ley, el Ejecutivo ha acudido siempre al partido que lidera Rocío Monasterio para sacar adelante sus proyectos legislativos. El mayor ejemplo de esta dinámica son los Presupuestos.
"Hay que ser prácticos"
La relación política entre Vox y Díaz Ayuso después del verano es fluida. A pesar de los repetidos intentos infructuosos para que se reduzca el número de diputados y de que se elimine el “gasto político ineficaz”, como asegura la formación verde, existe sintonía con Sol. Una de las mayores pruebas de que la comunicación se produce con cordialidad y entendimiento es que ya han comenzado a hablar de la confección de las cuentas para 2023.
“Hemos hablado de la voluntad de negociación con el grupo Vox, que también la tenemos con el resto de los grupos pero hay que ser práctico. Al final, los apoyos para los presupuestos los vamos a conseguir previsiblemente con Vox y difícilmente con los otros grupos”. Esta frase pronunciada por el vicepresidente Ossorio describe bien la realidad política del Gobierno de la Comunidad de Madrid, en cuanto a sus alianzas parlamentarias. El componente “práctico” al que se refiere está relacionado con la intención continuista del Ejecutivo, que no contempla ningún acercamiento con la izquierda en ninguna de sus formas: Más Madrid, PSOE y Unidas Podemos.
La relación con la izquierda
Uno de los elementos surgidos de los encuentros que ha mantenido la presidenta de Madrid con los portavoces parlamentarios de la izquierda ha sido un “acuerdo verbal” con Mónica García, de Más Madrid, para eliminar los insultos y los ataques personales de los debates en la Asamblea de Madrid. Este aparente consenso entre Díaz Ayuso y la líder de la oposición podría significar un punto de inflexión en las relaciones públicas de ambas políticas, sin embargo, según el testimonio del número dos de la presidenta, del vicepresidente Enrique Ossorio, el acuerdo alberga dudas.
Por parte del vicepresidente, están de acuerdo en dejar a un lado los insultos y los ataques personales en las sesiones plenarias de la Asamblea de Madrid pero añade que ellos, que el Grupo Parlamentario Popular, no han sido quienes los han introducido. En su opinión, fueron los de Podemos cuando obtuvo representación autonómica en 2015, quienes hicieron decaer el nivel del debate hacia la mentira y la falsedad. Además, añade que Más Madrid no es más que una escisión de la formación morada, por lo que deja entrever cierto rencor en este sentido hacia el partido que hoy lidera García.
"Fue cuando apareció Podemos cuando ese ambiente empeoró de manera muy notable, luego, Más Madrid es una escisión de Podemos y creo que hay cierta relación entre ellos. Otros lo contarán porque se lo dicen otros pero yo lo he vivido, el nivel del debate bajó en el sentido de la utilización de mentiras, de falsedades y de insultos", opina el vicepresidente de la Comunidad de Madrid.
En este sentido, y con las pocas garantías que supone un acuerdo verbal sumado al razonamiento de Ossorio, el futuro de la relación entre el Gobierno regional y la izquierda en la Asamblea de Madrid tiene muchas posibilidades de que se parezca al pasado. Es decir, escasez de acuerdos y una relación marcada por la confrontación.