El cerco a las cocinas fantasma prometido por Cibeles se complica. La actualización del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que introduce la primera regulación de las dark kitchen se ha enquistado a cuatro meses de que decaiga la moratoria que impide conceder nuevas licencias de actividad. Si las nuevas normas urbanísticas no se aprueban en el Pleno del próximo 25 de abril la siguiente oportunidad para dar luz verde al texto se retrasa al 25 de julio, cambio de gobierno mediante. La Comunidad de Madrid debe ratificar a posteriori la modificación normativa y no llegaría a tiempo para impedir que termine la prórroga al otorgamiento de nuevos permisos. "Madrid será la ley de la selva", ha alertado este martes el delegado de Desarrollo Urbano, Mariano Fuentes.
La suspensión de licencias durante un año se aprobó en junio de 2021 y se prorrogó por otro más en 2022. Finaliza el 5 de agosto y no cabe otra ampliación hasta dentro de cinco años. "El día que decaiga la moratoria podrá implantarse cualquier cocina industrial sin ningún tipo de limitación y no nos lo podemos permitir", ha enfatizado el edil de Ciudadanos al tiempo que hacía un llamamiento a una oposición en la que no encuentra "racionalidad" para desbloquear la renovación del PGOU, que data de 1997 y se ajusta a un modelo de ciudad obsoleto.
Las nuevas reglas urbanísticas contemplan restringir la superficie máxima de los locales a 350 metros cuadrados, limitar el número de cocinas en ellos a ocho y obligar a los titulares a habilitar dentro del recinto la zona de carga y descarga. Además, los camiones y furgonetas de suministro deberán bajar la mercancía dentro del recinto y no en la vía pública y lo mismo ocurrirá con los repartidores, a quienes se exigirá que entren con sus motos o bicicletas para recoger los pedidos a fin de evitar ruidos y problemas de movilidad a los vecinos.
En el periodo de presentación de alegaciones al texto, Más Madrid y PSOE pantearon enmiendas como la rebaja de ocho a cuatro en el número de cocinas por nave o la regulación de su horario de funcionamiento. La primera no fue atendida y el Ayuntamiento no tiene competencias para abordar la segunda. Recupera Madrid y Vox optaron por no pedir ninguna rectificación. En diciembre, cuando el expediente se sometió a votación en la comisión del ramo, recibió el rechazo unánime de los grupos de la oposición.
Ortega Smith, un 'Nelson' que no negocia
El portavoz de Vox, Javier Ortega Smith, movió ficha el 23 de febrero, solicitando una reunión al alcalde para negociar la modificación del PGOU, exponiendo por adelantado sus líneas rojas. Se citaron el 1 de marzo y los de Santiago Abascal vetaron en el encuentro al delegado Fuentes y aprovecharon el reencuentro en los despachos con José Luis Martínez-Almeida para intentar atar un gobierno en coalición antes de que los madrileños pasen por las urnas el 28-M. El ofrecimiento lo repitió sin reparos Ortega ante los medios y el alcalde denunció después la trampa. Cero avances en desatascar la aprobación de las normas urbanísticas.
"El señor Ortega Smith se comporta como el niño malo del colegio, como el Nelson de Bart Simpson, y no podemos permitir que la ciudad quede en manos de una persona sin talante y sin capacidad de negociación", ha denunciado Fuentes ya en clave electoral. El tiempo se agota para el concejal. El plazo para un pacto in extremis termina en una semana y descarta por adelantado elevar el expediente al Pleno sin previo consenso porque el expediente decaería y se perderían los más de dos años de trabajo empleados en actualizar el texto. El margen de negociación es casi nulo, porque cambiar cualquier detalle, incluso metro arriba o metro abajo, implica una repercusión que fuerza a realizar nuevos informes sectoriales que tardan meses en completarse.
Si ningún partido de la oposición lo remedia, PP y Ciudadanos cerrarán mandato sin nuevas leyes urbanísticas y el encargo de aprobarlas recaerá en sus sucesores. "Si no lo llevamos antes de las elecciones no me preocupa porque lo llevaré después en julio entendiendo que tendremos la mayoría suficiente para poderlas aprobar sin contar con los que ha día de hoy no han querido", ha manifestado Fuentes, confiando en que la formación naranja consiga revalidar la Alcaldía. Aún en caso de lograrlo, no podrán evitar el fin de la moratoria de nuevas licencias de cocinas industriales y, con ello, la barra libre para pedir más.