Es la primera vez que vemos en España un texto de este dramaturgo argentino. En la pieza para dos personajes explora el mundo femenino. Ordaz es una madre que se está despidiendo de su hijo. Junto con el padre ha decido internarlo en un hospital. El joven se fue de su lado hace mucho tiempo por un trastorno mental. La drástica medida es la constatación de un fracaso: ya no puede más con la enfermedad del hijo. Mientras esperan que llegue el esposo y padre, ella va desgranando recuerdos sin recibir respuesta. Toda su vida ha sido una lucha para intentar ver sonreír al hijo. Una historia de amor y fragilidad, de dolor y sentimientos a flor de piel.
Isabel Ordaz vuelve con un gran papel. La última vez que la vimos en escena participaba en el amplio reparto de ‘El jurado’. Ahora lleva el peso de la representación, para la que resulta fundamental el distanciamiento del hijo, la rabia del personaje. Nacho Sánchez, al que también hemos visto en el Centro Dramático con ‘Los temporales’, obtuvo el año pasado el premio al actor revelación de la Unión de Actores por su interpretación en La piedra oscura.