La Comunidad de Madrid ha destinado un millón de euros a reforestar el monte de Valdemaqueda en unas labores que se prolongarán hasta 2018. Se prevé que se planten más de 16.000 árboles y 200.000 semillas para regenerar el entorno natural afectado por las llamas.
El consejero de Medio Ambiente, Administración Local y Ordenación del Territorio, Jaime González Taboada, ha visitado la zona para comprobar in situ el desarrollo de los trabajos. El monte de Valdemaqueda fue pasto de las llamas el 27 de agosto de 2012 y el incendio afectó a un total de las 1.546 hectáreas de los términos municipales de Valdemaqueda, Robledo de Chavela y Santa María de la Alameda, una zona considerada de gran valor ecológico e incluída entre los espacios protegidos de la Red Natura 2000.
De esta superficia, 1.229 hectáreas son de propiedad privada y se han reforestado con fondos procedentes del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, mientras que las 317 restantes pertenecen a un monte propiedad de la Comunidad de Madrid.
Los trabajos de reforestación empezaron después de extinguirse el incendio, con una primera fase centrada en la extracción de la madrea quemada, unas 4.300 toneladas sólo en el monte de Valdemaqueda, y en la puesta en marcha de medidas de urgencia. Para ello se construyeron siete diques para el control de la erosión, se repasaron los caminos dañados en las labores de extincion y se plantaron los primeros ejemplares de árboles y plantas como fresnos, encinas, madroños y semillas de bellota.
En 2014 se crearon cuatro balsas de tierra para el refugio de anfibios y se plantaron casi 12.000 ejemplares de pinos y encinas así como 120.000 semillas de estas especies. En 2015 se continuó con la replantación de fresnos y enebros y se construyeron pequeños diques naturales con el fin de disminuir los arrastres provocados por la falta de vegetación del terreno tras el incendio.
Ya en 2016 se llevará a cabo la cuarta fase de este proyecto, que incluye la plantación a paritr del otroño de 4.500 plantas y 15.000 semillas de pinos y encinas, así como más de 300 ejemplares de frondosas para enriquecer los arroyos de la zona. Esta pauta se repetirá tanto en la quinta fase, prevista para 2017, como en la sexta fase, en 2018, con el fin de culminar el proceso de regeneración.