Situado en un pequeño cerro al oeste del casco urbano de El Boalo, junto a la Cañada Real Segoviana y la sierra de Guadarrama, se encuentra un yacimiento de 2.000 metros cuadrados que conserva restos que datan entre la segunda mitad del siglo VII y a mediados del VIII. Su riqueza arqueológica resulta tan relevante que la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid ha iniciado el expediente para declararlo Bien de Interés Cultural (BIC), una resolución que responde a la petición que el Pleno de la localidad aprobó el pasado mes de marzo por unanimidad.
Para el alcalde en funciones de El Boalo, Cerceda y Mataelpino, Javier de los Nietos, este proyecto es uno de los "más satisfactorios" que su corporación ha puesto en marcha en los últimos 12 años: "De alguna manera es como si estuviéramos recogiendo un premio a todo ese trabajo de creer en el patrimonio como uno de los recursos fundamentales para el desarrollo de nuestros pueblos".
De los Nietos explica emocionado que cuando empezaron con el proyecto, el municipio tenía "muchas esperanzas depositadas en el yacimiento, pero muy pocas certezas". No obstante, considera que fue un "acierto" el trabajo coordinado entre la Dirección General de Patrimonio Cultural, el Consistorio y el equipo de arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid para poner en valor El Rebollar y su historia.
"Siempre ha sido un proyecto abierto a la vecindad. El público podía apuntarse a las jornadas de excavación y ser partícipe en directo de todo lo que estaba pasando e ir descubriendo cosas en cada una de esas campañas", asegura el alcalde en funciones.
Las primeras noticias sobre el mismo se remontan al año 1953, cuando se descubrieron varias sepulturas. Sin embargo, en los últimos años la actividad arqueológica en la zona ha sido más frecuente con campañas de excavación de la mano de la Universidad Autónoma de Madrid, que han permitido localizar algunos vestigios como una iglesia rural con una planta rectangular rematada en un ábside o cabecera de planta cuadrada orientada al este.
A mediados del mes de mayo finalizaron la última campaña de excavación arqueológica en este yacimiento, que iniciaron hace algo más de un mes. En estos trabajos han comprobado que el terreno cuenta con al menos tres edificaciones (contando con la iglesia rural visigoda).
Campaña de excavación

Durante esta sexta campaña, los arqueólogos han encontrado ocho tumbas y un muro (en la zona sur de cerro) que "podía indicar la presencia de otra edificación o una estructura ligada a los otros edificios", ya que los arqueólogos que han trabajado la zona no han podido definirlo en su totalidad. "Estamos poco tiempo (un mes) y hacemos todo lo que podemos para que el resultado sea el mejor", señala Charo Gómez, responsable de las campañas de excavación, junto a Javier Salido, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid.
Según Gómez, esta última campaña ha confirmado que el yacimiento de El Rebollar se trata de "una enorme metrópolis" con una "intensa ocupación de toda la finca y con enterramientos", que también han podido confirmar mediante georradares. Además, los estudios han destacado que la zona estuvo ocupada desde el siglo VII hasta el XVI, por lo que se ha comprobado una "transformación" en los propios edificios encontrados, dejando huella de esas "distintas etapas y momentos".
"Es muy interesante ver la evolución de la zona"
Entre los enseres que han sido localizados durante las campañas de excavación se encuentran varias monedas de la primera mitad del siglo XV, acuñadas en el reinado de Juan II; tres anillos y varios utensilios de cerámica. También varias tumbas de neonatos e infantiles. "Todavía hay muchas preguntas sobre el yacimiento y hay que buscar respuesta al por qué seguían ese tipo de enterramientos y su conexión con la ermita principal", confirma De los Nietos.
Las campañas de excavación cuentan con un equipo multidisciplinar integrado por profesionales del Servicio de Conservación, Restauración y Estudios Científicos del Patrimonio Arqueológico (SECYR) de la Universidad Autónoma de Madrid para las labores de restauración y conservación, tanto de las estructuras como de los materiales localizados (numismáticos, cerámicos, vidrios), y por un equipo de antropólogos de la Facultad de Biología de la misma universidad, que han participado en las tareas de excavación, supervisión y extracción de los restos óseos, así como de su documentación y estudio.
"El principal objetivo es la puesta en valor. Cuando nosotros terminamos de excavar dejamos al aire nuestros descubrimientos. El Ayuntamiento organiza visitas guiadas y actividades como el Otoño Visigodo, con distintas acciones para divulgar sobre el yacimiento, pero en noviembre volvemos a taparlo para proteger las estructuras", concreta Gómez.
Los restos arqueológicos deben taparse porque los muros de las estructuras se encuentran unidos por un mortero de tierra que puede erosionar al dejarlo al aire libre durante varios meses del año: "Nuestra obligación es que el patrimonio se conserve en las mejores condiciones posibles". Para que la ciudadanía pueda conocer el yacimiento en cualquier época del año, el Consistorio ha puesto en marcha un proyecto de puesta en valor de la zona que contará con un Centro de Interpretación. Funcionará como "un centro de recepción de visitantes y de explicación" antes de recorrer el cerro.
"El yacimiento se ubica en un paraje excepcional a nivel de naturaleza y paisaje. Por ello, hemos querido incorporar esa panorámica de la sierra de Guadarrama en el diseño del Centro de Interpretación", manifiesta la responsable de las campañas de excavación, que apunta al próximo año como fecha de inicio de esta nueva etapa.
La declaración de Bien de Interés Cultural supone un "espaldarazo importante" para "seguir avanzando en la historia de la sierra de Guadarrama y sobre todo para que la gente pueda acceder, conocer y disfrutar del patrimonio". Gracias ello, esperan poder acceder a ayudas estatales y europeas que les permitan continuar con el proyecto de puesta en valor. "Conseguir la declaración BIC es algo fundamental para la conservación en el futuro y ponerlo en el catálogo y en el mapa del patrimonio de la Comunidad y que no solo podamos disfrutarlo los vecinos que lo tenemos cerca", asegura el alcalde en funciones, que deja la política tras estos primeros pasos.
Para celebrar estos avances para la declaración de Bien de Interés Cultural, el Ayuntamiento de El Boalo, Cerceda y Mataelpino ha organizado una jornada de puertas abiertas al yacimiento para que los vecinos y visitantes puedan "descubrir todos los secretos que esconden" los vestigios arqueológicos. Para participar en estas visitas, que tendrán lugar este domingo 11 de junio en tres pases (9.30; 10.30 y 11.30 horas), es necesaria una inscripción previa al correo [email protected]