El 4 de febrero de 2006,
el presidente de Gobierno, Jose Luís Rodríguez Zapatero, inauguraba en
el hoy aeropuerto Adolfo Suarez Madrid-Barajas, mucho más que un
conjunto de cuatro edificios englobados bajo el nombre de Nueva Terminal
Aérea en cuya construcción se habían invertido 6.200 millones de euros.
Abría las puertas de "una verdadera ciudad" tal como la califica
Antonio Lamela, cofundador junto a su hijo Carlos del Estudio Lamela
que, en colaboración de Richard Rogers Partnership, ganó en 1997 el
concurso público para diseñar la T4. Una ciudad en la que trabajan
30.000 personas y por la que transitan cada día 150.000 viajeros,
ganadora de premios internacionales de arquitectura e ingeniería y
considerada una de las mejores terminales aéreas del mundo.