El pasado lunes, los transportistas iniciaban en todo el país paros indefinidos para protestar por la "gravísima" situación del sector y por unas condiciones laborales que tildan de "inadmisibles".
Este jueves, impulsados por estos trabajadores, son ahora los miembros de la industria láctea los que deciden parar, según ha anunciado la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil) en un comunicado. Esta organización integra a más de 60 empresas y representa más del 95 por ciento de la producción de lácteos en nuestro país.
Aseguran que esta paralización conlleva consecuencias sociales, económicas y medioambientales "inevitables", ya que supone suspender radicalmente la recogida de la leche en las explotaciones ganaderas este jueves. Al no haber transportistas, la leche y otros derivados no pueden salir de las granjas a los distribuidores.
"Las fábricas han visto interrumpido el suministro de los insumos necesarios para la elaboración de productos lácteos y también el traslado del producto terminado a las cadenas de distribución, por lo que se ha anulado la capacidad de envasado y de almacenamiento y gestión de un alimento altamente perecedero y esencial para el consumo diario", critican.
Desde Fenil hablan del "desamparo y la impotencia de los transportistas ante la actuación de los mal llamados piquetes informativos que han bloqueado su actividad".
"Solamente se podrá revertir esta decisión a la que se ve abocada el sector si se garantiza el derecho a la movilidad y la seguridad de los transportistas que no han secundado la huelga, y se evitan conflictos de orden público en las carreteras españolas, circunstancia conjugable con el respeto del derecho de huelga", sentencian.
Un sector en la cuerda floja
La situación en el sector lácteo lleva en estado crítico desde el inicio de la pandemia. El pasado 27 de enero, diferentes asociaciones se manifestaron frente al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación por su "complicidad" ante la ruina del sector lácteo y para reclamar "contundencia" contra los abusos de industria y distribución.
"El precio de la leche se ha incrementado, pero este aumento no llega ni a cubrir lo que han subido los costes de producción, el precio medio en noviembre estaba en 36 céntimos el litro, mientras que los costes en ese momento estaban en torno a los 40 céntimos y ascendiendo", denunciaban los ganaderos en una entrevista en el programa 120 Minutos de Telemadrid.
Según apuntaban a Europa Press, las granjas de leche españolas están acelerando su desaparición. En el año 2011 existían 68 granjas de leche en la Comunidad de Madrid, y en septiembre de 2021 tan solo quedaban 35 productores de leche.
Para la Unión de Agricultores, Ganaderos y Silvicultores de la Comunidad de Madrid (UGAMA), el principal problema es "la guerra de precios de la distribución y la industria, que buscan aumentar su cuota del mercado lácteo de forma irresponsable y sin considerar las consecuencias: el cierre de granjas familiares por un trabajo diario no justamente pagado, favorecer las macrogranjas y poner en peligro el tejido productivo del medio rural".