El juez de Instrucción número 54 de Madrid ha determinado que sea la Policía Municipal de Madrid la que se encargue de investigar la explosión que se produjo en un edificio de la calle General Pardiñas de Madrid al tratarse de un accidente laboral.
El siniestro tuvo lugar cuando se desarrollaban unas obras en el interior del inmueble. En el momento de la explosión, dos obreros bajaban al sótano para cerrar la llave del gas tras detectar un fuerte olor.
El pasado miércoles, el juez ordenó que fuera la Unidad de Investigación y Coordinación Judicial de la Policía Municipal de Madrid la que se encargara de las averiguaciones, según han confirmado fuentes policiales.
Según ha adelantado el diario El Mundo, la Policía Nacional se encargó de las pesquisas a la espera de que el juzgado determinara si se trató de un accidente laboral.
Los dos operarios fallecidos trabajaban en labores de fontanería en la tercera planta, pero fue cuando bajaron al patio para cerrar la llave de gas, cuando les sobrevino la deflagración y fueron sepultados por los escombros que provocó.
Los fallecidos tenían 21 y 27 años y son de nacionalidad española y hondureña. Estaban trabajando en unas obras de reforma cuando olieron el gas que se estaba escapando por una fuga. Para mitigar el problema, bajaron al patio para cortar la llave de paso.
El robot comienza a trabajar
Una máquina robot dirigida por el mismo operario que trabajó tras la explosión de la calle Toledo de Madrid el enero del año pasado ha empezado a demoler y desescombrar en la planta ático del inmueble. Así lo ha indicado este martes Juan Carlos Álvarez, director general de Edificación del Ayuntamiento de Madrid. Tras la semana pasada de análisis del estado de situación del inmueble y las zonas dañadas, hoy martes han comenzado las primeras labores de desescombrado de las zonas más afectadas, entre las que están la cubierta y ático del edificio del General Pardillas.
"Muy afectados también están el núcleo de escalera y otras zonas del inmueble, así como otras partes del inmueble contiguo de la calle Ayala 78, que resultó dañado de la onda expansiva y la proyección de cascotes", ha añadido. Precisamente de ese edificio, que sí se podía pisar por los obreros, se ha apeado para garantizar la estructura de la finca. De las cubiertas han recogido ya un par de contenedores, con 5 o 6 toneladas de escombros cada uno.
De momento, los obreros no han podido pisar interior el edificio víctima de la deflagración por seguridad. "El día siguiente al suceso solo pudimos acceder a plantas sótanos y baja, que estaban todas llenas de escombros pero las estructuras no se han visto comprometidas. En el resto solo se ha hecho una inspección visual a través del camión cesta de bomberos. Los riesgos graves para la seguridad de los operarios aconsejan que hasta no hacer el desescombrado y el apeo del resto de las estructuras que garantizar la estabilidad del inmueble no se entre físicamente", ha informado el director general.
Por ello, para acometer estos trabajos, que irán de arriba a abajo, se están utilizando medios robotizados porque el estado del inmueble en su estructura no se puede garantizar la seguridad de los obreros. Según ha explicado el responsable municipal, el robot se emplaza en una pequeña plataforma en una de las grúas. Desde otra de las grúas un operario a través de un sistema de cables va guiando sus maniobras.
La máquina dispone de un martillo percutor, una cizalla y minipala excavadoras, que va provocando la caída controlando de escombros de zonas en riesgo de desprendimiento. Luego ese material se carga a la pala y mediante otra grúa se sostiene en el aire el contenedor de escombros, que luego se baja a la vía pública y se traslada al vertedero. Es el mismo robot y operario que lo dirige que la explosión de la calle Toledo porque "el sistema es el mismo y él tiene experiencia en el manejo en este tipo de demoliciones", ha explicado.
El director general ha puntualizado que no se demolerá el torreón de General Pardillas 35 porque es un elemento protegido y catalogado por el Plan General de Ordenación Urbano. También esperan mantener y consolidar los elementos de la fachada, "al igual que el resto de plantas cuando las estructuras se vean que no han sido dañadas o pueden ser consolidadas. Solo tiraremos los que tienen daños tan severos. El resto de desescombrado podrá realizarse con medios manuales", ha indicado.
El desescombro irá lento, porque se intentarán rescatar importantes enseres, que se llevarán a un dispositivo del Samur Social, que será el encargado de entregárselos a sus dueños. Por ello, ha señalado Juan Carlos Álvarez, es "complicado" saber cuándo se va a terminar estas labores y podrán entrar en sus casas los dueños y abrir al paso la calle.
El responsable de Edificación del Ayuntamiento también ha contado que se han colocado unos sensores de movimiento que miden los desplazamiento de elementos constructivos del inmueble instalados en la fachada de General Pardillas 35, que presenta grietas de distintas trayectorias. "Y entonces se monitoriza si avanzan o no avanzan esas grietas y eso nos da una idea para acometer los trabajos de consolidación en tiempo real", ha explicado.