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Pabellón que servirá de centro de interpretación del Pasadizo de Bonaparte
Pabellón que servirá de centro de interpretación del Pasadizo de Bonaparte (Foto: Ayuntamiento de Madrid)

El pasadizo de Bonaparte será visitable a finales de 2018

Por Javier García Martín
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jgarciamadridiarioes/7/7/19
viernes 03 de noviembre de 2017, 14:47h
Como parte del revolucionario plan anunciado este viernes para poner en valor todo el entorno del Palacio Real, Patrimonio Nacional y Ayuntamiento de Madrid colaboran para reabrir al público el Túnel de Bonaparte. Esta galería subterránea, visitable desde la Segunda República hasta la construcción de la M-30, ya se rehabilitó con las obras de Madrid Río.

El reinado de José I de Bonaparte dejó alguna huella en Madrid más allá de la muesca en la moral castiza de sus habitantes. Una, de hecho, lleva su apellido: el Túnel de Bonaparte. En 1811, el monarca francés ordenó construir una galería subterránea para conectar el Campo del Moro, a los pies del Palacio Real, con su residencia habitual, la Casa de los Vargas, en el plena Casa de Campo. Las obras, encargadas al arquitecto Juan de Villanueva, eran una ensoñación cinegética desde tiempos de Felipe II y servirían ante una eventual huida discreta.

El Túnel de Bonaparte languidece hoy por hoy bajo el pulso más regio del trazado capitalino pero se recuperará a finales del próximo año. Así lo ha anunciado este viernes el presidente del Consejo de Administración de Patrimonio Nacional, Alfredo Pérez de Armiñán, en un desayuno informativo.

Patrimonio maneja con cautela esta fecha de posible inauguración, que podría demorarse unos meses hasta principios de 2019. La idea es que el pasadizo sea un elemento más en el revolucionario plan para poner en valor el complejo palaciego, que culminará con la apertura en 2020 del Museo de las Colecciones Reales.

Abierto durante la República

Este túnel, de unos 55 metros y abierto al público por primera vez en 1931, tiene una custodia compartida entre este organismo dedicado a la protección de los bienes de la Monarquía y el Ayuntamiento de Madrid.

Ambos tramos están separados por una verja, instalada por motivos de seguridad, pero las obras de acondicionamiento de todo este pasadizo abandonado con la construcción de la M-30, no deberían suponer un gran problema para ninguna de las dos partes.

Espacio "inalterado"

En Patrimonio, según fuentes consultadas por este digital, han mantenido "inalterado" su fragmento de galería, excavado en la roca madre y con unos cinco metros de ancho.

Por su parte, el Consistorio ya reconstruyó su pasillo y solo quedaría adecentarlo. Prueba de hecho es que en 2011, durante las inmensas obras de Madrid Río, se terminó de habilitar un espacio expositivo en un extremo del túnel con sala de proyecciones a modo de centro de interpretación. Fue la manera de dar salida a este patrimonio oculto, a la espera de una dotación presupuestaria que permitiese abrirlo.

Hoy día, este acceso se mantiene cerrado y su único testimonio, a falta de venideros tiempos mejores, es una lápida que conmemora el bicentenario de la construcción del túnel.

Pabellón que servirá de centro de interpretación del Pasadizo de Bonaparte
Pabellón que servirá de centro de interpretación del Pasadizo de Bonaparte (Foto: Ayuntamiento de Madrid)
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