Trigésima y multitudinaria pasión en Morata

Ni un coche cabía este jueves en Morata. La celebración de la trigésima pasión viviente convocó a cientos de personas venidas de otros puntos de la Comunidad para disfrutar de la única cita de su género del mundo que cuenta con bendición apostólica, un aval que se extiende, según promulgara Juan Pablo II, tanto a participantes como a asistentes.

Más de 400 actores, once escenarios y una concurrida asistencia sacaron brillo a la esmerada representación de los últimos días bíblicos de Jesús que articulan la Semana Santa. Desde el atardecer, los intérpretes recorrieron la localidad, de 7.500 habitantes, vestidos para la ocasión, repasando escenas como la oración en el huerto, la última cena, el juicio junto a Barrabás o el tránsito hacia la crucifixión. Con la localidad apagada y sólo iluminada por las antorchas de los actores, un equipo de sonido, efectos especiales, caracterización y luminotecnia cuidó al detalle la representación masiva. Efectivos de Protección Civil, sanitarios y de la Policía Local y la Guardia Civil contribuyeron al desarrollo del evento.

Treinta años después de que el grupo de teatro local Talia decidiese recuperar la tradición de los autos sacramentales, la pasión de Morata se ha convertido en una cita ineludible del calendario madrileño. “Todo el pueblo participa: es un evento que refleja el carácter cultural que se vive aquí, además de ese espíritu tan hospitalario de los morateños”, celebra el alcalde, Ángel Sánchez, en un comunicado. La jornada incluyó además conciertos y diversos actos dirigidos a aumentar el tirón turístico de esta teatralización señera de la Semana Santa.