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Bicicletas eléctricas en Manzanares El Real
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Bicicletas eléctricas en Manzanares El Real (Foto: Burricleta)

Pedaleando por la Sierra de Madrid

jueves 12 de noviembre de 2015, 09:54h

Conocer la Sierra de Madrid y sus pueblos subidos a una bicicleta siempre ha sido posible. Pero si se trata de una bici eléctrica, este viaje resulta más sencillo y sobre todo recomendable para aquellos amantes de la naturaleza que quieran disfrutar de largos paseos realizando menos esfuerzo. Varias empresas ubicadas en diferentes puntos de la Comunidad de Madrid ofrecen esta posibilidad.

Bicicletas eléctricas en Manzanares El Real
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Bicicletas eléctricas en Manzanares El Real (Foto: Burricleta)

Situado en la vertiente sur de la Sierra de Guadarrama y junto a La Pedriza, en una zona de gran interés geológico, paisajístico y deportivo, se encuentra el Centro Burricleta de Manzanares el Real. Se trata de una tienda de alquiler, venta y mantenimiento de bicicletas eléctricas que surgió en 2012 en este municipio como consecuencia de la afluencia turística motivada por el castillo y la Pedriza. Viendo el interés que suscitaba, este negocio comenzó a ofrecer la posibilidad de conocer el entorno y sus valores ambientales "sin tener una excelente forma física o tener que entrenar", explica Daniel Septién, responsable del negocio.

Las bicicletas incorporan unas alfojas artesanas al estilo de las que llevan los burros, de ahí su nombre. La batería, con una autonomía de unos 50 kilómetros, permite un pedaleo cómodo para desplazarse por los caminos rurales que proponen. Cualquiera de las 30 bicis de las que disponen puede alquilarse por horas, media jornada o día completo. Y para familias con niños hasta 22 kilos, disponen de sillas adaptables o miniburricletas para los pequeños a partir de 1'30 metros.

Las rutas se realizan por caminos y pistas para "evitar en la medida de lo posible, las carreteras". Y para que los usuarios no pierdan el norte en cada una de las diez rutas que ofrecen, las bicicletas llevan incorporado un GPS -en grupos lo lleva una sola bicicleta- que indica el camino a seguir.

En este entorno privilegiado, con diversidad de paisajes y ecosistemas, cualquiera de los senderos es único. Daniel se queda, entre ellas, con la 'Ruta de las Zetas', en la Pedriza. "Más de 40 kilómetros con bastante desnivel. Es exigente pero de las más bonitas", explica. Otro de los caminos, 'El hueco de San Blas', discurre hasta Miraflores y regresa a Manzanares. Otros senderos por los que transitar en dos ruedas se orientan hacia la sierra de Guadarrama o hacia el embalse de Santillana.

En la zona suroeste de la Comunidad de Madrid, al pie de la sierra de la Almenra, se encuentra Fresnedillas de la Oliva. Otro municipio que puede recorrerse con bicicletas eléctricas pero en este caso de montaña. Se trata de un servicio municipal, Fresbici, que cuenta con 18 bicicletas -desde los 14 años en adelante-. que se encuentran en el parking municipal. El alquiler es por fracciones de 90 minutos o packs turísticos. "Mucha gente monta en bici y queríamos dedicar al turismo las rutas que tenemos", explica Sonia Rodríguez, responsable del turismo en el Ayuntamiento de la localidad. Y que este municipio está considerado como un espacio natural de gran valor ecológico ya que el 95 por ciento de su territorio está dentro de la ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) y del LIC (Lugar de Importancia Comunitaria) 'Encinares del Río Cofio y Alberche', en donde destaca la presencia del águila imperial.

Se pueden recorrer distintas rutas y caminos de montaña como el sendero de El Puente a lo largo de tres kilómetros. Comienza en el Museo Lunar, recorre el centro del municipio y llega al centro de interpretación. Otras rutas sobre las que ya trabaja el Consitorio para recorrerlas sobre dos ruedas son la de la Memoria y la de la Dehesa. Un paseo que puede realizare, tanto en bici como andando, para descubrir el municipio y sus costumbres, es el de las Casas Vivas. "Las viviendas muestran, a través de sus puertas y ventanas, escenas divertidas creadas de la mano de la artista madrileña Elena Parlange", cuenta la responsable de turismo. Las pinturas rememoran tiempos pasados y como se vivía en una antigua barbería, una bodega, una hospedería y una cuadra, entre otros espacios. Por el momento, hay ocho casas que forman parte del proyecto pero está previsto que otras viviendas, que no están habitadas, se unan a la iniciativa.

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