La apertura de la nueva macrotienda de Primark se ha convertido en un auténtico desafío de movilidad para el distrito Centro. Enormes colas que recorren varias calles del barrio de Universidad son el resultado de este nuevo tipo de comercio masivo en el corazón de la ciudad. El Ayuntamiento ha puesto medios para que la situación no colapse el ámbito.
Unos lo llaman la locura consumista. Otros la mejor idea comercial en Madrid desde hace años. El caso es que la apertura de la macrotienda Primark en Gran Vía número 32 ha convertido estos días esa manzana del barrio en la más transitada de la ciudad. Policía Municipal y profesionales de seguridad de la cadena textil irlandesa se las ven y se las desean para controlar las enormes colas que mantienen saturadas desde hace días las calles de Mesonero Romanos y del Horno de la Mata. Estas vías se han convertido casi 'de facto' en peatonales, ya que las furgonetas de reparto y los coches tienen verdaderos problemas para pasar entre tanto cliente.
"Yo no espero una hora de cola para comprarme una camiseta de tres euros", comenta Ángela, una joven de 22 años que pretendía conocer el nuevo comercio. "Me encanta que hayan puesto una tienda de esta firma de ropa en el centro porque hasta ahora había que coger el coche e ir a las afueras para comprar, y ahora puedo llenar el armario por poco dinero sin tener que irme lejos de donde vivo", comenta Clara, una de las clientas que esperan pacientemente la cola.
Los operarios contratados por Primark actúan como una especie de 'guardias de tráfico' de los clientes, a través del itinerario acotado por vallas que ha instalado este comercio. Su misión es facilitar el acceso sin que se cuele nadie, y sin que molesten a los viandantes. Entregan hojas numeradas para garantizar un acceso controlado que cumple con los aforos. Es casi como una macrodiscoteca rendida al textil y a las escaleras mecánicas. El concejal presidente de Centro, Jorge García Castaño, incide en que la empresa cuenta con todos los permisos y la colaboración de la Policía Municipal para gestionar esta ocupación del espacio público.
El 'efecto pantalla'
Estos trabajadores también tratan de evitar que los clientes tapen las puertas de los comercios que también operan en el edificio. Según las responsables de tienda de varios de estos establecimientos, el éxito de los nuevos vecinos ha tenido un efecto ambiguo. Aunque han crecido las ventas y algunos despistados han comprado en sus instalaciones pensando que iban a Primark, está comenzando a darse un 'efecto pantalla' que evita que los clientes usen las puertas de estos negocios. No obstante, valoran el incremento de la competencia porque se ha incrementado el flujo de potenciales clientes en este segmento de la calle y las tiendas tienen productos de distintos segmentos de precio y calidad que se complementan.
Fuentes de Primark valoran positivamente el éxito de la nueva tienda. Aseguran que se están cumpliendo los aforos a rajatabla y se han pedido todos los permisos necesarios para implementar fórmulas que permitan que la Gran Vía y los alrededores tengan capacidad de asumir semejante afluencia de clientes. Avanzan que continuarán gestionando los accesos de la misma forma durante el tiempo que sea necesario, siempre con autorización municipal. No obstante, consideran que la situación se estabilizará en el mes de noviembre para volver a aumentar en el mes de diciembre con la campaña de Navidad.