La evolución del primer día del nuevo Ayuntamiento de Madrid estuvo marcado por pisos y sedes. Del más profundo compás de espera a la máxima emergencia, la administración aceleraba o deceleraba su situación política en cada despacho con la brusquedad de un fórmula uno.
Los funcionarios se tomaban la jornada con calma. Muchos alcaldes han pasado y muchos pasarán pero ellos continuarán allí, con su actividad habitual y necesaria para que todo funcione. No obstante, les queda por saber qué va a querer de ellos un equipo totalmente nuevo cuyos cargos, si están ya elegidos, apenas han tenido tiempo de instalarse en sus despachos. Toda la estructura de asesores y directivos puestos a dedo, después de semanas haciendo el petate, estaban a la espera de la carta de cese. Miraban internet, leían el periódico, charlaban, tomaban café o, simplemente, no habían asistido a sus despachos "¿Para qué? -se preguntaba uno de ellos-. Si no hay nada que hacer", comentaba.
En el edificio de los grupos municipales, las formaciones tomaban posición y comenzaban a repartirse los espacios el inmueble de la calle Mayor, después exigir por enésima vez la dimisión de Guillermo Zapata desde este sábado por sus 'tuits' contra judíos y víctimas de terrorismo y violencia. Había actividad sin prisa pero sin pausa, cocinando algunos un pleno monográfico ante la primera crisis del Gobierno de Manuela Carmena.
El nuevo Gobierno municipal contrastaba con toda esta aparente tranquilidad. Los despachos de la alcaldesa y su equipo bullían de actividad y movimiento. La coalición buscaba la fórmula para apagar el incendio que se había encendido, casi 'bunkerizada', aseguraban fuentes entre los trabajadores. Poco a poco, la mañana se fue encauzando y se pudieron atender a asuntos no solo relacionados con lo que salía en los medios de comunicación. "Tenemos encima una presión y una responsabilidad histórica para construir municipalidad democrática", planteaba Guillermo Zapata durante su anuncio de dimisión como responsable de Cultura, secundado por todos los ediles de la formación en la sala. Se abrían las compuertas de la normalidad en Cibeles para el nuevo equipo de Gobierno. Como sentencia un exdirectivo municipal a la espera de cese: "El listón está alto y, para ellos, todo acaba de empezar. Bienvenidos al Ayuntamiento".
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