Y es que Juan R.J., de 45 años, apareció en una habitación distinta a la de su mujer, que murió de fuertes traumatismos en la cabeza supuestamente tras recibir una paliza suya, no que no es habitual en casos de suicidio en el mismo domicilio. Además, el supuesto homicida había aparecido con bolsas en los pies y con guantes en las manos previsiblemente para que no quedaran en la casa sus huellas dactilares, algo que no haría si pensaba quitarse la vida. En la casa también apareció una toallas con la que habría recogido las manchas de sangre.
Sin denuncias por malos tratos
La víctima, Nuria T.S., de 43 años, no había presentado denuncia alguna por malos tratos en los servicios del Ayuntamiento ni ante la Policía Nacional, según indicaron fuentes policiales. Lo que sí le consta a la Policía es que había presentado denuncias hace años contra su anterior pareja por impago de prestaciones, que ahora se encuentra fuera de España. Por su parte, el presunto asesino tenía un antecedente por robo menor.
La fallecida recibía la asistencia de los Servicios Sociales municipales por "un tema de prestaciones" relacionados con ayudas comedores escolares. Fuentes municipales señalaron que, según el expediente, no consta que se produjesen situaciones de malos tratos.
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