La revisión del Plan General de Ordenación Urbana de la capital contempla la creación de una red de paseos y bulevares de 203 kilómetros y 24 itinerarios que se convertirán en autopistas ambientales.
Madrid quiere crear
una malla de vías que faciliten la movilidad sostenible y una las zonas verdes de la ciudad de tal forma que también sirvan como corredores ambientales para la fauna madrileña. La red tendría
203 kilómetros y 24 itinerarios y estaría formada por los bulevares y los ejes verdes sobre los que viene trabajando la ciudad. Según se recoge en el documento de propuestas para el plan general, en esta red un 10 por ciento respondería a la sección de bulevar central y
un 70 presentaría un arbolado de gran porte y sección amplia.

Buena parte de la red se sustenta en el
Plan Director para la Recuperación de Bulevares, encargado al Instituto Juan de Herrera de la Universidad Politécnica de Madrid, que comenzó a gestarse en 2007 dentro de la estrategia de revitalización del Centro elaborada por el Área de Urbanismo. Sin embargo, el auténtico empujón lo ha recibido del nuevo Plan General de Ordenación Urbana.
Según el preavance de dicho documento,
persigue crear ámbitos "prioritariamente peatonales" dentro del ámbito delimitado por Calle 30, en los que haya una
importante superficie vegetal, masa arbórea y bandas para bicicletas y transporte público. La red aglutinaría los bulevares existentes, los ya previstos para su creación y aquellas calles que cuentan con secciones de bulevar (paseo de la Castellana, calles de Reina Victoria, Juan Bravo, Ibiza, Alcalde Sáinz de Baranda, avenida de Asturias).

El documento publicado por el Consistorio detalla que la red se desarrollaría en tres fases. La primera etapa
adecuaría las rondas y bulevares tradicionales a las necesidades del siglo XXI y las exigencias ambientales que propone la ciudad, estructurando la movilidad con intervenciones que aumentarían el espacio peatonal en dichas vías y se conectaría con algunas de las principales zonas verdes de la ciudad (parque del Oeste, la Dehesa de la Villa, la Casa de Campo, Madrid Río, el parque de las Delicias- parque de Tierno Galván y el cierre oeste de la cornisa de San Francisco). La segunda y tercera fases responderían a esa tendencia, haciendo más tupida la malla central, incluyendo vías de primer nivel como Serrano, Velázquez, Conde de Peñalver, avenida de la Ilustración, José Abascal- María de Molina o el paseo de Santa María de la Cabeza, entre otros.
La
'mirada hacia el exterior' iría encaminada a conectar estos ejes vertebradores con las arterias económicas y de ocio de primer nivel en los distritos de la periferia. De esta forma, crearían columnas vertebrales que conducirían a otro de los grandes conceptos del próximo Plan General: la potenciación de las centralidades de los distritos y barrios exteriores.
Ejes verdes
A los bulevares habría que sumar los ejes verdes, como los denomina el Ayuntamiento, que desde los bordes urbanos de levante a poniente
cruzarán el centro histórico, el ensanche y la zona norte de la ciudad. Sobre los espacios verdes existentes y otros creados o recuperados
se proyectarían actuaciones con el objetivo de "hacer más amable los recorridos peatonales de la ciudad" y la utilización de transportes urbanos sostenibles.
El
Eje Verde Centro comprendería las zonas verdes de la parte histórica de la ciudad, como el Campo del Moro, Madrid Río o la Casa de Campo mediante recorridos "nítidos y fluidos". Además se continuaría hacia el este en
un intento de llegar al parque de la Elipa a través de un encuentro mejorado en la Calle 30 y el corredor verde de O'Donnell.
Por su parte, el
Eje Verde Norte se apoya en los parque situados en la zona noroccidental de la ciudad, como Ventilla, Pinos, Ferrol, Dehesa de la Villa o Ciudad Universitaria. La propuesta busca asimismo la implantación de un sistema de movilidad alternativa que mejore la circulación peatonal y ciclista.
Estas vías de naturaleza formadas por corredores verdes, paseos, avenidas arboladas y bulevares deberían conectar las zonas verdes, entre las que plan general de ordenación urbana, incluye no solo parques, sino también
cementerios, campos de golf o dotaciones con superficie arbolada. Se trata, dice el preavance, de
una "naturalización" en la ciudad.