lunes 21 de mayo de 2012, 00:00h
No tenemos industria y, la poca que tenemos, va extinguiéndose al ritmo en el que van cayendo autónomos en la Comunidad de Madrid, como lo hacen en el resto del país. Siendo la industria la única salida posible de futuro y sabiendo que apenas hay visos para salir de esa inexistencia... llegamos al término, ya casi olvidado, “el ladrillo”, que fue palabra y dedicación mágica en cuanto a empleo e inversión durante décadas para todo el territorio nacional, pero hoy se ha convertido en la inerte gran maldición. Hoy “al ladrillo” se llaman “tóxicos”. Y lo que nos queda: el turismo, y ni en eso ya tampoco estamos muy potentes, por la fuerte competencia que nos llega de países del este.
La Comunidad de Madrid está llena de lugares secretos con encanto, la gastronomía es nuestro fuerte y nuestra capital Madrid, resulta para todos grande, acogedora, con un ritmo frenético y una oferta cultural única, y tan cosmopolita, como cualquiera de las grandes ciudades del mundo.
Y llegados a este punto, en un futuro relativamente cercano, tendremos un gran proyecto, que quienes ya le han estudiado posibilidades, aseguran que atraería hasta once millones de visitantes cada año, lo que lo hace ser esperanzador.
Esperemos que, lo que llaman Eurovegas, ese macro proyecto de ocio para todos, pueda estar afincado en nuestra comunidad; ya que ello permitiría una alegría extra por estos lares, no solo por los visitantes sino por la cantidad de empleos que posibilitaría.
No entiendo bien las razones que dan quienes critican esto con tanta energía, (en estos momentos lamentables, cuando todos los inversores se nos van escapando a países mas amables y con menos carga impositiva) y le hacen ascos a la posibilidad de esta gran inversión. ¿Por que? pues bajo pretexto de que ello atraería mucha prostitución.
Dando una vuelta por cualquier sitio donde haya movimiento de grandes fortunas, o buenos coches, como Marbella o Montecarlo, prostitución hay siempre. Pero no solo allí, ya que no he visto ningún proyecto lujoso de hoteles ni casinos de juego por la calle Montera de Madrid y esta 'atestadito' de prostitutas, como lo ha estado durante tanto tiempo de manera vergonzosa, en cueros por la casa de campo.
Cuando opinemos sobre cualquier cuestión social, debemos añadirle sentido común a nuestra opinión. Y la mía es que todo lo que sea prosperidad y posibilidad de ampliación laboral para unos miles de madrileños, o simplemente mas visitas turísticas, ¡por mí, bienvenidas sean!