"Madrid es la locomotora de España" o "Madrid saldrá antes de la crisis". El Gobierno de Esperanza Aguirre utiliza con frecuencia estas sentencias para anunciar el éxito de sus políticas liberales y el fracaso de Zapatero. Los datos de 2010 parecen darle la razón pero el Ejecutivo admite que no habrá salida de la crisis hasta que se resuelvan dos problemas: la generación de deuda y el "elevado" nivel de paro.
El responsable de la Consejería de Economía y Hacienda, Antonio Beteta, presentó la pasada semana el balance de la economía madrileña en 2010, desglose de parámetros según los cuales Madrid lleva
15 meses en crecimiento positivo y logró en 2010 un crecimiento del
0,7%. Entre estos varlores positivos estaban el PIB regional (Producto Interior Bruto entendido como el valor de los bienes y servicios finales producidos en una economía), el PIB per cápita (relación entre el PIB de una región y su cantidad de habitantes, cuanto mayor, mejor) o la tasa de desempleo (número de desempleados en relación a la cantidad de población activa). También otros que evolucionaron al alza el año pasado como la
compraventa de viviendas (+17%), las
hipotecas contratadas (+4,7%), la
matriculación de vehículos (+21%), la
creación de empresas ( +10%, y su disolución, -8,6%), la
llegada de turistas o incluso la recaudación de impuestos (+24%).
.jpg)
Pese a no mencionar el
factor capitalidad (Madrid, como capital del Estado, acoge grandes industrias como el aeropuerto de Barajas o la sede de grandes compañías españolas y extranjeras que facturan y pagan impuestos aquí), las cifras muestran una mejora real que Antonio Beteta atribuyó a las
"políticas liberales" del Ejecutivo de Esperanza Aguirre. Sin embargo, la economía de la Comunidad de Madrid sí tiene peros que impiden ser excesivamente optimistas.
El primero de ellos es el
paro y así lo admite el consejero sin ambages, aunque siempre haya discutido a los sindicatos su importancia en contraposición con los datos nacionales. Por primera vez en mucho tiempo, Beteta reconoció que el nivel de desempleo en Madrid, con
472.468 personas registradas, es preocupante, aunque aseguró que el número de contratos temporales, siendo también alto, es menor que en el conjunto del Estado. "No tenemos problema en reconocerlo. Es mejor afirmarlo para poder combatirlo", sentenció, advirtiendo, eso sí, que la receta a aplicar es la propia, y no la de los
subsidios y las inversiones públicas que piden oposición y sindicatos. Frente al gasto, contención, desregulación, ayudas a los empresarios ("Ellos son los que crean puestos de trabajo", le repite machaconamente a la oposición Esperanza Aguirre) y
bajadas de impuestos.
Gastar sólo lo que se ingresa
Cuestionado sobre cuándo se reflejará la bonanza económica en los
presupuestos regionales (que llevan dos años consecutivos de
importantes caídas, con los subsecuentes
recortes en el apartado público y las dificultades para financiar servicios como la Sanidad o la Educación), el responsable de los planes de austeridad encargados por Esperanza Aguirre hizo la segunda confesión: su desafío imperioso es
reducir el
stock de deuda regional.
.jpg)
Aunque la deuda de la Comunidad no es tan 'famosa' como la del Ayuntamiento de Madrid, esta alcanza ya los
12.583 millones de euros, un 12% más que en 2009 y creciendo. La región, bien es cierto, es la única autonomía que cumple con el equilibrio presupuestario ordenado por el Gobierno y la única que no ha necesitado plan de viabilidad hasta ahora. La situación perfecta, sin embargo, sería según Beteta poder financiar los servicios públicos con los ingresos por impuestos sin recurrir al aumento de esta carga, que, como toda deuda, lastra, debe pagarse y
acumula intereses que la encarecen mientras se mantenga en el tiempo.
Sin ir más lejos, el Consejo de Ministros autorizó el pasado viernes 25 a Madrid y a otras seis autonomías (Cataluña, Andalucía, Galicia, Baleares, Asturias, Canarias y Extremadura) a
emitir deuda pública (bonos por los que los compradores reciben un interés y mediante los que el Gobierno regional obtiene dinero líquido para su caja) por un valor conjunto de 3.829,6 millones de euros. De ellos,
819,7 millones corresponden a
Madrid (Cataluña, 1.866), aunque este importe no supera las amortizaciones de deuda a largo plazo previstas para 2011 y se encuentran dentro de los parámetros de estabilidad presupuestaria. A comienzos de 2010, El Gobierno regional ya recurrió a la emisión de
obligaciones de deuda pública por valor de 500 millones a fin de evitar que los intereses de su deuda viva (aquella cuyo pago es exigible de forma inmediata) no siguiesen creciendo.
Así las cosas, la Comunidad avanza con un ojo en el paro y otro en la deuda, "reinventándonos a nosotros mismos". Según Antonio Beteta, en el momento en el que el paro mengüe y la Comunidad no acapare crédito de los bancos, los madrileños tendrán más dinero en su bolsillo disponible, beneficiándose, además, de nuevas bajadas de impuestos. El resto entre la amortización de la deuda y lo necesario para pagar colegios, hospitales, transporte y residencia será lo que quede en el
presupuesto de 2012 para nuevas actuaciones. Inversiones similares a los
ocho nuevos hospitales o los
90 kilómetros de Metro construidos en los últimos años, eso sí, no volverán a darse durante muchos años a menos que se encuentro una fórmula mágica.