La investigación comenzó en 2009, cuando una compañía aseguradora denunció un posible comportamiento fraudulento por parte de uno de sus asegurados. Los arrestados robaban vehículos de gama alta y contrataban pólizas con las compañías de seguros en la modalidad a terceros con cobertura ampliada de robo. Pasado un tiempo presentaban una denuncia por la sustracción del automóvil y se lo comunicaban a las aseguradoras.
Una vez cobradas las cantidades acordadas como indemnización, se encargaban de hacer desaparecer los coches mediante un incendio provocado o desguazándolos para vender las piezas. Los agentes han esclarecido una veintena de estafas por importe total de 573.000 euros.
Las labores de desguace las llevaban a cabo en la localidad toledana de El Casar de Escalona. Hasta allí trasladaban los coches, desmontaban las piezas y posteriormente las distribuían como recambios para otros vehículos de las mismas características.