jueves 27 de enero de 2011, 00:00h
Escribo sobre la calle 30, que todo nos lo cambian y por cierto, que me gusta mucho menos este que el nombre original, o llamémosla incluso la maldita rotonda por todo Madrid. Aunque luego se inauguró con honores la M 40, y la 50…y el resto de todas esas carreteras del infierno que nunca nadie acaba de aprenderse, o al menos yo no lo consigo; ella sigue siendo la reina…del atasco.
La cuestión planteada hoy es que, o todos estamos siempre en los mismos sitios, o es que la previsión de crecimiento vial se hace francamente mal para Madrid; y es que si tienes la M 40 para ir desde Alcobendas a Valdebernardo, ¿por qué una y otra vez tantos y cada hijo de vecina tiene que entrar cada mañana y por la tarde de cada día del mes en la M-30?. ¿Qué hace tanta gente siempre repitiendo atasco en medio de esta crisis y a las malditas mismas horas embotellando la misma vía en un bucle sin fin?.
¿Es qué no tenemos otra por la que circular?. Repetimos la idéntica costumbre sin pensar alternativas posibles.
¿Es qué no hay dinero para pagar la hipoteca de nuestra casa, pero para la gasolina del coche si que queda siempre? (que por cierto ha batido records históricos con la subida de este mes, aunque lo hayan camuflado entre la de la electricidad y asuntos varios, pero lo sabemos y notamos)…decía que si no hay dinero para afrontar mínimos vitales, dejemos ya el coche en casita, cojamos el fantástico metro de Madrid que cada vez llega mas lejos y su apuesta es incluso plantarse en nada en Torrejón de Ardoz; autobuses y cercanías de los mejores del mundo.
Reagrupémonos en coches de compañeros y dejemos el coche parado alguna vez para lograr además que los niveles de contaminación estén en términos, no ya buenos, que eso según nos dicen esta semana pasada desde Europa hoy es imposible, pero al menos algo mas aceptables y sostenibles (¡qué es la palabra de moda!).
Olvidémonos del cocheritoleré que ya no es símbolo de riqueza, sino de agobio completo, si le unes además del eterno atasco, los tiempos perdidos en búsqueda de sitio y tickets de la Ora.
Piénsalo en serio.
Nos cuesta un pico cada mes y además por si esto fuera poco, si en Madrid hiela o llueve, al mismo nivel de peligrosidad externa se une la peligrosidad mental, ya que la torpeza al conducir se multiplica por el numero de indecisos.
Dejemos el coche en casita de vez en cuando, permitamos que todas las emes que tanto nos han costado circulen también a pleno rendimiento, y que si no hay necesidad, fluidifiquemos un poquito la famosa M 30 para los sufridos que no les queda otra.
Liberemos la M-30, que ya los lenti- túneles hacen lo propio para que sea difícil y eterna de atravesar.