Juan Lobato tiene la ardua tarea de recuperar el terreno perdido por el PSOE en las elecciones de 2021 y de enfrentarse a Isabel Díaz Ayuso. Con un talante conciliador, alejado de los exabruptos, vive con incomodidad el ambiente de la política madrileña, envuelto en una espiral de polarización que se intensifica con la cercanía del mes de mayo. Caminante incansable de la geografía castiza y de sus municipios, en su haber está el mérito de pacificar las relaciones entre las familias socialistas, algo inédito en la federación. En cuanto a la competencia a su izquierda, ni se plantea revivir el sorpasso, aunque eso lo dirán las urnas.
¿Se plantean tomar medidas legales si Díaz Ayuso les insulta fuera del hemiciclo?
Si son insultos que se traten de injurias o calumnias nos lo plantearemos. Yo creo que llega un punto en el que incluso yo, que soy una persona dialogante, respetuosa, paciente, me doy cuenta de que esto no da para más. Le pediría que rectifique y que pase a ser, como mínimo, respetuosa.
¿Liderar a “sicarios” es lo peor que le han llamado en política?
Es de lo peor que me han dicho en política. Eso y “Lobato amigo de ETA” que fue un boletín que buzoneó al Partido Popular en Soto del Real en su momento, cuando tenía 22 añitos.
¿Que le llamen “líder de sicarios” es un insulto?
Creo que incluso peor porque ser sicario es una actividad ilegal.
¿Cómo le sienta la frase “Que te vote Txapote?
Me molesta bastante que se utilice y se chapotee en el dolor de las víctimas de la antigua banda ETA, por lo que ha supuesto para la sociedad española. Lo otro que pueda afectar a mí pero esto afecta a la convivencia de un país y eso me repugna bastante.

¿Cree que fue buena idea pedirle disculpas a Díaz Ayuso por no haber condenado con “suficiente vehemencia” el escrache en la Universidad Complutense?
Siempre es buena idea. En el colegio, en casa, en el trabajo. Siempre que alguien pueda sentirse ofendido por lo que yo diga o no diga, tendrán mis disculpas siempre. Es lo que le enseño a mis hijos todos los días, cómo no lo voy a hacer yo.
Condena entonces cualquier escrache en el pasado, en el presente y en el futuro
Yo no pedí disculpas, yo dije que si ella sentía que yo no había sido suficientemente contundente cuando condené el escrache en todas las entrevistas que me hicieron, pues oye, que lo sentía mucho. Llevo un año diciendo que hay que dejar de insultar, de atacar, de confrontar, de provocar. Entonces, que cuando vuelvo a decir eso se intente manipular lo que digo para que parezca que he dicho lo contrario de lo que he dicho y de lo que llevo un año diciendo, me parece una política perversa y mediocre.
¿Ha sufrido algún escrache?
Sí, en mi casa. Hace tres años, a las tres de la mañana, un grupo de personas tiraron bolsas y botellas a la casa al grito de “alcalde, hijo de tal”.
¿Contempla cambiar la estrategia para hacerla un poco más agresiva?
Agresiva en cuanto a tono despectivo en absoluto. La política merece respeto pero también merece contundencia. Y el denunciar esta manipulación que está haciendo el Partido Popular, este recurso siempre para tapar su falta de gestión, que sólo ha hecho un presupuesto en cuatro años, lo que pasa con la Sanidad, con la Educación o recurrir a chapotear con el dolor de las víctimas de la antigua banda ETA… Eso lo vamos a denunciar con contundencia.

Si la manifestación por la Sanidad del próximo domingo reúne a menos gente que la de noviembre, ¿cree que sería porque el relato del PP sobre el carácter únicamente político de la huelga habría prevalecido?
Ese relato es equivocado porque todos vimos quienes estuvieron en la manifestación de noviembre. No fueron solo sanitarios o sindicalistas, se trataba en su inmensa mayoría de familias madrileñas que defendían su derecho a la Sanidad pública. Quién no se dé cuenta de que en Madrid hay por primera vez en 40 años casi un millón de personas en listas de espera, que no son ni de izquierda ni de derecha, son gente esperando a operarse la cadera para hacerse un TAC o para una prueba de de cardio… Eso no es política, eso es una realidad que está pasando. Pretender negarla y ocultarla detrás de un supuesto complot político es torpe.
¿Y si hay mucha menos afluencia?
Pues habrá que analizar las razones que sean.
Usted fue de los primeros socialistas en decir que había que corregir la ‘Ley Sí es Sí’ ¿Cuánta factura electoral cree que le va a pasar?
Creo que la gente comprende que puede haber errores. Lo que no comprende es que se insista en los errores porque todos nos equivocamos. Si se comete un error, se piden disculpas y se corrige. A mí me ha pasado siendo alcalde, que he hecho ordenanzas y que hemos tenido que cambiarlas. Respondiendo a la pregunta, creo que la gente valora que un político tenga la humildad de reconocer un error y de corregirlo, porque es algo no muy habitual por desgracia.
¿Realmente Manuela Carmena va a colaborar más con Reyes Maroto que con Rita Maestre?
No lo sé. Lo que sí sé es que estamos encantados de que esa mayoría de demócratas con convicciones sociales nos apoyen, incluida Manuela Carmena.
Quizás se lo debería preguntar a ella pero, ¿sabe cuándo Maroto dejará el Ministerio?
Ni siquiera a ella le tienes que preguntar, tendrías que preguntarle al presidente que es el único que tiene la capacidad para tomar la decisión sobre cuándo hacer cambios en su Gobierno.
¿Sabe cuántos distritos tiene la ciudad de Madrid y cuántos municipios la Comunidad?
Distritos 21 y 179 municipios. Pero vamos, que eso nos puede pasar a todo el mundo. Son cosas normales, cosas anecdóticas.

Si Más Madrid aumentara su ventaja sobre el PSOE tras las elecciones en número de diputados y votantes, ¿se quedaría como portavoz o secretario general?
Nosotros ni nos lo planteamos. No es un escenario planteable. Nos presentamos a las elecciones para presidir la Comunidad de Madrid y es a lo que aspiramos.
¿Qué le hace falta al PSOE para convencer?
En los últimos 20 años considero que ha habido una separación entre la sociedad madrileña y el PSOE por un problema de velocidad en la sociedad. Madrid cambia muy deprisa. Todos los días pasan cosas y es una sociedad muy dinámica, gente que entra y sale. Hay mucho ritmo y el partido a veces no ha ido tan rápido, no sólo para leer cómo está evolucionando la sociedad, sino incluso para iluminar el camino y para liderar. Yo creo que ahí nos ha faltado un punto de ambición que humildemente creo que en este último año sí lo hemos tenido.
¿Cuál ha sido su estrategia para mantener unido al PSOE de Madrid?
Yo estoy muy contento porque a nivel interno, el apoyo que estoy teniendo como secretario general y la ejecutiva no se recuerda en 40 años. Es verdad que hemos pasado por muchas cosas pero la unidad que hay ahora, el apoyo que tenemos de todos los grandes alcaldes, de todos los referentes del partido, es envidiable para cualquier otro secretario general de estas últimas etapas. A partir de ahí, hombre, el PSOE es un partido democrático en el que cada uno tiene que tener sus opiniones.
¿Tiene alguna propuesta en materia de Educación para reforzar el posible retraso social de los escolares a causa de la pandemia?
Sí, está incluida en nuestra propuesta de coles abiertos, la que hicimos hace en el mes de septiembre y que viene a cambiar completamente el paradigma del del modelo de actividad extraescolares en la Comunidad de Madrid. Se trata de un plan para reforzar el derecho a tener actividades escolares de acceso gratuito para todas las familias, orientadas precisamente en unas áreas que tienen mucho que ver con habilidades sociales, con compartir, etcétera. Así, todos los colegios públicos estarían abiertos de 07:00 a 19:00 de la tarde de septiembre a julio, con actividades de este tipo para que cada familia función de su necesidades, de sus intereses, de la forma en la que crean que sus hijos deben estar formados en estas áreas, puedan utilizar esas actividades. Con esto, básicamente lo que se consigue es luchar contra la de la soledad infantil, que es algo muy tabú, que cuesta decirlo en voz alta, pero yo lo digo y lo siento mucho. Hay muchos niños que en esta comunidad pasan al día tres, cuatro o cinco horas viendo la televisión. Esto está pasando en Madrid y no es y no es achacable la culpa a nadie, ni a los padres ni a los niños. El coste serían unos 35 millones al año.