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Campamentos de verano en CASVI
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Campamentos de verano en CASVI (Foto: MDO)

El incierto futuro de las extraescolares y la salvación de los campamentos

Por Teresa Aísa Gasca
miércoles 24 de junio de 2020, 07:33h

Este mismo martes los Ministerios de Sanidad y de Educación y Formación Profesional ultimaban la guía de recomendaciones para la prevención, higiene y promoción de la salud para el curso 2020-21, un documento con el que se viene a ofrecer un marco común de los protocolos que los centros educativos deberán aplicar a partir de septiembre.

El texto ha sido concebido bajo la idea de que sea adaptado en cada Comunidad Autónoma e implementado según la realidad de cada colegio o instituto y de su contexto local, pero sí teniendo en cuenta cuatro principios básicos: limitación de contactos, medidas de prevención personal, limpieza y ventilación y gestión de los casos, todas articuladas mediante acciones transversales, como la reorganización de los centros y la comunicación.

De esta forma ya empiezan a dilucidarse las formas en las que los estudiantes retomarán sus estudios presenciales, por el momento se desconocen por completo cómo los escolares podrán continuar con sus formaciones y actividades extraescolares. El sector que se ocupa de ofrecer estos servicios, en su mayoría compuesto por pequeñas empresas y autónomos, se enfrenta a un futuro a corto plazo del todo “incierto”, puesto que a día de hoy alegan “no saber nada” sobre cómo podrán retomar sus actividades.

“En torno al tema se están dando bandazos sobre lo que se va a poder hacer y lo que no”, dice Javier París, CEO de Cultural Actex, una de las principales empresas de servicios educativos, deportivos, lúdicos y culturales en centros educativos y entidades públicas y privadas de la Comunidad de Madrid. París comenta a Madridiario que como la mayoría de las empresas españolas, durante estos meses lo han pasado mal ante la falta de trabajo, en especial porque “los centros educativos fue lo primero que se cerró y además en seco, por lo que de un día para otro nos quedamos sin servicios que ofrecer”.

Sin embargo, de cara al futuro París es optimista, ya que cree las familias no renunciaran a estas actividades: “Hay muchos padres y madres que no solo apuntan a sus hijos a extraescolares porque quieran complementar sus estudios, sino porque necesitan hacerlo para poder conciliar con su trabajo”, comenta. Por ello, y teniendo como precedente la crisis del 2008, considera que “aunque sea a un precio más reducido”, el sector seguirá teniendo trabajo. Además, subraya: “Estamos empezando a retomar nuestros servicios y es curioso que en las zonas donde la gente ha sufrido más, donde hay niños de familias más desfavorecidas, tenemos más demanda que en otros sitios”.

Esta idea está relacionada directamente con la necesidad de muchos padres y madres de mantener a sus hijos supervisados mientras ellos desempeñan sus trabajos fuera de casa. Desde la empresa Eduteca Servicios, empresa enfocada en actividades extraescolares especializadas en la Comunidad de Madrid, comparten la idea de París sobre la conciliación laboral, y además aseguran que también será “lo mejor para los niños y niñas, que necesitan cierta rutina y normalidad”. De esta forma, defienden que “aunque los grupos sean más pequeños y tengan que mantener una serie de medidas, los niños y los padres agradecerán poder hacer estas actividades”, dicen a Madridiario.

No obstante, como también comentan otras empresas, está por ver cómo van a poder organizar los grupos de actividades si se establecen grupos estancos. “Por lo que se ha hablado hasta ahora, la idea es hacer grupos estancos de un máximo de 20 niños y eso es un problema porque va a ser difícil encontrar tantos niños que estén interesados en una misma actividad para poder llenar espacios”, dicen desde Eduteca Servicios. Las actividades extraescolares ofrecidas dentro de los centros educativos, señalan tanto París como desde Eduteca Servicios, suelen contar con grupos de un máximo de 15 o 20 niños por actividad, lo cual no supone un problema en lo referido al ratio.

No es tan fácil, por el contrario, en las actividades al aire libre. Javier Ramírez, de la empresa Sport, School & Company (SSC Sport), cuenta a Madridiario que con la llegada de la Fase 1 pudieron comenzar a ofrecer clases deportivas a algunos alumnos en la pista de Atletismo Santa Anta, en Tres Olivos, pero adaptando toda la logística: “Hemos tenido que reducir los grupos de alumnos a 50 por turno, cuando normalmente podrían ser en toda la pista hasta 200. Hemos tenido que dejar a muchos chavales fuera, y de hecho con los más pequeños no hemos podido comenzar aún porque va a ser complicado que se cumplan las distancias y medidas de higiene”, señala.

Tal y como cuenta Ramírez, a principios de la pandemia la empresa tuvo que llevar a cabo un ERTE y varios despidos, “porque al principio el Gobierno no permitía que se acogieran al ERTE trabajadores con ciertos tipos de contratos, como de Obra y Servicios, y en este sector hay mucha gente que complementa otros trabajos con estas horas, por ejemplo”. Muchos de los monitores que hasta ahora tenía empleados llaman a menudo para preguntar sobre su situación futura, y para Ramírez “es frustrante no poder decirles nada sobre si en septiembre u octubre podremos volver a llamarles”, dice.

Pedro José Morato, gerente de la empresa de extraescolares Kids Coles y del albergue Cabo Luna, reconoce que ahora mismo “tengo mucho que perder y poco que ganar” y que se ha visto obligado a pedir un préstamo para poder seguir a flote. “Puedo llegar a septiembre, pero a partir de entonces no sé qué haré, más que nada porque si no lo saben las administraciones yo tampoco lo puedo saber”, asegura. En todo caso, es consciente de que muchas de las actividades que hasta ahora realiza puede que no se puedan hacer, como es el caso de la práctica del judo: “Es un deporte de contacto y los niños no van a poder hacerlo, así que estoy pensando en ofrecer defensa personal o yuyitsu , pero por el momento no sé cómo lo organizaré”, comenta.

Campamentos de verano, una pequeña 'salvación'

Sin embargo, desde hace pocos días Morato está sumergido en la organización de los primeros y restringidos campamentos de verano, un vía de las pocas fuentes de ingresos que algunas estas empresas están teniendo estos meses. “Desde hace unos días estamos organizando y supervisando la logística de los campamentos en base a los protocolos y medidas exigidas, que son en algunos casos casi inviables”, relata el de Kids Coles. “Hay cosas, como la ventilación, que son de lógica, pero hay otras casi inevitables en un campamento con niños y hay que estar todo el rato encima y alerta para que no se produzcan, pero bueno, por lo menos hemos podido empezar con esto”, dice.

Morato agradece poder comenzar a ofrecer estos servicios, pero al mismo tiempo protesta por la falta de información hasta hace pocos días de cómo llevarlos a cabo en cualquier parte de España, una situación que llevó a la creación del Colectivo Nacional de Campamentos de Verano el pasado 21 de abril, al que por el momento se han adscrito hasta 700 empresas de todo el país para “hacer presión conjunta” por obtener respaldo y medidas para el desempeño seguro de sus labores tras la crisis sanitaria del Covid-19.

Su presidente, Julio Martínez, cuenta a Madridiario que el objetivo fue “buscar fórmulas para poder trabajar” y la creación de un protocolo a nivel nacional que poner en marcha, un fin que han conseguido “a medias”. Como explica, no se he diseñado una guía de normas a nivel estatal, sino que actualmente hay 17 (una por cada autonomía), lo que dificulta que una misma empresa que opera en diferentes puntos del país lo haga de manera homogénea. De hecho, asegura: “En algunos sitios ahora ya se puede trabajar, pero en otros todavía no”.

“Somos un sector que de por sí está muy regulado y vigilado, necesitamos realizar cursos de muchos tipos y tener en nuestro poder carnés que certifiquen todos nuestros conocimientos y disposiciones, como el de manipulador de alimentos o el de monitor de tiempo libre, entre otras cosas”, reflexiona Martínez, que valora positivamente el protocolo realizado desde la Dirección General de Juventud de la Comunidad de Madrid.

El protocolo madrileño

Su director general, Nikolay Yordanov, explica a Madridiario que a pesar de que desde el Instituto de la Juventud se aseguró hace unas semanas que se había realizado el borrador de un protocolo y había sido presentado al Ministerio de Sanidad para que su supervisión, con la llegada de la Fase 3 y el fin del estado de alarma la competencia pasó directamente a ser de las autonomías. “Ante esto y la demanda urgente del sector, elaboramos una guía de medidas que trasladamos a la Consejería de Sanidad y que tras su visto bueno publicamos el pasado lunes y en la que hemos contado con la participación y asesoramiento de empresas del sector”, señala.

Así, la guía indica que se deberán organizar en grupos de hasta un máximo de quince participantes, cada uno con al menos un monitor asignado que se relacionará siempre con su mismo grupo, con excepción de aquellas actividades que puedan requerir algún profesional especializado, que siempre deberá ser la misma persona por cada grupo. Este funcionamiento permitirá, señala Yordanov, que en caso de detección de síntomas en un participande, este se pueda aislar rápidamente de los contactados y se lleve a cabo una trazabilidad en caso de posibles contagios. En cualquier caso, todas las actuaciones que se realicen en este contexto deberán mantener la distancia física entre todos los participantes y los profesionales.

Las actividades, organizadas en grupos pequeños, se realizarán preferentemente al aire libre. Además contarán, al menos, con un responsable de seguridad e higiene y se deberán aprobar protocolos específicos de medidas higiénico-sanitarias y de actuación frente a un posible riesgo de contagio por COVID-19. Asimismo, en la guía se detallan los requisitos generales para la prevención en el ámbito de la salud -mascarillas, lavado de manos y comprobación de síntomas, entre otras medidas-, así como las condiciones generales de limpieza, desinfección y seguridad alimentaria.

Además, Yordanov explica que dada la situación que se ha vivido desde hace unos meses, este verano es más apremiante que nunca para los niños y adolescentes el juego, el descanso y las actividades de ocio propias de su edad, por lo que desde su área están buscando soluciones y alternativas para que los niños puedan disfrutar de todas ellas. Por el momento, entre todas las medidas que están explorando para favorecer el sector, han solicitado a todos los alcaldes y alcaldesas de la región la cesión de espacios al aire libre que puedan ser utilizados para la programación de actividades culturales y artísticas.

“Con el fin de adaptar las actividades de educación en el tiempo libre a estas nuevas medidas y circunstancias y facilitar la importante labor desarrollada con infancia y juventud por parte de entidades y asociaciones […] me gustaría pedirle que valore todas las posibilidades que están a su alcance y competencia como administración local para la cesión de espacios a entidades y asociaciones que desarrollan actividades de ocio y tiempo libre dirigidas a infancia y juventud”, reza la misiva, firmada por Yordanov. Asimismo, en esta también se señala que si los regidores consideran que algún espacio de su municipio pudiera ser cedido a dicho fin, y ser solicitado por alguna asociación o entidad, se les asesorá y se gestionará el contacto con entidades juveniles interesadas en el uso de los espacios.

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