Acoso físico, verbal, social o ciberbullying. Los datos son realmente escalofriantes: en 2017 un total de 1.054 menores sufrieron acoso en las aulas, según los datos del Ministerio del Interior. Una cifra que supone un incremento del 20 por ciento en solo cinco años y que alcanza al 90 por ciento en el caso del acoso a través de Internet.
El 'bullying' no solo alcanza a las aulas, el comedor o el recreo. El auge de las nuevas tecnologías han abierto una puerta que ha 'regalado' alas al acosador siviéndose de unas herramientas que le dejan dañar -de cualquier manera- a su víctima. Nadie duda de la eficacia de ordenadores, tabletas, teléfonos móviles y redes sociales, pero siempre si se usan con cabeza (y corazón). El problema es que en cada vez más situaciones, las tecnologías acarrean importantes riesgos cuando se ponen en manos de aquellas personas que hacen uso de ellas para acosar e intentar derribar psicologicamente a otros. De ahí la importancia de sensibilizar a los adolescentes y sus familias acerca de su buen uso. Hablar de conceptos como identidad digital y netiqueta para salvaguardar la integridad y mantener el respeto en la faceta tecnológica que, por sus propias características, hace más sencillo poderse esconder tras un perfil o abrir demasiado las puertas de nuestra intimidad.
Las nuevas tecnologías han abierto las puertas al ciberacoso
Según el estudio 'Menores e Internet: la asignatura pendiente de los padres españoles' elaborado por Qustodio, las situaciones de ciberacoso se sitúan como la principal preocupación entre las familias con hijos entre 5 y 11 años. Sin embargo, la edad media a la que sufren los primeros casos de ciberbullying se sitúa en los 12,2 años, como detalla la Fundación ANAR, afectando de forma más a común a niñas (66 por ciento). Si nos centramos en la Comunidad de Madrid, según un informe de 2016 elaborado por Save the Children, un 6,6 de los menores de la Comunidad de Madrid han sufrido acoso escolar en alguna ocasión.
El dato más alarmante es que solo uno de cada tres menores afectados se atreve a denunciar esta situación, según denuncia la Ceapa (Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado). Un panorama que resulta preocupante para las instituciones educativas que deben buscar herramientas y recursos que faciliten y ayuden a las víctimas a exponer que sufren un caso de acoso.

¿Cómo detectar este tipo de acoso?
Los sentimientos que suele provocar son la ira, debilidad, soledad, rabia, rencor o falta de valía personal. Los actores de este tipo de acosos son varios: el agresor, el alumno que de forma prolongada en el tiempo causa daño a otro a través de diferentes formas de hostigamiento; la víctima, que en ocasiones no es consciente de su situación, y los testigos, con un papel determinante. Ellos son quienes, a través de su comportamientos y reacciones, pueden propiciar que la situación de acoso se perpetúe e, incluso, se agrave o finalice.
Lo más frecuente en los colegios es detectar este tipo de situaciones. Pero necesitan apoyo para ser más precisos. Motivo que ha llevado a la comunidad educativa a reclamar más formación y conocimientos para conseguir denunciar los actos de acoso dentro y fuera de las aulas. Es aquí donde entra el programa Alerta Bullying de la asociación Ginso. Una herramienta formativa para prevenir y localizar este tipo de maltratos en los centros escolares.
Esta iniciativa ha sido puesta en marcha en algunos colegios ACADE de la región con resultados exitosos. Al tratarse de un plan de prevención, ofrece conocmientos a profesores, alumnos, familias y otras personas que forman parte del entorno educativo. "Hay que reconocer que una situación de acoso es una responsabilidad de todos. Por eso formamos también al personal no docente como los que cuidan de las rutas escolares, a quienes están en los patios, etc, porque ellos son los que ven a los estudiantes en otros ambientes que no es el aula", cuenta Alvarez-Vieitez, subdirectora del programa Alerta Bullying.
El objetivo es que los departamentos de orientación incluyan este programa -que consta de entre 7 y 10 sesiones a aplicar en horas de tutoría- en el Plan de Acción Tutorial de la ESO. Algunas de las materias tratadas en este programa son la adquisición y fomento de habilidades sociales, educación en valores, desarrollo de la autoestima a través de la inteligencia emocional y la prevención del consumo de drogas y de la discriminación. Una formación que ayuda a detectar los casos de acoso escolar, que no siempre se producen en las aulas. "Cuando a un alumno le están acosando, el chico acosador no lo hace delante del profesor. Lo suelen hacer en tiempos muertos, en las filas, patios, entradas y salidas de los colegios", explica Marta Alonso, orientadora del colegio privado internacional Eurocolegio Casvi de Villaviciosa de Odón.
"Una situación de acoso es responsabilidad de todos"
En este centro educativo conocen los beneficios del programa Alerta Bullying. Cuando Ginso les propuso formar parte de la iniciativa no se lo pensaron porque se convirtió en una herramienta más en las lucha contra el acoso escolar que ya formaba parte de su ADN desde hace años. "Detectar estos casos es muy complicado y con el programa conocemos mejor las estrategias para saber cómo actuar", sostiene Cristina Espada, profesora de 3º y 4º de la ESO.
De manera presencial y online, la comunidad educativa al completo consigue afianzar mejor los conceptos, recibiendo sesiones de formación por parte del equipo de Alerta Bullying. Además, cuentan con el Asesor Alerta Bullying para ayudar en la aplicación de la formación, para detectar con más exactitud y premura los conflictos, evitando que vayan a más, y para asesorar en la aplicación de las medidas adecuadas en cada caso.

La prevención de la violencia a través de la educación en valores, como el respeto y la empatía, son la clave del programa para mejorar el clima de convivencia en el centro educativo. En el epicentro de esta prevención se encuentra el programa de ayuda entre iguales: mediación y tutorización entre el propio alumnado. Los testigos o espectadores tienen en su mano la opción de frenar situaciones que se dan ante sus ojos, dar el apoyo social que la víctima necesita y romper la temida 'ley del silencio' que está detrás de estas situaciones. De esta forma, los niños que están pasando por algún problema saben con quién pueden contar, los denominados Amigos Alerta (de 1º y 2º de la ESO) y Equipos Alerta (de 3º y 4º de la ESO), que están preparados también para detectar, apoyar, mediar en conflictos que pueden resolver entre ellos y avisar en caso de que el problema requiera ponerse en conocimiento de un adulto, como sería un posible caso de acoso o ciberacoso.
"La personas que quieren denunciar pierden el miedo con los mensajes anónimos"
Otras de las patas imprescindibles de este programa son el 'Botón S.O.S. Bullying' virtual y el 'Buzón S.O.S. Bullying' físico.Una medida que permite avisar desde los dispositivos móviles y de manera inmediata si se detecta un posible caso de asedio. Cualquier persona puede enviar ese mensaje anónimo ante la existencia de un posible bullying entre el alumnado. "Con este botón, las personas que quieren denunciar pierden el miedo si fuesen testigos. Solo tienen que enviar ese mensaje anónimo", cuenta la docente de Casvi.
Otra de las colaboraciones del programa para reducir y eliminar el problema del acoso escolar, la realiza GINSO como asesor técnico de DIDE, en una herramienta educativa de carácter innovador que detecta las necesidades de cada alumno a través de quienes mejor le conocen: su familia y profesorado. De esta manera es posible detectar, de forma temprana, un problema de acoso o ciberacoso en el niño o adolescente del que se está recabando la información.