Las enormes cabezas que presiden la estación de trenes de Atocha ya no volverán a ver cómo cientos de coches paran cada día a repostar frente a ellas, pues el Ayuntamiento ha cerrado por fin la gasolinera situada al lado del monumento al 11-M. Eso sí, la historia viene de lejos.
Fue en noviembre de 2015 cuando el Consistorio decidió no renovar el contrato de concesión, tal y como explicó entonces el concejal de Retiro, Nacho Murgui. No obstante, ya en la anterior Legislatura la exedil popular Ana Román estuvo negociando la extinción de la licencia.
En junio del año siguiente finalizó y se abrió un proyecto participativo en el que los vecinos decidieron cambiar la gasolinera por una zona verde y una dotación cultural que ahora comienzan su camino con un retraso de más de dos años y medio, pues la gasolinera ha estado operando hasta ahora.
Fuentes del Área explican a Madridiario que en este momento se abren dos etapas diferenciadas. Primero se prevé desmantelar y demoler el edificio en unos siete meses. Tras eso, se descontaminará el suelo, una obra que llevará 27. Así, hasta dentro de casi tres años no comenzarán los trabajos para dar a luz al parque y al centro cultural en una superficie de 2.200 metros cuadrados.
Con todo, desde la Junta de Retiro destacan que se trata de una "oportunidad" de recuperar un espacio público para el distrito que, además, está situado en un punto estratégico de la ciudad. "Se pretende aprovechar la oportunidad para mejorar las conexiones peatonales de la zona, tanto desde la estación de Atocha de hacía el Parque del Retiro, como la conexión con la zona anexa a la isleta del Barrio de Pacífico", sentencian.