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La región sin huertos solares

La región sin huertos solares

Por Carmen M. Gutiérrez
miércoles 25 de febrero de 2009, 00:00h
La energía solar en Madrid es eminentemente urbana. Las naves industriales y las viviendas son los principales destinos de la instalación de placas en la Comunidad, donde la contribución de esta energía renovable sigue siendo escasa, pese a haber aumentado considerablemente la potencia instalada.
La Comunidad está lejos de cumplir sus propios objetivos en implantación de energía solar. El Plan Energético de Madrid 2004-2012 se había propuesto alcanzar los 400.000 metros cuadrados instalados de energía solar térmica, utilizada para producir calor, frente a los 80.000 actuales, cuando ya se ha traspasado el ecuador del proyecto, según los datos facilitados por la Consejería de Economía.

En energía solar térmica, que genera electricidad, la situación es similar. En 2007 esta fuente era capaz de proporcionar poco más de un MWp frente a los 20 que la Comunidad pretende tener al finalizar el Plan Energético en vigor. La situación actual, coloca a Madrid en la novena posición en potencia instalada tras comunidades claramente volcadas con esta energía como las dos Castillas, Comunidad Valenciana o Murcia.

En estas comunidades, son frecuentes las grandes extensiones de placas solares, conocidas como huertos. Sin embargo, el modelo extendido en la Madrid es más urbano. Prácticamente no existen instalaciones independientes para captar los rayos de sol, pese a los importantes niveles de irradiación de la región. Lo habitual en Madrid es que se utilicen las cubiertas y fachadas de los edificios, naves industriales o dotaciones públicas.

La Consejería de Medio Ambiente explicó a Madridiario que no existe ninguna norma autonómica que prohíba los huertos solares y que su instalación depende de los planes de ordenación urbana de cada municipio. La gran presión demográfica que tiene la región y la carestía del suelo disponible podrían ser las razones de las peculiaridades en la instalación de la energía solar, que en Madrid se usa sobre todo para la producción de agua caliente y como complemento para las calefacciones.

Aun así, la potencia instalada en su conjunto no ha dejado de crecer estos años. Por ejemplo, en la capital solo supone el 3 por ciento de la poca energía que se genera dentro de la ciudad, pero es significativo el crecimiento que experimentó en tres años, entre 2003 y 2006, cuando aumentó casi un 500 por ciento, según el Balance Energético del Ayuntamiento de Madrid.

Uno de los grandes espaldarazos a esta energía podrá ser el Código Técnico de Edificación, de cuyos resultados aún no hay datos. Desde octubre de 2006 esta norma estatal obliga a instalar en todos los nuevos inmuebles captadores de energía solar para agua sanitaria y el calentamiento de piscinas. Hasta ese momento, eran principalmente las promotoras de vivienda pública las que estaban aplicando la energía solar térmica. Las nuevas normas de construcción, no obstante, aún tardarán algún tiempo en dar sus resultados en el balance energético de ciudades y comunidades, más teniendo en cuenta la crisis inmobiliaria.
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