Las aguas del Gran Canal en Venecia se tiñeron de verde fluorescente este pasado domingo por un líquido trazador utilizado para detectar fugas tóxicas, pero las autoridades aseguran que no daña a la salud del canal ni a los visitantes y habitantes de la ciudad.
Aunque se sospecha que podría tratarse de una protesta medioambiental, ningún grupo ha reivindicado la acción. Los activistas ecológicos de "Última generación" que recientemente arrojaron pintura negra a la Fontana di Trevi en Roma también negaron su implicación. Los medios italianos comparan este episodio con la iniciativa del artista argentino Nicolás García Uriburu en 1968, quien vertió un líquido verde fluorescente en el Gran Canal para protestar contra la contaminación del agua.
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