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Clece, empresa multilocal especializada en servicios sociales, cuenta con un gran número de trabajadores sociales en su plantilla.
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Clece, empresa multilocal especializada en servicios sociales, cuenta con un gran número de trabajadores sociales en su plantilla. (Foto: Chema Barroso)

Los trabajadores sociales se reivindican en su día: “Estamos donde la sociedad nos necesita”

Por MDO
martes 15 de marzo de 2022, 10:58h

Este 15 de marzo se celebra el Día del Trabajador Social, una profesión marcada por la vocación de los que se dedican a ello y cuya labor a menudo pasa desapercibida para el resto de la sociedad. Clece, empresa multilocal especializada en servicios sociales, cuenta con un gran número de trabajadores sociales en su plantilla, focalizados en la ayuda a personas dependientes, con discapacidad y mayores, y presentes en espacios muy diversos asociados a los cuidados, desde centros sociosanitarios hasta educativos.

“En febrero de este año he cumplido 30 años de profesión y esto ha dado sentido a mi vida”, cuenta Rosa Estrada, directora de un centro de la Comunidad de Madrid de Pisos Tutelados para mayores en Torrejón de Ardoz, gestionado por la empresa Clece. Se trata de un recurso social orientado a población mayor de 65 años que, por su situación de vulnerabilidad y precariedad económica, no pueden acceder a una vivienda digna.

La labor de esta trabajadora social es la de hacer estos pisos un “hogar” para las personas que viven en ellos. “En este centro es muy importante la figura del trabajador social porque tiene que hacer una acogida, ayudarles en la adaptación, la integración en el centro y con los compañeros, pero también en el municipio para que conozcan los recursos que hay como centros o talleres”, explica Rosa.

Rosa Estrada, directora de un centro de la Comunidad de Madrid de Pisos Tutelados para mayores en Torrejón de Ardoz

De la experiencia de décadas de profesión a la ilusión de una joven que también ha conseguido trabajar en aquello que le gusta: Lucía Benavente. Es trabajadora social en una residencia y centro ocupacional en Colmenar de la Oreja, donde trabaja desde hace dos meses también como miembro del personal de Clece. “La sociedad está en constante cambio, surgen problemáticas y esta figura del trabajador social mejora la calidad de vida, las empodera y las apoya en sus problemáticas”, asegura.

No olvidar a las familias

Poner el foco en aquellas personas que más lo necesitan es el eje que vertebra la profesión del trabajador social. Sin embargo, su labor se extiende también al entorno de las personas usuarias. “Mi labor se dirige a estas y a sus familiares, a los que es muy importante escuchar”, narra Beatriz Gil, directora de un centro de día gestionado por Clece, en el distrito madrileño de Villaverde, donde atienden a 45 personas que sufren enfermedad de Alzhéimer. Por ello, sus labores se centran en el desarrollo tanto físico como cognitivo.

Para los familiares de las personas enfermas de Alzhéimer enfrentarse a esta situación puede resultar muy duro. “Me encuentro con familias tristes, angustiadas, que no saben cómo actuar”, sostiene Beatriz. Por ello, además de atender durante el día a estas personas usuarias, como directora del centro y en su labor como trabajadora social Beatriz aconseja a las familias cómo comportarse ante una enfermedad como esta y cómo afrontar la pérdida de memoria.

Este conocimiento sobre todos los recursos de los servicios sociales hace de los trabajadores sociales piezas fundamentales en la gestión de estos recursos. La labor de coordinación de estos servicios prestados por instituciones públicas y privadas a menudo es llevado a cabo por estos profesionales. Precisamente, como coordinadora del Servicio de Atención Domiciliaria que el Ayuntamiento de Madrid presta a través de Clece en ocho distritos es donde trabaja María Isabel Fernández.

Los trabajadores sociales celebran este 15 de marzo su día (Foto: Clece)

Además de organizar la labor de las auxiliares que desarrollan sus funciones en los hogares de las personas dependientes, María Isabel lleva a cabo el seguimiento de los casos y se coordina con el resto de organismos pertinentes, como los Servicios Sociales municipales, salud mental y hospitales. “Hacemos visitas domiciliarias a los usuarios en las que damos un feedback para ver si se está ajustado el servicio y si cumple su objetivo, comprobando si hace falta algún tipo de adaptación”, expone.

Una de las facetas de esta profesión es la cercanía con los usuarios con los que trabajan. “Tenemos un contacto muy estrecho con los usuarios”, cuenta María Isabel. Esta parte de su trabajo le permite realizar programas especializados para cada usuario y coordinar los servicios necesarios para cumplir los objetivos.

Pasión y empatía

Lo que estas profesionales comparten es la pasión por su trabajo, que les permite desarrollar una auténtica labor social. Para Beatriz es “una profesión al 95 por ciento vocacional” y describe su profesión como una manera de “hacer cosas extraordinarias en las cosas del día a día ordinarias”.

En el caso de María Isabel, cree que es clave el trato con las personas así como “tener conciencia social y una visión de justicia y diversidad” a la hora de desempeñar su trabajo. Esta profesional sitúa la empatía como punto clave a la hora de tratar con los problemas de la gente y cree que el objetivo “es mejorar su calidad de vida, sea cual sea su problemática”.

Rosa cree en la aspiración hacia “un mundo más igualitario y solidario” para lo que considera fundamental la labor que desempeñan los trabajadores sociales en todos los ámbitos. “El trabajador social está donde la sociedad tiene un problema”, afirma. Para ello, la vocación se torna fundamental ya que, asegura, se mueven “en el dolor de las personas”.

Clece cuenta con un gran número de trabajadores sociales en su plantilla. (Foto: Chema Barroso)

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