Unos 2.500 efectivos participarán en el dispositivo de seguridad del partido de la final de la Copa del Rey de fútbol, que enfrenta el domingo al FC Barcelona y al Sevilla FC en el estado del Vicente Calderón de Madrid, en el que finalmente se podrán introducir banderas esteladas tras la decisión del juez de lo Contencioso-Administrativo número 11 de Madrid. Se trata de un partido de alto riesgo que contará con un estadio lleno con capacidad para 54.907 espectadores y una previsión de 38.780 aficionados de ambos clubes, según informó la delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa, y comisario general Florentino Villabona. Tras la decisión judicial, el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha anunciado su presencia en el palco.